jueves, 6 de julio de 2017

Comandante Manuel Castillo Costa

Legendario con “L” de la Lima. Manuel Ernesto Castillo Costa, nació en Lima el 24 de octubre de 1949, siendo hijo del no menos famoso Comandante de la Bomba Lima, José Castillo Domínguez y doña Rosa Costa Muga. Siendo entonces el primogénito del comandante Castillito, no era para menos, verlo corretear desde chico por los pasillos del cuartel de la calle Pobres e imaginarnos haberse trepado mas de una vez de adolecente a alguna de las máquinas, lo que afianzó su futura vocación de servicio a la sociedad.

Pero, fue para sorpresa de muchos, que siendo   miembro protector de nuestra compañía con un destino bomberil provisorio, que decidió servir a la comunidad como policía y vestir las sagradas sedas de oficial de la Benemérita Guardia Civil del Perú, ingresando a la Escuela de oficiales, un 4 de abril de 1969, egresando y recibiendo el despacho de Alférez, el primer día de enero de 1973. Ya teniendo un futuro forjado y una brillante carrera policial por delante, su espíritu bomberil volvió a retumbar en su interior, solicitando su re incorporación como miembro de nuestra compañía.

Afanes controversiales, hicieron que ese pedido, no fuera bien visto por algunos miembros dado que no era muy común, ver un bombero policía por aquellos días y las implicancias que esto podría traer de alguna manera en el servicio. Pero ello fue desestimado totalmente, cuando en plena junta general del 16 de julio de 1973, distinguidos miembros de la Bomba Lima firmaron la moción de Orden del Día, la misma que decía: “Los abajo firmantes, socios activos y jubilados de la Benemérita Compañía Nacional de Bomberos Voluntarios Lima N°3, presentan a consideración de la Asamblea General, la siguiente moción: Que no estando claramente establecido que en el reglamento de la compañía en vigencia las pautas a seguir para el ingreso para socio activo de la institución de un miembro de las Fuerzas Armadas o Auxiliares, y; que habiéndose presentado a consideración de esta asamblea la solicitud para el pase de socio protector a socio activo de la compañía de don Manuel Ernesto Castillo Costa, miembro de la Benemérita Guardia Civil: proponen: Acéptese como miembro activo de la institución, a don Manuel Ernesto Castillo Costa como socio activo con todos los derechos y perrogativas que el reglamento,marca. Lima, 16 de julio de 1973. Firman: Waldo Olivos [Comandante de la Bomba Lima ese año], Víctor Pontolillo, Tulio Nicolini, [2do jefe] Juan Costa Frignocca, Oscar Gallego Muñoz, Jorge del Castillo Icaza, Juan Ausejo Roncagiollo, Jorge Rodríguez y siguen firmas.

Como vemos, este histórico documento a modo de ser un “pagaré de descomunal peso institucional” tiró abajo cualquier pretensión negativa de aceptación, convirtiendo a Manuel Castillo, en el primer oficial de policía y bombero activo en servicio de la nación y para beneplácito de la compañía. El tiempo lo diría todo, porque los que fuimos testigos del gran apoyo que significó el Comandante Castillo en cada una de sus decididas intervenciones como policía al servicio del bomberismo nacional, lo catalogan en la cúspide de los más merecidos reconocimientos y por siempre nunca bien agradecidoss servicios a esta su querida Bomba Lima.

Ingresó como ya dijimos el 16 de julio de 1973 como seccionario, acendiendo el mismo día a sub teniente, en consideración de ser oficial de policía. Tres años después asciende a Teniente y Capitán en 1980. El 20 de julio de 1985 asciende a Brigadier. Antes el primero de enero de 1976 fue oficial de máquinas y el primero de enero de 1980 es nombrado segundo jefe durante la gestión del Comandante Frank Matthews Willson. Finalmente coronaría su carrera bomberil, a tan solo seis años de haber ingresado a la compañía al ser nombrado Comandante de la Bomba Lima, el primero de abril de 1980, cargo que también había ocupado años atrás, su honorable padre, don Pepe Castillo.

Durante su gestión, entre otros impulsos imnovadores y clases de nivel operativo instauró que durante las ceremonias de aniversario de la compañía, se liste merecidamente a los Héroes de la Bomba Lima y el histórico párrafo: “…estando nuestro Héroes presentes, entonemos las sagradas notas del Himno Nacional” lo que le da a nuestra ceremonia de aniversario gran realse de níveles cívico patrióticos.

Luego de su paso por la jefatura, fue nombrado Jefe de Brigada un 20 de julio de 1985 y Vice Comandante Departamental de Lima el 8 de enero de 1986, durante la gestión del no menos famoso Comandante Alfredo del Risco Loayza, distinguido bombero de la Bomba Internacional, haciendo ambos una dupla de las que mereció los mas egregios elogios de todos los bomberos de la capital. Antes el 8 de noviembre de  1984 fue nombrado Jefe de la Sección Operaciones e Instrucción de la recientemente creada Unidad Asesora y Apoyo del Comando Nacional, por el Comandante General Waldo Olivos Villarreal, la misma que estaba integrada por los reconocidos bomberos Federico Copaira, Julio Rebatta, Estuardo Bastas y Alfredo del Risco.

En el Comando Nacional, desempeñó cargos como Director de Técnica, Comunicaciones y Vocal del Consejo de Disciplina. En su fructífero devenir, ha sido merecedor de inumerables distinciones por su “eficiente desempeño en el cargo” e importantes servicios prestados, tanto en la departamental de Lima, como en la compañía, respectivamente, así como la Medalla “Madre Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz”, en el año 2012. Importante agregar que de la gestión de Manuel Castillo, la compañía cuenta con una divisa que la identifica en todo sentido, además de decir que el escudo de la IV Comandancia de Lima Centro, es también obra suya.

En la vida privada Manuel Castillo contrajo nupcias el 27 de noviembre de 1976 con doña Rosario del Pilar Ugaz Orrego y de cuya unión nacieron el también bombero, Manuel Renato y sus hermanos, Suzete del Pilar, José Ray Enzo y Cristhian Jesús. Precisamente Renato Castillo es el actual Comandante de la Bomba Lima, coronando históricamente por primera y única vez una triología familiar de abuelo, padre e hijo, como comandante de nuestra compañía. Manuel, es también tío de los bomberos de la Lima, Jaime y Miguel Ugaz.

Habiendo transcurrido 31 años en su querida policía ya unificada institucionalmente en una sola fuerza por esos días, Manuel Castillo pide a solicitud su pase a retiro del servicio eficientemente desempeñado, retirándose a la vida privada de manera honrosa como Comandante de la Policía Nacional del Perú, institución que también lo vio brillar en cada uno de los puestos a los que la Nación le confió, ya sea como Guardia Civil o finalmente Policía Nacional.

Ha prestado su encomiable concurso y eficiente profesionalismo en las actividades empresariales de minería, donde puso de manifiesto su don gerencial y elevadísimo nivel de liderazgo. Finalmente, no somos pocos, los que podemos atestiguar, que en él tuvimos  al abogado de las causas justas ante alguna arbitrariedad funcional a lo que agregamos, que  tenemos en la imagen augusta de Manuel Castillo, hoy en día, a uno de los más brillantes íconos que tuvo  en vida la Bomba Lima,  a niveles comparados a los de los inolvidables Espiell, Ezeta, Chioino y otros miembros de esta pléyade de personalidades que han vestido el uniforme de la Lima y han sido sus jefes. 

Manuel Ernesto Castillo Costa, falleció en Lima el 23 de octubre de 2017 rodeado de su querida familia  y que aunque su partida es física, los que fuimos sus amigos, atestiguamos ante el gran tribunal de la vida, que fue un gran caballero, dueño de grandiosas virtudes, buen amigo, excelente ejemplo y guía de muchas generaciones de bomberos que hoy lo recordamos muy pero muy y eternamente agradecidos


sábado, 1 de julio de 2017

El Cincuentenario de la Bomba Lima 1918



Transcurridos cincuenta años de su fundación en 1866, a la Bomba Lima, no se le permitió celebrar como era debido sus bodas de oro, ello que debido a que las prinicipales autoridades del Cuerpo de Bomberos de Lima en ese tiempo, aducieron erroneamente que se debía celebrar el año  de 1918 y no en el 16, puesto que le daban mas valor al año reorganizativo que al año fundacional. Ello llevó a una serie de fricciones dentro del aparato directivo del bomberismo limeño, a tal punto de llegar al extremo de que si se hacía caso omiso a ello, conllevaría a una serie de sanciones, entre las que destaca la mas contundente, de desconocer a nuestra compañía de bomberos como tal, ante todo el aparato gubernamental.

No es materia de este artículo, replicar las arbitrarias acciones de ese año, ni mucho menos, dar cabida a algo que ya esta por demás sustentado historica y documentariamente hasta el aciago en este estudio, pero si creo pertinente comentarlo, para que el ilustrado lector, sepa que respecto a darle vuelta a tan rebuscado temas, no es de nuestros días, sino, desde mucho tiempo atrás. Peor es el caso de comentarlo redundantemente en nuestros días, sin tener el asidero claro y concreto como se a venido haciendo irresponsablemente diría yo, fomentando sobre todo, la discordia entre bomberos que hoy vestimos un mismo uniforme y miramos el mismo norte institucional.

Pero la historia cuando tiene peso fundamental y se hace paso, emerge victoriosa y decidida, para echar atrás y destruir cualquier idea o tesis que ose atentar y alterar el curso de la verdad impertérrita. La historia de la Bomba Lima como ya dijimos anteriormente no es la excepción y está dentro del rubro de la verdad y sus pilares fundamentales reposan, en el centenar de libros que se lucen hoy en su remosado biblioteca - archivo.

Haciendo el aclare respectivo, ahora es preciso recalcar que quien comandaba la compañía en ese año del jubileo, era el Comandante Aurelio M. Muente y Presidente de la República, el no menos conocido y gran amigo de la Bomba Lima, Dr José Pardo, hijo de nuestro recordado amigo y socio honorario benefactor, don Manuel Pardo, cobardemente asesinado en 1878. El Dr Pardo, quien en dichos años era muy joven, sabía y fue testigo del cariño de su padre para con los bomberos de nuestra compañía y es por ello que su asistencia no fue por mera formalidad y mucho menos resuelta casualidad. Asistieron el Alcalde de Lima el Dr Luis Miroquesada de la Guerra, quien asistió acompañado de su dignidísima esposa, doña Elvira Garland, nombrada madrina de estas celebraciones, el Ministro de Gobierno Dr. Clemente Revilla, quien años después como Presidente del Congreso en 1936, aprobó la ley de creación del distrito de Lince, lugar a donde la compañía se mudaría años despues y el Arzobispo de Lima, su ilustrísima Emilio Lisson Chávez, entre otras destacadas personalidades asistentes.

El lugar de la celebración, nuestro recordado local de la calle Pobres que lucía engalanado y era totalmente nuevo. A continuación dejemos que los señores Ismael Romero, Manuel Jesús Suarez y Juan A. Arce,nos cuenten como se celebró tan magno acontesimiento, que figura en el libro "Apuntes Históricos de la Bomba Lima", redactado en 1918, como corolario de esas celebraciones:


Cómo fue la Celebración [1]

Aproximándose la fecha de la celebración del quincuagenario y con el objeto de arreglar todos los detalles con que debía celebrarse esa fiesta, en la que se efectuaría la inauguración y bendición del cuartel y de la Torre de señales, la Junta General nombró las siguientes comisiones:

Calificadora de Premios, para dar cumplimiento a la resolución de junta general de 8 de setiembre de1913, señores Enrique Larrea, Juan E. Catalán, Manuel Isaías Tirado, Enrique Diaz Albites y Andrés Canessa,asesorados por el Subsecretario señor César R, del Castillo.

Organizadora de la fiesta.-Señores Comandante Aurelio M. Muente, Teniente, Armando Puertas, Bomberos: Justiniano Álvarez del Villar, Manuel Jesús Suárez, y Federico Paredes y Genit.

Invitado por la Comisión organizadora, el Presidente de la República señor doctor José Pardo, para que honrara la fiesta, con su presencia y actuara como padrino, en la ceremonia de bendición del cuartel y torre de señales, junto con la señora Elvira Garland de Miró Quesada, fue aceptada por el señor Pardo esta solicitud ofreciendo concurrir el día designado. Igual invitación se hizo al  Rvdmo. Arzobispo de Lima, Monseñor Emilio Lissón, pidiéndole que fuera él, quien efectuara la bendición, a lo que accedió paternalmente el ilustre Prelado.

Cumplidas por las comisiones los objetos para quehabían sido nombradas y presentado el programa de la fiesta, fueron repartidas las siguientes invitaciones: El Comandante de la Compañía Nacional de Bomberos «Lima», tiene el honor de invitar a Ud. a la ceremoniade inauguración y bendición de su cuartel, en la calle de Pobres, y la Torre de Señales, que apadrinadaran el señor Presidente de la República doctor don José Pardo y la señora Elvira Garland de Miró Quesada, efectuará el Rvdmo, señor Arzobispo, el domingo 8 de los corrientes a las 4 p. m. y, a la Velada Literaria —Musical que en celebración del cincuentenario de la Compañía tendrá lugar a las 9 de la noche del mismo día.


Lima, 5 de setiembre de 1918.

Programa de la Velada

I

I.          Obertura…………………………………….. por la orquesta dirigida por el maestro Bexerías.
BELA
II.       Discurso de ofrecimiento por el Comandante honorario señor doctor Samuel A. García.

III.     Serenata de Pierrot, Orquesta…………….
BURGNET
IV.     Discurso de orden por el bombero señor J. Alvarez del Villar.

V.        Momento Musical, Orquesta……………….
STUBERT

II

VI.     MadammeButterfly, Orquesta………………
PUCCINI
VII.   Discurso por el Comandante activo señor Aurelio M. Muente.

VIII.Himno: El Bombero de la “Lima”………. estrofas del poeta nacional señor Elías Alzamora, cantadas por el tenor nacional señor J. Alvarez del Villar, coreadas por el personal de bomberos.
BEXERÍAS
IX.     Discurso de agradecimiento por el teniente secretario, señor Juan Arce y Raby.

X.        Marcha Zíngara………………………………
POPPI


La indisposición que sufriera el señor Presidente de la República, obligó a la Compañía a postergar hasta el 15 de setiembre la celebración, de las fiestas que tenía preparadas. El indicado día, presente el señor doctor Pardo, que fue recibido con los honores correspondientes a su alta investidura, quien llegó acompañado del Presidente del Consejo de Ministros doctor Francisco Tudela; del Ministro de Gobierno, doctor Clemente A. Revilla y de su Casa Militar, fue conducido a la Sala de Sesiones, donde se encontraban reunidos el Iltmo. señor Arzobispo,el Alcalde Municipal doctor Luis Miró Quesada, el Presidente de la Junta Departamental doctor Mario Sosa, gran número de Senadores y Diputados, el Comandante General del Cuerpo de Bomberos de Lima, señor Roberto E. Wakehan, comisiones de las compañías de bomberos de Lima, Callao, Chorrillos y Barranco y un selecto número de damas y caballeros, dándose principio a la primera parte del programa de fiestas,con la apertura de la sesión por el señor Presidente de la República, y lectura por el Teniente Secretaria, señorArce y Raby, de las actas de fundación de la Compañía.

En seguida, el Comandante, señor Aurelio M. Muente pronunció el siguiente discurso:

Señor presidente de la república, ilustrísimo y reverendísimo señor arzobispo de la arquidócesis, señoras, señoritas, caballeros:
Estoy seguro de interpretar el sentimiento más íntimo de la Compañía Nacional de Bomberos «Lima», al acoger con la gratitud más rendida a quienes han tenido la bondad de venir a saludarnos en la clásica efeméride de nuestra fundación.

Si los símbolos son en la historia exponentes de las leyes que presiden el desenvolvimiento de las naciones, la fiesta que hoy nos congratula tiene una evidencia que ha de perpetuarse a través de los siglos como prueba de la abnegación y del patriotismo de nuestra raza.

La capitulación de Ayacucho, que había alejado del Perú el funcionarismo colonial, no pudo alentar en un día el sistema social creado en más de tres centurias de dominación absoluta. Dejó en el espíritu de nuestra subraza mestiza al germen de las excelsas virtudes colectivas, las huellas de la lucha heroica que produjo nuestra emancipación y los residuos de intereses de castas que separaron temporalmente dos nacionalidades de una sola alma generosa y abnegada.

Aquellos intereses originaron, en 1865, la expedición naval al Pacífico y la ocupación de nuestras islas guaneras por fuerzas de desembarco de la monarquía española. En aquellos momentos, amenazada la república de una contienda armada con la madre España, que venía en actitud de someter al hijo rebelde que durante el virreinato fue su más querido y robusto apoyo, todos los peruanos, sin distinción de partidos, movidos por un sólo sentimiento- ser para siempre libres- concurrimos a ofrendar a la patria nuestros intereses, servicios y vidas.

Entre las medidas de todo orden adoptadas para la defensa nacional, el Alcalde de Lima, señor Antonio Salinas, por sugestiones del jefe supremo de la república que rigió en aquellos días los destinos nacionales, hizo un llamamiento a la juventud limeña para que organizase compañías voluntarias de bomberos, destinadas a salvar al Callao durante el bombardeo. Las gestiones del alcalde de Lima tuvieron eficaces resultados.Se organizaron, inmediatamente, las Compañías municipal"Lima" y la de "Artesanos", la primera formada por distinguidos jóvenes de la burguesía y la segunda por patriotas hijos del pueblo.

Organizada debidamente la Compañía Municipal" Lima", vistió el uniforme garibaldino y concurrió, desde los primeros instantes, al combate naval del 2 demayo de 1866, en el que nuestros bomberos desempeñaron funciones de salvamento, de ambulancia y militares.

Aquel día glorioso, en que el Perú salvó para siempre la libertad de la América meridional, uno de nuestros heroicos compañeros, Antonio Alarco, ofrendó su vida en aras de la patria, en la torre de la Merced, en un momento en que reemplazaba a un cabo de cañón que había muerto, también sosteniendo, en lo más alto de su pecho, nuestro glorioso pabellón nacional.

Terminada aquella jornada heroica y desaparecida la causa que le dio origen militar, disolvióse la compañíaMunicipal de Bomberos "Lima".

Pero los sentimientos humanitarios de nuestra raza y el patriotismo que nos guía en la prosecución del progreso nacional, no podía circunscribirse a una tarea pasajera, propia al momento de peligro en que fue colocada la patria. El patriotismo, señores, pese a los que desesperan de nuestra regeneración nacional, es entre los peruanos acción permanente, consciente y firme, que, sin falsas ostentaciones, modestamente, procura el progreso fundamental del Perú y la prosperidad firme de sus instituciones. Nuestro patriotismo está exento de las vicisitudes que crean los caprichos de las multitudes. Por esas causas, ante la contemplación de los desastres que aquí produjeron los incendios en 1868, los asociados de la campaña patriótica volvieron a reunirse convocados por don Leonardo Rullón y decidieron constituir la Compañía -Nacional de Bomberos "Lima", que quedó fundada, definitivamente, el 8 de setiembre de 1868, con el personal que menciona el acta de aquella fecha y que constituye la primera página del libro de oro de esta institución.

Después, cuando los poderes públicos organizaron los servicios de la guardia nacional y por decreto del 2 de abril de 1873 se mandó considerar a la Compañía de Bomberos "Lima", como cuerpo de artillería, prestó doble servicio, y en 1879 a 1881, durante la guerra del Pacífico, la Compañía Nacional de Bomberos “Lima"cumplió, también, en la forma más abnegada y patriótica, los deberes que se ha impuesto en servicio de la patria y de la humanidad.

Señor presidente: Perdonad que haya dado a mis palabras una extensión impropia del acto que vuestra gentileza nos permite celebrar con solemnidad. Excusad que en esta fiesta, excepcional para la Compañía que tengo el honor de comandar, en este momento histórico,único para la generación que vivimos, en elcual realizamos el ideal de inaugurar nuestro cuartel y torre de señales, bajo la bendición del más virtuoso metropolitano de las últimas décadas, cuartel y torre que son los exponentes de la patriótica protección de la solidaridad de las clases sociales que nos apoyan con sus óbolos y aplausos; excusad, señor presidente de nuestra gratitud imperecedera por las mercedes quelas instituciones públicas y el pueblo nos han dispensado y que nos permite celebrar el quincuagésimo aniversario de la fundación de nuestra compañía bajo el techo del local en que os recibimos, formulando los votos de agradecimiento más sinceros por el cariño, la amistad y las felicitaciones que nos habéis ofrecido en el día más glorioso de nuestra institución.

Ilustrísimo y reverendísimo monseñor: La Compañía Nacional de Bomberos "Lima" os agradece especialmente por la paternal solicitud con que os habéis prestado a consagrar esta casa, donde, con la bendición del Todo Poderoso y la vuestra, seguiremos dedicando nuestras sanas energías y nuestras más nobles potencias a la obra interminable y siempre grata de salvar la vida y los bienes de los hombres que viven o se acogen a la sombra de nuestro querido pabellón.

Bomberos: Vosotros recibid también las expresiones de nuestro profundo agradecimiento por vuestro amable saludo, por vuestra cooperación constante en los cincuenta años de vida que llevamos en defensa del bienestar material de los hombres y por vuestro constante anhelo de constituir una familia, regida por la ley suprema de la fraternidad y la solidaridad en la obra humana que venimos desempeñando con verdadero altruismo.

Compañeros: Os suplico poneros de pie para saludar con la más calurosa simpatía y entusiasmo a quien ha tenido la hidalguía y la bondad de expresarnos en esta gloriosa fecha, sus votos por nuestra felicidad. Os pido para el primer magistrado de la república, para el congreso nacional, para el venerable y virtuoso metropolitano, para nuestros colegas y para todos los colaboradores de nuestra obra de cultura y progreso,el homenaje de respeto y de gratitud que merecen por la gentileza con que nos han ayudado y aplaudido, así como los votos más fervientes por la ventura de quienes nos ayudan en la obra que venimos realizando por el engrandecimiento de la patria que servimos con honra y con orgullo.

He dicho.


Apagados los aplausos con que fueron recibidas lasúltimas palabras del señor Muente, Monseñor Lissón procedió a bendecir la torre de señales y campana; acto que fue apadrinado por el presidente doctor Pardo y la señora Elvira Garland de Miró Quesada.

Procediéndose en seguida, a la entrega por el doctor Pardo, de los siguientes:

Premios especiales
Cruz de Malta de oro, al señor Francisco Távara, socio fundador; cruz de Malta de oro al doctor Samuel A, García, decano de los bomberos activos; Cruz de Malta de oro, al señor Enrique Larrea, socio vitalicio puntual a los actos del servicio.

Premios de asistencia
Copa de plata, al señor Comandante Aurelio M. Muente, por el máximo de asistencia en cinco años; reloj de oro al señor Manuel C.Ferreyra, por ser el primer accesitario en los cinco de asistencia; Cruz de Malta de oro, al sargento primero, señor Felipe Cordano, segundo accesitario en los cinco años de asistencia; Cruz de Malta de plata, al sargento primero señor David Icaza,accesitario en los cinco años de asistencia; Cruz de Malta de bronce, al subteniente señor César R. del Castillo, por ser el cuarto accesitario, en los cinco años de asistencia.

Premios de Mérito
Cruz de Malta de oro, al señor Cristóbal Segura, por haberse distinguido en el incendio del Martinete; Cruz de Malta de plata, al señor Juan E. Catalán, por haberse distinguido en el incendio del templo de San Francisco, en el año 1899; Cruz de Malta de bronce, al señor Mario B. Injoque Romero, por haberse distinguido en el mismo incendio; al anterior medalla de plata por haber alcanzado su jubilación después de 20 años de servicios calificados.

El Presidente José Pardo  en el Jubileo de Oro de la Bomba Lima


Terminada la entrega de premios, el señor José Pardo, pronunció un discurso manifestando su complacencia por haber podido asistir a esta ceremonia, que era prueba de la unión y perseverancia que los socios de la «Lima», habían sabido conservar, prestando sus humanitariosy abnegados servicios a la ciudad, durante los cincuenta años de vida que cumplía. Felicitó al Comandante de la Compañía por el magnífico pie en que se encuentra la institución, concluyó exhortando a los señores bomberos a seguir cumpliendo su misión ymantener las tradiciones de la «Lima», benemérita Compañía, que también supo prestar importantes y patrióticos, servicios, aun fuera del programa a que la dedican sus fines. Concluyó formulando votos, porque el éxito más completo acompañe siempre a esta institución.

Al terminar, el señor Pardo, fue estruendosamente aplaudido.

El señor Roberto Wakeham. Comandante Generaldel Cuerpo de Bomberos, hizo entrega de una medallade oro obsequiada por el Directorio a la Compañía, conmotivo del Cincuentenario de su fundación.

El señor Wakeham, al cumplir su cometido, pronunció el siguiente discurso:

Señores:
No bien se había tranquilizado nuestra vida metropolitana después del rechazo que sufriera la armada española en la bahía del Callao el 2 de Mayo de 1866 que un grupo de jóvenes de nuestros mejores círculos sociales concibió la formación de la Compañía Nacional de Bomberos «Lima» N° 3.

Don Francisco Andraca, entusiasta comunal, cuya labor honra al Cuerpo de Bomberos de Lima y quien había formado en las filas de la Bomba Municipal que actuara el año 1866 fue el encargado d« reunir los elementosy llevar a efecto tan útil como necesaria obra.

Quien haya leído «El Comercio» y «El Peruano» del año1866 y los subsiguientes, no habrá dejado de admirarel tesón y entusiasmo de este viejo bombero hasta obtenerde los poderes públicos el apoyo que demandaraen bien del grupo de ciudadanos que reunidos bajo la santa bandera del altruismo y el deber impuesto querían para la capital una Compañía de Bomberos netamente nacional para compartir, con las extranjeras ya formadas, la labor de salvarla en caso de un siniestro.

La «Lima» ha sabido cumplir con sus tradiciones su programa de servicios a la capital ha sido llenado fielmente.- Alejada, por reglamento, de aquel ambiente de política nacional que tan dañino es para el bienestar de instituciones de nuestra índole, la «Lima» cumple hoy un cincuentenario, orgullosos sus dirigentes de la fecunda labor de medio siglo; abundante material presentado en el local sin tacha; personal selecto listo para acudir a las llamadas que en nuestro ministerio tenemos que cumplir, son el corolario de la labor de 50 años- de los sacrificios y ahorros de medio siglo demostrando como colocando piedra sobre piedra y centavo con centavo se llega a cimentar una institución que honra a nuestra capital,- la sicología del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú es tal que en su vida de desenvolvimiento llena de sacrificios personales y pecuniarios, surgen sus instituciones a pesar de la desidia y el desdén de nuestro ambiente metropolitano -Lima, necesario es decirlo, se siente segura con las vigilias del bombero—ignora como subsiste—no se preocupa de su bienestar ni de las necesidades de nuestra vida—sólo sabe que las siete compañías de voluntarios que componen la institución velan diariamente por ella—sabe que se adiestran y ejercitan periódicamente en la labor que en momento dado están llamados a desempeñar y creen, como doctrina, que nuestra presencia les lleva una póliza de seguros en caso de un siniestro y es porque hasta la fecha, en los 50 años de existencia que lleva el Cuerpo de Bomberos, Lima jamás ha sufrido la desgracia de ver sus calles arrasadas íntegramente por un siniestro, porque no hay tradición de que el fuego no haya sido dominado en el sitio en que originalmente se desarrollara.

La «Lima» cuenta en sus fojas de servicios además de su actuación en el Cuerpo de Bomberos de Lima, su presencia en las filas del ejército nacional en la guerra del 79- sus servicios en las ambulancias y guardia urbana y la formación de la Escuela de Tiro el año 1905.

El Directorio del Cuerpo que me honro en representar ha querido, con justo deseo, premiar a la Compañía de Bomberos «Lima» Nº3 y en sesión de 22 de agosto acordó la presentación de una medalla de oro que hoy señor Comandante cumplo con entregar a Ud. como testimonio del compañerismo que os brindan vuestras hermanas del Cuerpo y en homenaje a su actuación durante 50 años—hago votos, señor Comandante, para que vuestra Compañía aspire siempre al ideal de nuestra consigna que tan sabiamente ha cumplido hasta la fecha bajo la feliz inspiración de sus dirigentes.

Concluido el anterior discurso se procedió a repartir medallas conmemorativas, de oro y de plata, obsequiadas por el señor doctor Párelo, y elegantes bouquets de flores naturales, que la madrina señora Garland de Miró Quesada, tuvo la gentileza de remitir con atenta dedicatoria, dándose por concluido el acto.

Pasó en seguida el doctor Pardo, acompañado de los señores ministros y demás concurrentes al acto, a la Avenida Piérola donde en correcta formación se encontraba todo el personal de la Compañía con todo el material que posee.

Hermoso golpe de vista el que ofrecía el numeroso personal elegantemente uniformado y el gran número de carros brillantes y completos, con todos los útiles necesarios para combatir el fuego, que se presentó a la vista del señor Presidente de la República y de su numeroso séquito. El doctor Pardo manifestó su complacencia deteniéndose delante de cada una de las brigadas en que fue presentado el material y personal, manifestandosu complacencia y felicitando a los jefes dela Compañía.

El material presente a la revista fue el siguiente:

3 Bombas a vapor
1 Bomba de brazos
5 Carros de mangueras
2 Carros de escalas
1 Carro de escalas mecánico
2 Carros de útiles
1 Carro de trasporte
1 Carro automóvil para tracción.



De regreso al cuartel, le fue ofrecida a las personas presentes una copa de champaña, retirándose el doctor Pardo, acompañado de sus ministros y casa militar, con los mismos honores con que fue recibido. El Ilmo, y Revdmo. Arzobispo, fue atendido especialmentepor una comisión que lo acompañó hasta su salida del local, despidiéndosele con toda la gratituddel personal, por su bondad al aceptar el pedido que sele hizo para celebrar una misa de campaña, el día que se le indicara, y en el sitio que se escogiera. El Ilustre Prelado se despidió dando las gracias por las –atenciones que había recibido.

Después de atenderse durante toda la tarde a las comisiones de las compañías hermanas y "familias que habían concurrido al acto y a los acordes de la banda de músicos del Batallón Nº 7 que había amenizado la fiesta se dio por concluida la primera parte del programa.

Continuando, en la noche, el programa de fiestas, tuvo lugar la Velada Literario-Musical.

El gran salón del material, trasformado en elegante sala, alfombrada y amueblada con exquisito gusto y con profusión de adornos y derroche de luz y de flores, fue el lugar donde la Compañía recibió la numerosa y selecta concurrencia que había atendido a las invitaciones hechas.

Dio principio la velada con el siguiente discurso del señor Comandante honorario doctor Samuel A. García:

Señores:
El día 8 de setiembre de1868, un grupo de jóvenes, llenos de abnegación y entusiasmo fundaron la «Compañía de Bomberos Lima», que hoy celebra sus bodas de oro, rebosante de júbilo; por haber llenado ampliamente en su largo período, todas las obligaciones que imponen tan ardua obra, procurando alcanzar en su vida social, el rol á que estaba llamada.

La Compañía de Bomberos «Lima» así formada, por un núcleo resuelto fue pronto un centro de reunión y humanitaria confraternidad donde desde sus alto jefes, hasta el último socio; han rivalizado en el cumplimientode sus penosas labores, ya luchandocon el feroz elemento, para salvar la vida y propiedad, ya con la situación económica en sus períodos vacilantes, conquistando con sus heroicos sacrificios el honroso puesto que hoy ocupa.

En tan largo período, como es frecuente en todas las instituciones, la compañía ha pasado por muy diversas fases, unas penosas, halagadoras otras, pero la constancia, la fé y la voluntad inquebrantable de todos sus socios, la han sostenido y colocado en las condiciones ventajosas en que se encuentra.

Es sabido, que el progreso de las instituciones se funda en la perfecta unión y sincera lealtad, y como el bombero al consagrar su vida a tan santa misión lleva en sí el ideal del sacrificio personal en favor del bien común, no trepida jamás, en imponerse las más forzadas tareas, a fin de alcanzar con su contingente a mas de la satisfacción del deber cumplido, el orgullo santo de ver el nombre de su compañía, lleno de celebridad, y es por esto que desde el día de su fundación hasta el presente, ha recorrido un camino lleno de glorias y de triunfos. Tocándome la honra de presidir esta solemne y significativa actuación, lo hago lleno del júbilo que en mi ánimo produce, al cooperar a todo lo que realce nuestra institución querida.

Mi constante anhelo ha sido su engrandecimiento de suerte que hoy que veo, llega a tan larga fecha, cumpliendo todos los requisitos de su elevada misión, me siento satisfecho, y creo interpretar igualmente el sentir de todos mis compañeros. Nada más halagador en estos momentos, que vernos rodeados de la sociedad de Lima, que se identificacon nuestros sentimientos, tomando parte en nuestro justo regocijo al celebrar tan magna fecha.

En el sentir común está, que la institución tiene derecho a estar satisfecha del progreso que ha llegado a alcanzar; que las nuevas generaciones en cuyas manos estará su dirección, sabrán sostenerla en el puesto de honor en que está colocada, y que mientras el estímulo de progreso y engrandecimiento perdure en su divisa, será siempre la «Lima», favorita de todas las clases sociales.

Mi última palabra queridos compañeros, es el ferviente voto por que nos conservemos siempre con el mismo entusiasmo que hasta hoy, cumpliendo con creces, la divina y patriótica enseña que nos hemos impuesto; recogiendo el premio que la posteridad siempre justa, guarda a sus buenos hijos.


La orquesta, dirigida por el maestro Bexerías ejecutó el precioso y delicado motivo de Burgnt, «La Serenata de Pierrot».

A continuación, el veterano bombero señor Justiniano Álvarez del Villar, encargado del discurso de orden, se expresó así:

Señoras y señores:

La Compañía Nacional de Bomberos «Lima» N° 3 llega hoy a los cincuenta años de su existencia, durante los cuales cumplió con ardorosa é indeclinable abnegación,llevada al sacrificio, los filantrópicos deberes que se impuso, en protección de la propiedad y la vida, contra la acción destructora del fuego. Y porque nada enaltece tanto a las instituciones y a los hombres como el cumplimiento del deber, sobre todo, cuando dentro de él la virtud del sacrificio rivaliza con la virtud del desinterés; hay causa para que nuestra Compañía celebre sus bodas de oro, más que con los trasportes de una alegría vulgar, recordando con religioso sentimiento,a sus gloriosos mártires, y confortando con su ejemplo el corazón que afronta al peligro, y el brazo que lo domina.

Pocos son los Hombres capaces de la abnegaciónque infunde el culto del bien, y que es absolutamente necesario para militar en instituciones de salvamento como la nuestra; si bien, el mayor número comprende la grandeza de nuestra misión, estima nuestros servicios, y los retribuye con esa calurosa simpatía que nos comunica en cada ocasión nuevo aliento.

Sea lo mejor de esta fiesta, la contemplación del camino recorrido, el recuerdo de los beneficios realizados, la glorificación de los que, en nuestras filas, ganaron a costa de su vida, la palma inmarcesible de los héroes, y el cariñoso recuerdo de aquéllos, que, presentes en nuestro corazón, o militando todavía con nosotros, fueron infatigables en cimentara la Compañía, y traerla al floreciente estado, en que columbramos todos los éxitos que ella seguirá alcanzando, en una existencia muchas veces centenaria.

Loor a aquellos que supieron derivar de la unión la estabilidad, la eficacia y el auge de esta nacional Compañía que crearon su poder, dotándola del materialcon que hoy trabaja; y cuya consagración tan diligentecomo atinada, en el decurso de cincuenta años, nos proporciona la felicidad de hallarnos capacitados física y moralmente, para realizar las mayores proezas a que pueden conducir la honra y la conciencia del deber. Carlos Emilio León, Antonio M. Ercilla, amados compañeros, a despecho de la muerte, que os oculta en lo desconocido, no nos habéis desamparado: militáis con nosotros todavía, sois luminarias que guiáis nuestros pasos hacia los ideales que nos congregan, sois el pensamiento y la fuerza de nuestra institución FranciscoTávara, sobreviviente único de nuestros fundadores,efusivamente os saludamos José Francisco Andraca,Ricardo Martín Espiell, José Ezeta, Jorge Broggi, SamuelGarcía, comandantes de la Compañía, viven en nuestro corazón por la grandeza indeclinable de su entusiasmo,y la importancia de su labor, Recuerdo indeleblenos dejarán Gabriel Torres, Juan Francisco Menéndez,Samuel, Villarán, los hermanos Félix y Luis Muedas, tenientes, unos, simples bomberos, y capitanes otros, porque fueron perfecto modelo de abnegación en nuestras luchas con el fuego. Debo declarar que el eminente ciudadano que en hora feliz rigió los destinos de la Patria amada, Manuel Pardo, por la amplia y generosa, protección que nos dispensó, constituye a la Compañía una deuda inextinguible de gratitud.

Resumir en breve discurso la vida quincuagenaria cumplida hoy, sería en mi caso, tarea imposible. La abundancia de la materia, fatigaría vuestra atención.Considerad, por otra parte, que mi pensamiento no recibe luz de las alturas, para referirlos con brillantez;quede mis labios, no brota la cincelada y rica frase con que deben ser expresados, y que mi voz carece de los acentos con que se han de cantar las glorias alcanzadas individual y colectivamente por esta institución,tan ligada a los intereses materiales de la ciudad para protegerlos, como enaltecida y estimulada, por la cariñosa adhesión del vecindario, empleada en retornar nuestro riesgoso afán.

No olvida la Compañía de Bomberos “Lima” que, Pablo Pérez. José Tamayo, Leonardo Rouillón y Juan C. Pareja, cuatro jóvenes, estrechamente unidos por la amistad, iguales en la nobleza de los sentimientos, abragados en el fuego de Fe, que traslada los montes,de la Esperanza, que conforta la virtud y embellece la vida, de la Caridad, que redime de la desgracia; fueron los que, el año 1868, tal día como hoy, iniciaron la reorganización del primitivo núcleo, y comunicaron a un grupo de entusiastas jóvenes, el soplo de vida que los constituyó en la actual Compañía de Bomberos, cuyo personal, selecto é idóneo, fortalecido con votos de abnegación y sacrificio, es casi siempre victoriosa defensa contra el inmenso y trágico poder del fuego. Florida juventud fue la que siguió su bandera. Distinguidos caballeros, engrosaron sus filas en la, condición de socios honorarios o de protectores. Timbres de cultura y pundonor fueron desde entonces, el casco, la camiseta roja y los arreos del servicio, a la vez, que augurios de próspero desenvolvimiento realizado en alas del entusiasmo, y bajo el acicate de gratísimos deberes. He aquí, que antes de mucho, a la eficacia de la organización se agrega la derivada de un material poderoso y completo, cuyo coste llega a Lp. 3,600.0.00. En la hora presente, la Compañía de Bomberos «Lima» posee en propiedad el hermoso cuartel que ocupa y que representa un capital de Lp. 5,000.0.00, sin contar su material formado con nuestros propios fondos.

A mediados del siglo XIX, existían en Lima dos Compañías de Bomberos; la «Roma» Nº 1, creación de la pujante, entusiasta y laboriosa colonia italiana; y la «France», organizada por la simpática y poderosa colonia francesa.

Hubo, además, otro cuerpo semejante y de iguales ideales: la bomba municipal «Lima», dirigida por caballeros limeños, que gratuitamente, desempeñaban los cargos de comandantes a simples bomberos, y cuyo personal competía en entusiasmo con aquellas dos instituciones extranjeras.

En su actual y definitiva organización, cupo a los bomberos de la Municipal «Lima» la honra de concurrir, a la gloriosa defensa del Callao contra la escuadra española, el 2 de mayo de 1866; fecha, señores, que descuella en las efeméride de la Compañía; porque en tan solemne ocasión no solamente combatíamos los incendios, sino que, paralizábamos en sus efectos la acción de los cañones enemigos, si á tanto equivale limitar el estrago de la metralla, y el riesgo de los defensores, y si una cooperación de tal eficacia nos pudo confundircon ellos en una sola patriótica palpitación y en el mismo riesgo. Nuestro primer teniente, el inmortal Antonio Alarco con el glorioso uniforme del bombero de la «Lima», mezcló allí su sangre con la de todos, aquellos que, como él, cayeron al pie de nuestra amada bandera, y que, transfigurados, como él, en héroes y mártires remontaron su espíritu y su nombre a las constelaciones de la gloria.

A poco de fundaría, la Compañía tuvo por cuartel el hermoso local que durante cuarenta y cuatro años ocupó en el edificio del supremo convento Juan dedeano, endonde sus patrióticas fuerzas de resistencia, ganaron al afortunado vencedor del 79, las batallas de la persecuciónen que éste quiso tenazmente empeñarse. ¿Porqué señores? Porque a través de nuestro uniforme bicolor, compuesto de los simbólicos blanco y grana,sus ojos no veían al mero custodio de la propiedad ajena,asaltada por el fuego, sino al artillero de la Reserva, que desde sus baterías del Cerro Vásquez, impetérrito le cierra el paso, hasta el postrer instante de nuestro infortunio, descargando infatigable sobre él los dos viejos y únicos cañones allí disponibles, é inutilizándolos rabiosamente, cuando la espada de la Justiciase embota, cuando la Suerte se prostituye amparando el delito, cuando para el derecho, la propiedad y la vida, no hay ya defensas en la Tierra, ni paladines en el Cielo. Ese artillero reservista de la «Lima» había sido antes, cuantas veces el cobarde «Angamos», bombardeó el Callao desde la lejana isla de San Lorenzo,el denodado defensor de la Patria, que el año de 1866 rivalizó con el ejército y la marina, bajo el fuego de la«Numancia», la «Berenguela» y la «Villa de Madrid»,bravías naves de España, no apostadas como el chileno barco en San Lorenzo sino metidas en nuestras propias playas desde donde, tanto vibraban sobre nosotros el plomo de sus cañones, como los varoniles acentos de su palabra. Así lucharon los valientes del 66.

El soldado chileno ocupante de Lima, llevó hasta la repacidad, su saña contra los bomberos de la Compañía«Lima», que burlaron siempre el cañoneo del «Angamos», y que ametrallaron muy de veras al invasor, desde las posiciones del cerro Vásquez. Ese soldado, determinó convertir en botín de guerra, nuestro valioso material, y, en consecuencia, llevárselo a tierra en donde la chicha se escancia y se bebe en cráneos, para incrementar con él, las grandes riquezas peruanas que allá nos esperan, junto con las pequeñas prendas de la nación vencida: el maravilloso reloj de nuestro benemérito compatriota Pedro Ruíz Gallo, el admirable cuadro al óleo de nuestro insigne artista Luis Montero, hasta los leones decorativos e inanimados… de nuestra Exposición. Testigo ocular de esas hazañas fui, pero no debo continuar en este camino.

En hora feliz, discurrimos entonces, conferir la comandancia de la Compañía al señor Jorge Broggi, extranjero respetabilísimo y de espíritu muy entero, cuya actitud evitó que nuestro costoso material de salvamento, fuese también a repletar los almacenes de Rolando.

En suma, señores, podemos ufanarnos del pasado, y esperar fundadamente las satisfacciones del bien que con mejores recursos que antes, la Compañía podrá hacer en lo futuro, sea que el tañido de su campana nos convoque para resistir al perenne enemigo que reduce la vida a cenizas y desolación, o a ese otro perenne enemigo nuestro, cuyo programa de vida consiste en florecer a costa del Perú.

Si hemos coronado nuestras aspiraciones para ser fuertes ante los horrores del incendio, aún no están colmadas las que el amor patrio fomenta en nuestro pecho. En la tea de la discordia nacional, arden aún todas las simientes de un porvenir bonancible y dichoso. Las llamas que ella enciende por todas partes, destruyen las fuerzas de conservación, quebrantan la resistencia que pudiéramos oponer al enemigo extranjero, y nos encaminan a los abismos, en que sucumbieron siempre las naciones locas.

Puesto que para conjurar el horrendo peligro, no hay otras armas que las de la virtud cívica hagamos votos en esta solemne fiesta de los humanitarios sentimientos, por que soplos de las naciones prósperas y fuertes traigan al Perú el pólen de esa maravillosa virtud, y por que ella renueve al hombre extraviado de hoy, y asegure a nuestra descendencia la dicha negada a nosotros, de formar hogares de paz y de merecer la admirable tierra que la Providencia nos dio por Patria.

El brillante discurso del señor Álvarez del Villar fuelargamente aplaudido. Muy oportuno estuvo al recordar y glorificar los méritos de los bomberos que nos han precedido y a cuyos esfuerzos debe la «Lima» el floreciente estado en que se encuentra. Dió término a la primera parte, la ejecución por la Orquesta del delicado poemista de Stubert «Momento Musical».

Tras breve descanso, que fue amenizado por la Banda de Músicos del «Regimiento de Gendarmes» dio principiola segunda parte tocando la orquesta un pout-pourríde la tierna y delicada opereta de Puccini«Madamace Butterfly».


En seguida el Comandante activo, señor Aurelio M.Muente, pronunció el discurso siguiente:

Señoras y caballeros:

«El fuego será siempre fuego, ardiente y peligroso- según Tolstoy- sea que arda en la hoguera o en la extremidad de un fósforo».

Cuando el filántropo ruso expuso ese pensamientono trataba precisamente del elemento que sirve paracrear y destruir las cosas, aquel elemento contra el quelucha hace 50 años la Compañía Nacional de Bomberos«Lima». Referíase al fuego más noble, más generoso,al que enciende los corazones de los hombres de todas las latitudes de la tierra, al que no es posible proscribir por temor a los incendios, al que dio vida y al que nosha reunido esta noche en noble consorcio para recordar la génesis de nuestra institución, al mismo tiempo patriótica y humanitaria.

¡Bendito fuego, señores, el que dio origen a la CompañíaNacional de Bomberos «Lima», fuego doblementesagrado, por que incendió el sentimiento noble del corazónperuano, fortaleciendo su concepto de nacionalidady de patria, despertó el entusiasmo de quienes quieren sacrificar a veces hasta su vida por salvar losbienes de la colectividad!

Gracias sean dadas al Altísimo, por que la generación de 1866, desoyendo consejos arteros de paz, arrostrando sin trepidar, los perjuicios y los sacrificios, luchará resuelta y heroicamente por el ideal de asegurar para siempre la existencia soberana de la Patria quetanto amamos y por la libertad imperecedera de laAmérica del Sur.

Esta institución, efectivamente, debe su origen alfuego que produjo el combate del 2 de Mayo de 1866. Los capitulados de Ayacucho y sus hijos desnaturalizados pretendieron que el Perú comprase su independencia por 80,000,000 de pesos!....

Nuestros padres, inspirados por el ideal de constituiruna Patria digna, activa, orgullosa de sus antecedentes,prefirieron conquistarla luchando contra poderosas fuerzas navales, que comprarla indignamente o resignarse al bombardeo infamante!............

Entre los medios de defensa que en aquellos momentosse improvisaron para la defensa del Callao procurose organizar compañías de bomberos destinadasa servir de salvadores, de ambulancia o cruz roja yhasta de combatir en las trincheras señaladas por la superioridad militar.

Por gestiones del Alcalde Municipal de Lima, señordon Antonio Salinas, fueron organizadas las compañías«Municipal Lima» compuesta por la juventud más distinguida de esta Capital y la de «Artesanos» formada por nuestros obreros siempre patriotas.

Aquel día glorioso, en que el Perú aseguró parasiempre la independencia de la América Latina, perecióuno de nuestros compañeros Antonio Alarco, en la Torre de la Merced, en el instante que recogía de las manos de un cabo de cañón el sagrado emblema de la Patria,que aquel anónimo hijo de los Andes había mantenido enhiesto, como el orgullo y el patriotismo de nuestra raza!......

Disuelta la Compañía Nacional “Lima”, una vez quecesó el peligro, quedó latente el fuego sagrado del sentimientoque dio origen a aquella asociación humanitariay patriótica. Pero la presencia de los incendiosque en esta capital se sucedieron en los años posteriores,animados por otro sentimiento, igualmente noble y altruista, que es factor muy importanteen el progreso de las familias y de las naciones, por iniciativa délos señores Leonardo Ruillón, Pablo Pérez, José G. Tamayo y Juan C. Pareja, constituyóse, definitivamente,la Compañía Nacional de Bomberos «Lima» con undirectorio provisional compuesto por don Federico Andraca como Comandante Presidente, por don José Bressani,como Capitán Vice - presidente y los señores Eduardo A. Ribeyro y Ernesto La Rosa como secretarios, fuera del personal que firmó el acta del 8 de setiembrede 1868 que constituye la página brillante dellibro de oro de esta institución.

Más tarde, cuando el Congreso y el Poder Ejecutivo organizaron la Guardia! Nacional y por decreto del 2de abril de 1873 se mandó considerar a la Compañía Nacional de Bomberos «Lima» como Cuerpo de Artillería, prestó doble servicio; y. en 1879 a 1881, durantela Guerra del Pacífico, la Compañía Nacional-de Bomberos«Lima» cumplió, también, en la forma más abnegada y patriótica, los deberes que se ha impuesto enservicio de la Patria y de la Humanidad.

Señores: Las generaciones de una nacionalidad, por designio providencial, trasmiten unas a otras eldepósito sagrado de sus sufrimientos, aspiraciones,conquistas y progresos.

La generación que formó en 1821 la Patria y la que aseguró, definitivamente, en 1866, la independencia nacional, llegaron a nuestros padres un caudal moral y material inconmensurable. Nuestros padres recibieron una patria que se extendía desde el Zarumilla al Loa y del Pacífico al Madera; una Patria señora del Mar del Sur; propietaria de riquezas providenciales como el salitre y el guano; defendido por un ejército disciplinado y una marina poderosa y gloriosa; una Patria orgullosa por las virtudes, talento y carácter de sus hijos,en fin una Patria grande y feliz.

¿Dónde está el patrimonio patriótico que nuestros padres recibieron bajo el fuego del bombardeo que creó esta institución?......

Nos queda, todavía, señores, una herencia muy valiosa, fecunda, que no debemos conservar como depositarios pasivos, sino acrecentarla con más empeño que el que nos ha permitido llegar a este día clásico con honor y satisfacción. Quédanos intacta esta herencia sagrada: el patriotismo. Nos queda, también, los sentimientos más sublimes de nuestra raza: el altruismo yel sentimiento de solidaridad en las horas de pruebapara la Patria. Esos sentimientos, que dieron origena la Compañía Nacional de Bomberos «Lima» , permanecen latentes en el corazón de nuestra nacionalidad para demostrar que las lecciones de la historia nos imponen defender nuestra libertad, nuestra dignidad y la soberanía del Perú.

Señoras: Os agradezco, muy cordialmente, ennombre de la Compañía que me honro en comandar, por vuestra asistencia a esta fiesta íntima, en que sólohemos procurado bendecir la memoria y la obra dequienes crearon esta institución animados por un sentimientopuramente patriota. Habéis realzado esta veladacon vuestra encantadora belleza y con vuestrosgenerosos aplausos, que evidencian, una vez más, laproverbial gentileza, gracia y patriotismo de las damaslimeñas. Es a vosotras, como madres o como esposas, que ha tocado siempre las tareas de las antiguas vestales, esto es, mantener el fuego sagrado del ideal que respiramos todos los peruanos. No era posible, por lo tanto que nos hubieseis privado de vuestra encantadora compañía en esta fiesta modesta pero altamente patriótica. Nosotros abandonados a la lucha del trabajo y la vida, esperando la hora de la lucha contra el fuego que consume los hogares y las energías de la patria, no podemos fortalecer nuestro espíritu sin el cálido auxilio de vuestras oraciones y aplausos.

Compañeros: Podemos levantar la frente orgullosos de haber seguido la vida del altruismo y de la abnegaciónque nos trazaron en 1868 los fundadores dela Compañía Nacional de Bomberos «Lima».

Allí está nuestra obra. Hemos luchado de buenafe en el cumplimiento de nuestros deberes. A las generacionesque nos suceden legaremos la historia sinmáculas que ahora cincuenta años comenzaron a escribirlos fundadores de esta institución. También les entregaremos este cuartel construido a costa de nuestros propios recursos y de los óbolos del pueblo.

Nos queda todavía por organizar muchas cosas en el orden del engrandecimiento de nuestra asociación y al servicio de la Patria. Sin embargo lo que hemos realizado debe quedarnos como satisfacción del deber cumplido.

Ahora, hagamos votos de luchar siempre por hacermás fácil las condiciones del Bombero Nacional. Recordad también que nuestros esfuerzos deben concretarse antes que destruir el fuego a conservar o salvar elpatrimonio de los vecinos que confían en nuestros esfuerzosy en los auxilios de nuestros colegas de las demás Compañías, con quienes debernos trabajar siemprecon la mayor cordialidad en el servicio abnegado de losintereses del pueblo de Lima y del engrandecimientode la Patria.

He dicho.

Nutridos aplausos recibió el señor Muente al concluir su discurso.






El poeta nacional, señor Elías Alzamora, tuvo la delicada idea, de escribir un himno que tituló «Himno del Bombero» y que con atenta dedicatoria entregó al Comandante de la Compañía.

Ese himno al que puso música el maestro Bexerías, contiene las siguientes estrofas que fueron cantadas por el tenor nacional señor J. Alvarez del Villar y coreadas por el personal de bomberos:


                       HIMNO DEL BOMBERO
             (Para la Compañía Nacional de Bomberos «Lima» Nº 3)

                  CORO

Cuando el fuego, blandiendo sus llamas,
Amenaza con ciego furor,
Los bomberos le damos batalla,
Y vencemos su afán destructor.

                        1ª  ESTROFA

Las legiones guerreras que luchan
defendiendo su patrio pendón,
cantan himnos hermosos que alientan
en su pecho la fe y el valor.
Los bomberos, que somos soldados,
cantaremos nuestro himno desde hoy,
cuyo acento vibrante nos lleve
a luchar con denuedo y vigor.

Cuando el fuego, etc.

                 2ª ESTROFA

Siembren otros la ruina y la muerte
disparando el fusil y el cañón,
y conquisten laureles gloriosos
que los colmen de fama y honor.
Los bomberos, luchando abnegados,
por cumplir nuestra augusta misión,
conquistamos la dicha, inefable
de servir a los hombres y a Dios.

Cuando el fuego, etc.

Lima. 15 de agosto de 1918.
ELIAS ALZAMORA.


Cantado que fue el himno, el teniente secretario señor Juan Arce y Raby, pronunció el siguiente discurso de agradecimiento:

Señor comandante honorario; señor comandante; señoras; señoritas; señores:

Cábemela más honda satisfacción, al tener el altohonor de dirigiros la palabra en este momento, en que copado nuestro espíritu, por un agradecimiento sincero, á que se han hecho acreedores todas las personas que honran esta significativa fiesta, con la que celebramos elQuincuagenario de la fundación de esta humanitaria colectividad.

Por eso señores, "haciéndome eco del sentir unánime de todos mis compañeros, hago extensivo ese agradecimientohacia todas" aquellas personas distinguidasque nos han dado pruebas de simpatía y afecto, desinteresadamente,como lo saben hacer, los hombres conscientes de sus actos y sobre todo, señores, en este solemne momento, debo, hacer pública también nuestra gratitud, hacia la persona de nuestro distinguido sociohonorario protector, señor doctor don José Pardo, actual presidente de la república, quien en todo momento nos ha brindado su desinteresado apoyo, alentándonos en la titánica y ciclópea lucha que nos imponenuestro sagrado lábaro.

Yo creo, señores, que sería inútil que os relátaselosimportantes servicios que ha prestado el Cuerpo General de Bomberos, al cual la Compañía Nacional de bomberos«Lima» tiene la honra de pertenecer desde el 8 de setiembre de 1868, hasta hoy, y que, en todo momentoha dado pruebas efe verdadera humanidad y valorpara todo aquello que atañe á la colectividad delpaís.

También quiero creer, señores, que no habéis echado al olvido la actuación de esta compañía en la memorablejornada del Dos de Mayo de 1866, donde supo cumplir con su deber y cual un soldado que exponesu pecho, por el imperativo de la libertad ante el mortífero fuego de la metralla, supo contribuir con su valioso concurso, patriota y humanitario, prestando su antiguo cuartel de San Juan de Dios para hospital de sangre, donde fueron atendidos todos aquellos que lucharon por romper las cadenas que nos oprimían, desde siglos atrás.

Desgraciadamente, señores, tuvimos que lamentarla muerte de nuestro compañero Antonio Alarco, en latorre de la Merced, donde supo morir como bueno entre una legión de héroes, a manera de los espartanos de las Termopilas.

Y hoy, señores, alentado por tan noble sacrificio, nos sobra voluntad en la labor noble que demanda la obligación que nos hemos impuesto de servir a, la humanidad:abandonando nuestras labores cotidianas, contribuyendo con nuestro óbolo al sostenimiento dela institución, dejando nuestro hogar, cuando la campana con su vibrante sonido nos llama á cumplir abnegada y decididamente la misión santa del bombero. Sacrificio reservado por Dios, sólo á los hombres de almas bien templadas, que no buscan más recompensa que la satisfacción de practicarlos.

La fiesta de hoy, señores, es como el oasis en el desierto de nuestra vida, es como un día de luz, después de prolongada noche de tiniebla; el espíritu necesita, como el cuerpo para respirar, del plácido ambiente de estas horas amenas; un gesto de aliento basta para lanzarnos con más brío á nuestras atrevidas empresasy con vuestra asistencia en esta noche venturosa, nosalentáis para cumplir mejor nuestro deber mañana cuando la campana nos llame a disputar sus víctimas a las llamas o a la muerte.

Señoras y señores:

Os pido que no olvidéis nunca á los bomberos de la«Lima» y que en todo momento, nos prestéis vuestro apoyo, que ellos sabrán corresponder con el cumplimiento de su noble lema:

Humanidad y Patria,
Os agradezco en nombre de la Compañía Nacionalde Bomberos «Lima», como secretario de ella, y en el mío propio, vuestro galante concurso.

He dicho.

Con la marcha «Zíngara» de Poppi, tocada por la orquesta, se dio fin á la Velada, atendiéndose á las personasconcurrentes con pastas y refrescos, improvisándoseun baile que se prolongó hasta las primeras horasde la mañana.

El pedido hecho al señor Arzobispo para la celebraciónde la misa de campaña, dio lugar a que se prolongara el programa de fiestas, acordando el Directorio de la Compañía sufragar de su peculio los gastos que originara esa ceremonia y el del desayuno que se ofrecería al Ilustre Prelado después de terminada la misa.

Fijado el domingo 29 de setiembre fueron hechos todos los preparativos, facilitando la Venerable Orden de San Francisco de Asís, el altar y ornamentos necesarios para la ceremonia, efectuándose esta en la Plaza San Martín, a las 10 de la mañana del indicado día.

Fue llevado todo el material contra-incendios y colocado frente al altar que se había levantado en la base preparada para recibir el monumento a San Martín,concurriendo todo el personal, llevando el estandarte,acompañado de los representantes de las compañíashermanas que se habían dignado concurrir.

Fue repartida entre los concurrentes, hojas sueltasquecontenían la siguiente alocución "de Monseñor Arzobispo dirigida a los bomberos:

Señores socios de la Compañía de Bomberos:
"Ninguno da muestra de mayor caridadque el que expone la vida por sus amigos"ha dicho Jesucristo, el Maestro, Hijo de Dios vivo.

El ejemplo de abnegación desinteresada y humanitaria que por cincuenta años nos habéis dado, hacenque el pueblo entero de Lima, lleno de simpatía hacia vosotros, os señale hoy corno acreedores a esta sublime alabanza de nuestro Salvador.

¡Gloria sea dada a Dios y a su doctrina santa quetales heroísmos inspira, realiza y conserva!

La Iglesia tiene para vosotros especiales bendiciones; éstas son las que en este momento voy a implorarrepitiendo bajo la bóveda del gran templo del Firmamentolas creadoras palabras de Cristo: «Este es micuerpos. «Esta es mi sangre», que, conservadas en loslabios sacerdotales desde hacen veinte siglos, perpetúasobre la tierra el gran Sacrificio, inspirador de los grandessacrificios y heroísmos, pues Jesucristo se hizo pornosotros obediente hasta la muerte y muerte de cruzpor la cual Dios Padre le glorificó y le dio un nombresuperior a todo nombre y al oír su nombre dóblase todarodilla en el cielo, en IR tierra y en el infierno.

Imitáis a Cristo en vuestra perseverante y heroicalabor humanitaria, participaréis seguramente de sugloria.

Por la sangre de Jesús, pido esto para vosotros unido al pueblo todo de esta católica ciudad.

Vuestro pastor y siervo
EMILIO
Arzobispo de Lima

Lima, 29 de Setiembre de 1918, en el quincuagésimoaniversario de la fundación de la Compañía Nacionalde Bomberos «Lima» N° 3.

Momentos después, el mismo señor Arzobispo revestido con los ornamentos sagrados celebró la misa, que fue acompañada por escogidos trozos de música sagradaque ejecutó la banda de la Escuela Salesiana ypresenciada por numeroso público que se congregó enla gran plaza.

Terminado el servicio religioso el R. P. Cacho, de la Orden Franciscana, pronunció un elocuente panegírico, encomiando la hermosa labor de los bomberos en favorde la ciudad de Lima y enumerando la serie de sacrificiosy actos de abnegación realizados por la «Lima» durantelos cincuenta años de su existencia. Finalizó este acto religioso con la bendición quedio Monseñor Lissón al material y al personal de bomberos.

En seguida fue invitado Monseñor Lissón y los venerables sacerdotes que lo acompañaban al desayunoque se tenía preparado en el cuartel, donde era esperadopor todo el personal en formación de honor.

Después de atendido con el desayuno y tras breve plática en la que el señor Arzobispo expresó una vezmás los sentimientos que lo animaban para la Bomba«Lima» a la cual ofreció su protección en todo lo quepudiera ofrecerse, se despidió dejando en el ánimo delos bomberos un profundo sentimiento de simpatía ygratitud que se exteriorizó con aplausos y atenciones de todo género, hasta el momento que tomó el carruaje que lo esperaba a la puerta, siendo una vez más despedidocon toda gratitud.

Tras la ceremonia que hemos reseñado se dio fin a las fiestas del cincuentenario y comienza una nueva etapa, en la que la Bomba «Lima» espera continuar la obra de abnegación y de sacrificio que sus predecesores le trazaron con su ejemplo y con su acción.

Entre los homenajes que recibió la Compañía, con motivo de la fiesta de su cincuentenario, tenemos que mencionar, la brillante composición poética, que el señor Ricardo Chirre Danos, publicara en el periódico «La Ley» y que trascribimos a continuación, cerrando con áureo broche estos apuntes históricos y dando a la vez las más expresivas gracias a su autor.

                     CINCUENTENARIO

La caridad es bella,
la abnegación es santa
y el hombre que los bienes y la vida
sacrifica en sus aras,
tiene nobleza y fe dentro del pecho
y aliento celestial dentro del alma.

El bombero es un símbolo
de abnegación sagrada;
aquel que a costa de su propia vida
desafiando a las llamas
víctimas inocentes
al abrazo fatídico arrebata,
es un héroe más que nuestra historia
debería en sus páginas
brindarle el galardón del patriotismo,
pues quien ama al hermano, ama a la patria.

¡Medio siglo de vida ha trascurrido!
Diez lustros de faenas agitadas
luchando contra el fuego
por salvar a las víctimas hermanas.
¡Medio siglo en el puesto de combate
y siempre alerta para la campaña!

Pasaron cincuenta años y hasta ahora
lleva latente el alma
de ese cuerpo fundido a los apremios
de aspiraciones santas
el afán que alentó las energías
del inmortal Andraca.
Heroica «Bomba Lima»
institución sagrada
escucha los fervientes ditirambos
de aquellos que te aman,
porque comprenden tus abnegaciones
y tu nobleza de alma.

Que llevas entusiasmos y alegrías
en tus locuras santas,
y cuando del suelo elevas tus afanes
trepando las escalas
sueñas quizás que por allí a la Gloria
más ligero se marcha.

Y cuando sobre el fuego
fijas la firme planta,
e intiman rendición a los escombros
los furores de tu hacha,
sueña mi fantasía
con la visión de una deidad pagana.

¡Oh “Bomba Lima”! Símbolo
de abnegaciones máximas!
Recibe de nosotros el afecto
de los que bien te aman.
¡Medio siglo en el puesto del combate
y siempre la primera en la batalla!





[1] Ismael Romero, Manuel Jesús Suarez y Juan A. Arce, Apuntes Historicos de la Compañía Nacional de Bomberos, p 216