lunes, 14 de diciembre de 2015

Las Corridas de Toros a Beneficio de la Compañía

En el mes de enero de 1870 se efectuó la primera corrida de toros a beneficio de la compañía. Se lidiaron once toros, todos obsequiados. A partir de ese instante y en años posteriores, este espectáculo taurino muy común para la ciudad de Lima y heredado de los tiempos de la colonia, fue para la compañía una gran fuente de ingresos en virtud que los programas organizados, resultaban de mucho agrado para la sociedad concurrente, la cual salía por demás satisfecha de concurrir a la misma. Cada corrida constituían no solamente la lidia sino espectáculos musicales en el intermedio y algunos otros números que con mucha pompa se presentaban; Así también la destreza en la construcción de castillos de escala, por los bomberos, sin lugar a dudas era el deleite del público.

Gracias a estos espectáculos, la compañía hizo su caja para el sostenimiento de la economía institucional por largos años, tanto así que gracias a estas actividades se adquirieron entre materiales de incendio y zapa, nada más y nada menos que la primera bomba a vapor de la ciudad que fue bautizada con el nombre de José Francisco Andraca y sirvió para los casos de incendio por cincuenta años ininterrumpidos.





En el mes de agosto de 1870 por ejemplo se organizó una gran corrida de toros con magnífico resultado para la caja de la compañía. La Bomba Lima con toda la grandiosidad de la anterior corrida, ofreció nuevamente al público de Lima un excelente espectáculo. El éxito del mismo fue tan completo que la junta general recompenso a los organizadores otorgándoles medalla de plata.

En el reglamento en vigencia, contemplaba la obligación de organizar anualmente una corrida de toros en beneficio de la compañía. Tales eventos como ya dijimos constituyeron la principal fuente de recursos para solventar gastos de compra de material, mantenimiento a las bombas, carros mangueras y demás útiles de servicio y sobre todo, mantenimiento del cuartel. El año de 1872 se realizó una  corrida en el mes de junio donde se lidiaron 14 toros de muerte todos obsequiados, que lucieron riquísimas enjalmas [1] y elegantes moñas obsequiadas también, por distinguidas señoreas y señoritas de la sociedad limeña.

Los cinco espadas que en ella tomaron parte lo hicieron gratuitamente, lo mismo que ocho de los banderilleros y dos de los capeadores de caballo. El resto de la cuadrilla tuvo la consideración de hacer una buena rebaja. La compañía como siempre hizo con sus benefactores gestos de agradecimiento y como muestra a sus desprendimientos, por esas manifestaciones de entrega, obsequió sendas medallas conmemorativas de oro y plata a las personas que habían hecho obsequios de toros y enjalmas y a los valientes diestros, con riquísimas alhajas que habían sido recibidas como donativos de parte del comercio de la ciudad.

Más esa misma tarde una desgracia tiño de sangre el ruedo. La herida que uno de los toros que se lidiaron hiciera al espada Ponce, ocasionó su muerte. Al momento de la corneada fue atendido inmediatamente por el personal allí asistente, pero lamentablemente todo esfuerzo fue en vano y nada se pudo hacer. La Bomba Lima se hizo cargo de los gastos de la asistencia así como del entierro el que se efectuó con gran solemnidad dejando un gasto de 1,175 soles de la época. Contrario a la tragedia, esta actividad arrojó una utilidad de 5 mil 100 soles para la tesorería de la compañía.


En el mes de mayo de 1878 se efectuó la corrida de toros anual en beneficio de la compañía con resultado satisfactorio y que sobrepasó las expectativas que se tenían a mérito de los trabajos hechos para llevarla a cabo. La comisión organizadora se encontró dueña de 24 toros obsequiados por hacendados y capitalistas protectores de la compañía, por lo que se resolvió, dar dos corridas: la primera en la que se lidiaron 14 toros el 5 de mayo y el día 12 del mismo mes, la segunda en que se lidio diez. El éxito obtenido en estas dos corridas, permitió hacer frente a los compromisos contraídos por el pedido de material hecho a los Estados Unidos de Norteamérica.

Pasado el desastre económico originado por la Guerra del Pacífico de la cual hablaremos en capítulo más adelante, el 19 de abril de 1885 tuvo lugar una gran corrida de toros, en la que distinguidas señoras y señoritas obsequiaron elegantes banderillas y moñas, mientras que varios socios protectores donaron cuatro toros a la compañía. El resultado de esta corrida fue por decir bastante satisfactorio.

Fue a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, en que al igual que la Lima, las compañías de bomberos de la ciudad comenzaron a organizar corridas de toros a beneficio, lo que hacía imposible mantener por parte nuestra una exclusiva en la organización de estos eventos y por lo tanto el número de asistentes a las que organizábamos decayó. A raíz de ellos estas actividades fueron reemplazadas por otras alternativas artísticas que aunque no tan lucrativas como las anteriores, se realizaban en beneficio, como las obras de teatro y representaciones musicales de orquestas y de nuestra banda de música. En el recuerdo quedaran, tan importantes corridas a beneficio que constituyeron no solo una gran fuente de ingreso para la compañía, sino a la par fueron singulares acontecimientos famosos para su época y muy comentados por los círculos sociales de aquel entonces, que sin lugar a dudas, dejaron gratos recuerdos en esa vieja ciudad de Lima que ya se fue. 





[1]Pieza almohadillada del aparejo de las caballerías que se pone sobre el lomo para que no les lastime la carga.

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