Transcurridos cincuenta años de su fundación en 1866, a la Bomba Lima, no se le permitió celebrar como era debido sus bodas de oro, ello que debido a que las prinicipales autoridades del Cuerpo de Bomberos de Lima en ese tiempo, aducieron erroneamente que se debía celebrar el año de 1918 y no en el 16, puesto que le daban mas valor al año reorganizativo que al año fundacional. Ello llevó a una serie de fricciones dentro del aparato directivo del bomberismo limeño, a tal punto de llegar al extremo de que si se hacía caso omiso a ello, conllevaría a una serie de sanciones, entre las que destaca la mas contundente, de desconocer a nuestra compañía de bomberos como tal, ante todo el aparato gubernamental.
No es materia de este artículo, replicar las arbitrarias acciones de ese año, ni mucho menos, dar cabida a algo que ya esta por demás sustentado historica y documentariamente hasta el aciago en este estudio, pero si creo pertinente comentarlo, para que el ilustrado lector, sepa que respecto a darle vuelta a tan rebuscado temas, no es de nuestros días, sino, desde mucho tiempo atrás. Peor es el caso de comentarlo redundantemente en nuestros días, sin tener el asidero claro y concreto como se a venido haciendo irresponsablemente diría yo, fomentando sobre todo, la discordia entre bomberos que hoy vestimos un mismo uniforme y miramos el mismo norte institucional.
Pero la historia cuando tiene peso fundamental y se hace paso, emerge victoriosa y decidida, para echar atrás y destruir cualquier idea o tesis que ose atentar y alterar el curso de la verdad impertérrita. La historia de la Bomba Lima como ya dijimos anteriormente no es la excepción y está dentro del rubro de la verdad y sus pilares fundamentales reposan, en el centenar de libros que se lucen hoy en su remosado biblioteca - archivo.
Haciendo el aclare respectivo, ahora es preciso recalcar que quien comandaba la compañía en ese año del jubileo, era el Comandante Aurelio M. Muente y Presidente de la República, el no menos conocido y gran amigo de la Bomba Lima, Dr José Pardo, hijo de nuestro recordado amigo y socio honorario benefactor, don Manuel Pardo, cobardemente asesinado en 1878. El Dr Pardo, quien en dichos años era muy joven, sabía y fue testigo del cariño de su padre para con los bomberos de nuestra compañía y es por ello que su asistencia no fue por mera formalidad y mucho menos resuelta casualidad. Asistieron el Alcalde de Lima el Dr Luis Miroquesada de la Guerra, quien asistió acompañado de su dignidísima esposa, doña Elvira Garland, nombrada madrina de estas celebraciones, el Ministro de Gobierno Dr. Clemente Revilla, quien años después como Presidente del Congreso en 1936, aprobó la ley de creación del distrito de Lince, lugar a donde la compañía se mudaría años despues y el Arzobispo de Lima, su ilustrísima Emilio Lisson Chávez, entre otras destacadas personalidades asistentes.
Haciendo el aclare respectivo, ahora es preciso recalcar que quien comandaba la compañía en ese año del jubileo, era el Comandante Aurelio M. Muente y Presidente de la República, el no menos conocido y gran amigo de la Bomba Lima, Dr José Pardo, hijo de nuestro recordado amigo y socio honorario benefactor, don Manuel Pardo, cobardemente asesinado en 1878. El Dr Pardo, quien en dichos años era muy joven, sabía y fue testigo del cariño de su padre para con los bomberos de nuestra compañía y es por ello que su asistencia no fue por mera formalidad y mucho menos resuelta casualidad. Asistieron el Alcalde de Lima el Dr Luis Miroquesada de la Guerra, quien asistió acompañado de su dignidísima esposa, doña Elvira Garland, nombrada madrina de estas celebraciones, el Ministro de Gobierno Dr. Clemente Revilla, quien años después como Presidente del Congreso en 1936, aprobó la ley de creación del distrito de Lince, lugar a donde la compañía se mudaría años despues y el Arzobispo de Lima, su ilustrísima Emilio Lisson Chávez, entre otras destacadas personalidades asistentes.
El lugar de la celebración, nuestro recordado local de la calle Pobres que lucía engalanado y era totalmente nuevo. A continuación dejemos que los señores Ismael Romero, Manuel Jesús Suarez y Juan A. Arce,nos cuenten como se celebró tan magno acontesimiento, que figura en el libro "Apuntes Históricos de la Bomba Lima", redactado en 1918, como corolario de esas celebraciones:
Cómo fue la Celebración [1]
Aproximándose la fecha de la
celebración del quincuagenario y con el objeto de arreglar todos los detalles con
que debía celebrarse esa fiesta, en la que se efectuaría la inauguración y
bendición del cuartel y de la Torre de señales, la Junta General nombró las
siguientes comisiones:
Calificadora
de Premios, para dar cumplimiento a la resolución
de junta general de 8 de setiembre de1913, señores Enrique Larrea, Juan E.
Catalán, Manuel Isaías Tirado, Enrique Diaz Albites y Andrés Canessa,asesorados
por el Subsecretario señor César R, del Castillo.
Organizadora
de la fiesta.-Señores Comandante Aurelio M. Muente,
Teniente, Armando Puertas, Bomberos: Justiniano Álvarez del Villar, Manuel
Jesús Suárez, y Federico Paredes y Genit.
Invitado por la Comisión
organizadora, el Presidente de la República señor doctor José Pardo, para que
honrara la fiesta, con su presencia y actuara como padrino, en la ceremonia de
bendición del cuartel y torre de señales, junto con la señora Elvira Garland
de Miró Quesada, fue aceptada por el señor Pardo esta solicitud ofreciendo
concurrir el día designado. Igual invitación se hizo al Rvdmo. Arzobispo de Lima, Monseñor Emilio Lissón, pidiéndole que fuera él,
quien efectuara la bendición, a lo que accedió paternalmente el ilustre Prelado.
Cumplidas por las comisiones los
objetos para quehabían sido nombradas y presentado el programa de la fiesta,
fueron repartidas las siguientes invitaciones: El Comandante de la Compañía
Nacional de Bomberos «Lima», tiene el honor de invitar a Ud. a la ceremoniade
inauguración y bendición de su cuartel, en la calle de Pobres, y la Torre de
Señales, que apadrinadaran el señor Presidente de la República doctor don José Pardo y la señora Elvira Garland
de Miró Quesada, efectuará el Rvdmo, señor Arzobispo, el domingo 8 de
los corrientes a las 4 p. m. y, a la Velada Literaria —Musical que en celebración
del cincuentenario de la Compañía tendrá lugar a las 9 de la noche del mismo
día.
Lima, 5 de setiembre de 1918.
Programa de la Velada
I
I.
Obertura…………………………………….. por la
orquesta dirigida por el maestro Bexerías.
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BELA
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II.
Discurso de ofrecimiento por el
Comandante honorario señor doctor Samuel A. García.
|
|
III.
Serenata de Pierrot,
Orquesta…………….
|
BURGNET
|
IV.
Discurso de orden por el
bombero señor J. Alvarez del Villar.
|
|
V.
Momento Musical,
Orquesta……………….
|
STUBERT
|
II
VI.
MadammeButterfly,
Orquesta………………
|
PUCCINI
|
VII.
Discurso por el Comandante
activo señor Aurelio M. Muente.
|
|
VIII.Himno: El Bombero
de la “Lima”………. estrofas del poeta nacional señor Elías Alzamora, cantadas
por el tenor nacional señor J. Alvarez del Villar, coreadas por el personal
de bomberos.
|
BEXERÍAS
|
IX.
Discurso de agradecimiento por
el teniente secretario, señor Juan Arce y Raby.
|
|
X.
Marcha Zíngara………………………………
|
POPPI
|
La indisposición que sufriera el
señor Presidente de la República, obligó a la Compañía a postergar hasta el 15
de setiembre la celebración, de las fiestas que tenía preparadas. El indicado
día, presente el señor doctor Pardo, que fue recibido con los honores
correspondientes a su alta investidura, quien llegó acompañado del Presidente del
Consejo de Ministros doctor Francisco Tudela; del Ministro de Gobierno, doctor
Clemente A. Revilla y de su Casa Militar, fue conducido a la Sala de Sesiones, donde
se encontraban reunidos el Iltmo. señor Arzobispo,el Alcalde Municipal doctor
Luis Miró Quesada, el Presidente de la Junta Departamental doctor Mario Sosa,
gran número de Senadores y Diputados, el Comandante General del Cuerpo de
Bomberos de Lima, señor Roberto E. Wakehan, comisiones de las compañías de
bomberos de Lima, Callao, Chorrillos y Barranco y un selecto número de damas y caballeros, dándose principio a la
primera parte del programa de fiestas,con la apertura de la sesión por el señor
Presidente de la República, y lectura por el Teniente Secretaria, señorArce y
Raby, de las actas de fundación de la Compañía.
En seguida, el Comandante, señor
Aurelio M. Muente pronunció el siguiente discurso:
Señor presidente de la república,
ilustrísimo y reverendísimo señor arzobispo de la arquidócesis, señoras, señoritas,
caballeros:
Estoy seguro de interpretar el
sentimiento más íntimo de la Compañía Nacional de Bomberos «Lima», al acoger con
la gratitud más rendida a quienes han tenido la bondad de venir a saludarnos en
la clásica efeméride de nuestra fundación.
Si los símbolos son en la
historia exponentes de las leyes que presiden el desenvolvimiento de las
naciones, la fiesta que hoy nos
congratula tiene una evidencia que ha de perpetuarse a través de los siglos
como prueba de la abnegación y del patriotismo de nuestra raza.
La capitulación de Ayacucho, que
había alejado del Perú el funcionarismo colonial, no pudo alentar en un día el
sistema social creado en más de tres centurias de dominación absoluta. Dejó en
el espíritu de nuestra subraza mestiza al germen de las excelsas
virtudes colectivas, las huellas de la lucha heroica que produjo nuestra
emancipación y los residuos de
intereses de castas que separaron temporalmente dos nacionalidades de una sola
alma generosa y abnegada.
Aquellos intereses originaron, en
1865, la expedición naval al Pacífico y la ocupación de nuestras islas guaneras
por fuerzas de desembarco de la monarquía española. En aquellos momentos, amenazada
la república de una contienda armada con la madre España, que venía en actitud de
someter al hijo rebelde que durante el virreinato fue su más querido y robusto
apoyo, todos los peruanos, sin distinción de partidos, movidos por un sólo
sentimiento- ser para siempre libres- concurrimos a ofrendar a la patria
nuestros intereses, servicios y vidas.
Entre las medidas de todo orden
adoptadas para la defensa nacional, el Alcalde de Lima, señor Antonio Salinas,
por sugestiones del jefe supremo de la república que rigió en aquellos días los
destinos nacionales, hizo un llamamiento a la juventud limeña para que
organizase compañías voluntarias de bomberos, destinadas a salvar al Callao
durante el bombardeo. Las gestiones del alcalde de Lima tuvieron eficaces
resultados.Se organizaron, inmediatamente,
las Compañías municipal"Lima" y la de "Artesanos", la
primera formada por distinguidos jóvenes de la burguesía y la segunda por
patriotas hijos del pueblo.
Organizada debidamente la
Compañía Municipal" Lima", vistió el uniforme garibaldino y concurrió,
desde los primeros instantes, al combate naval del 2 demayo de 1866, en el que nuestros bomberos desempeñaron funciones
de salvamento, de ambulancia y militares.
Aquel día glorioso, en que el
Perú salvó para siempre la libertad de la América meridional, uno de
nuestros heroicos compañeros, Antonio Alarco, ofrendó su vida en aras de la
patria, en la torre de la Merced, en un momento en que reemplazaba a un cabo de
cañón que había muerto, también sosteniendo, en lo más alto de su pecho, nuestro
glorioso pabellón nacional.
Terminada aquella jornada heroica
y desaparecida la causa que le dio origen militar, disolvióse la
compañíaMunicipal de Bomberos "Lima".
Pero los sentimientos humanitarios
de nuestra raza y el patriotismo que nos guía en la prosecución del progreso
nacional, no podía circunscribirse a una tarea pasajera, propia al momento de
peligro en que fue colocada la patria. El patriotismo, señores, pese a los
que desesperan de nuestra regeneración nacional, es entre los peruanos acción
permanente, consciente y firme, que, sin falsas ostentaciones, modestamente,
procura el progreso fundamental del Perú y la prosperidad firme de sus
instituciones. Nuestro patriotismo está exento de las vicisitudes que crean los
caprichos de las multitudes. Por esas causas, ante la contemplación de los
desastres que aquí produjeron los incendios en 1868, los asociados de la campaña
patriótica volvieron a reunirse convocados por don Leonardo Rullón y decidieron constituir
la Compañía -Nacional de Bomberos "Lima", que quedó fundada,
definitivamente, el 8 de setiembre de 1868, con el personal que menciona el acta
de aquella fecha y que constituye la primera página del libro de oro de esta
institución.
Después, cuando los poderes
públicos organizaron los servicios de la guardia nacional y por decreto del 2 de
abril de 1873 se mandó considerar a la Compañía de Bomberos "Lima",
como cuerpo de artillería, prestó doble servicio, y en 1879 a 1881, durante la
guerra del Pacífico, la Compañía Nacional de Bomberos “Lima"cumplió,
también, en la forma más abnegada y patriótica, los deberes que se ha impuesto
en servicio de la patria y de la humanidad.
Señor presidente: Perdonad que
haya dado a mis palabras una extensión impropia del acto que vuestra gentileza
nos permite celebrar con solemnidad. Excusad que en esta fiesta, excepcional
para la Compañía que tengo el honor de comandar, en este momento histórico,único
para la generación que vivimos, en elcual realizamos el ideal de inaugurar nuestro
cuartel y torre de señales, bajo la bendición del más virtuoso metropolitano de
las últimas décadas, cuartel y torre que son los exponentes de la patriótica
protección de la solidaridad de las clases sociales que nos apoyan con sus
óbolos y aplausos; excusad, señor presidente de nuestra gratitud imperecedera
por las mercedes quelas instituciones públicas y el pueblo nos han dispensado y
que nos permite celebrar el quincuagésimo aniversario de la fundación de nuestra
compañía bajo el techo del local en que os recibimos, formulando los votos de
agradecimiento más sinceros por el cariño, la amistad y las felicitaciones que nos habéis ofrecido en el día más
glorioso de nuestra institución.
Ilustrísimo y reverendísimo
monseñor: La Compañía Nacional de Bomberos "Lima" os agradece
especialmente por la paternal solicitud con que os habéis prestado a consagrar
esta casa, donde, con la bendición del Todo Poderoso y la vuestra, seguiremos
dedicando nuestras sanas energías y nuestras más nobles potencias a la obra
interminable y siempre grata de salvar la vida y los bienes de los hombres que
viven o se acogen a la sombra de nuestro querido pabellón.
Bomberos: Vosotros recibid
también las expresiones de nuestro profundo agradecimiento por vuestro amable
saludo, por vuestra cooperación constante en los cincuenta años de vida que
llevamos en defensa del bienestar material de los hombres y por vuestro
constante anhelo de constituir una familia, regida por la ley suprema de la
fraternidad y la solidaridad en la obra humana que venimos desempeñando con
verdadero altruismo.
Compañeros: Os suplico poneros de
pie para saludar con la más calurosa simpatía y entusiasmo a quien ha tenido la
hidalguía y la bondad de expresarnos en esta gloriosa fecha, sus votos por
nuestra felicidad. Os pido para el primer magistrado de la república, para el
congreso nacional, para el venerable y virtuoso metropolitano, para nuestros
colegas y para todos los colaboradores de nuestra obra de cultura y progreso,el
homenaje de respeto y de
gratitud que merecen por la gentileza con que nos han ayudado y aplaudido, así
como los votos más fervientes por la ventura de quienes nos ayudan en la obra
que venimos realizando por el engrandecimiento de la patria que servimos
con honra y con orgullo.
He
dicho.
Apagados los aplausos con que fueron
recibidas lasúltimas palabras del señor Muente, Monseñor Lissón procedió a
bendecir la torre de señales y campana; acto que fue apadrinado por el
presidente doctor Pardo y la señora Elvira Garland de Miró Quesada.
Procediéndose en seguida, a la
entrega por el doctor Pardo, de los siguientes:
Premios
especiales
Cruz de Malta de oro, al señor
Francisco Távara, socio fundador; cruz de Malta de oro al doctor Samuel A,
García, decano de los bomberos activos; Cruz de Malta de oro, al señor Enrique
Larrea, socio vitalicio puntual a los actos del servicio.
Premios
de asistencia
Copa de plata, al señor
Comandante Aurelio M. Muente, por el máximo de asistencia en cinco años; reloj
de oro al señor Manuel C.Ferreyra, por ser el primer accesitario en los cinco de
asistencia; Cruz de Malta de oro, al sargento primero, señor Felipe Cordano,
segundo accesitario en los cinco años de asistencia; Cruz de Malta de plata, al
sargento primero señor David Icaza,accesitario en los cinco años de asistencia;
Cruz de Malta de bronce, al subteniente señor César R. del Castillo, por ser el
cuarto accesitario, en los cinco años de asistencia.
Premios
de Mérito
Cruz de Malta de oro, al señor
Cristóbal Segura, por haberse distinguido en el incendio del Martinete; Cruz de
Malta de plata, al señor Juan E. Catalán, por haberse distinguido en el incendio
del templo de San Francisco, en el año 1899; Cruz de Malta de bronce, al señor
Mario B. Injoque Romero, por haberse distinguido en el mismo incendio; al
anterior medalla de plata por haber alcanzado su jubilación después de 20 años de
servicios calificados.
El Presidente José Pardo en el Jubileo de Oro de la Bomba Lima |
Terminada la entrega de premios, el señor José Pardo, pronunció un discurso manifestando su complacencia por
haber podido asistir a esta ceremonia, que era prueba de la unión y
perseverancia que los socios de la «Lima», habían sabido conservar, prestando
sus humanitariosy abnegados servicios a la ciudad, durante los cincuenta años de
vida que cumplía. Felicitó al Comandante de la Compañía por el magnífico pie en
que se encuentra la institución, concluyó exhortando a los señores bomberos a
seguir cumpliendo su misión ymantener las tradiciones de la «Lima», benemérita
Compañía, que también supo prestar importantes y patrióticos, servicios, aun
fuera del programa a que la dedican sus fines. Concluyó formulando votos, porque
el éxito más completo acompañe siempre a esta institución.
Al terminar, el señor Pardo, fue
estruendosamente aplaudido.
El señor Roberto Wakeham.
Comandante Generaldel Cuerpo de Bomberos, hizo entrega de una medallade oro
obsequiada por el Directorio a la Compañía, conmotivo del Cincuentenario de su
fundación.
El señor Wakeham, al cumplir su
cometido, pronunció el siguiente discurso:
Señores:
No bien se había tranquilizado
nuestra vida metropolitana después del rechazo que sufriera la armada española en
la bahía del Callao el 2 de Mayo de 1866 que un grupo de jóvenes de nuestros
mejores círculos sociales concibió la formación de la Compañía Nacional de
Bomberos «Lima» N° 3.
Don Francisco Andraca, entusiasta
comunal, cuya labor honra al Cuerpo de Bomberos de Lima y quien había formado en
las filas de la Bomba Municipal que actuara el año 1866 fue el encargado d«
reunir los elementosy llevar a efecto tan útil como necesaria obra.
Quien haya leído «El Comercio» y
«El Peruano» del año1866 y los subsiguientes, no habrá dejado de admirarel
tesón y entusiasmo de este viejo bombero hasta obtenerde los poderes públicos
el apoyo que demandaraen bien del grupo de ciudadanos que reunidos bajo la santa
bandera del altruismo y el deber impuesto querían para la capital una Compañía
de Bomberos netamente nacional para compartir, con las extranjeras ya formadas,
la labor de salvarla en caso de un siniestro.
La «Lima» ha sabido cumplir con
sus tradiciones su programa de servicios a la capital ha sido
llenado fielmente.- Alejada, por reglamento, de aquel ambiente de política
nacional que tan dañino es para el bienestar de instituciones de nuestra índole,
la «Lima» cumple hoy un cincuentenario, orgullosos sus dirigentes de la fecunda
labor de medio siglo; abundante material presentado en el local sin tacha; personal
selecto listo para acudir a las llamadas que en nuestro ministerio tenemos que
cumplir, son el corolario de la labor de 50 años- de los sacrificios y ahorros
de medio siglo demostrando como colocando piedra sobre piedra y centavo con
centavo se llega a cimentar una institución que honra a nuestra capital,- la
sicología del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú es tal que en su vida de
desenvolvimiento llena de sacrificios personales y pecuniarios, surgen sus
instituciones a pesar de la desidia y el desdén de nuestro ambiente
metropolitano -Lima, necesario es decirlo, se siente segura con las vigilias
del bombero—ignora como subsiste—no se preocupa de su bienestar ni de las
necesidades de nuestra vida—sólo sabe que las siete compañías de voluntarios que
componen la institución velan diariamente por ella—sabe que se adiestran y
ejercitan periódicamente en la labor que en momento dado están llamados a
desempeñar y creen, como doctrina, que nuestra presencia les lleva una póliza de
seguros en caso de un siniestro y es porque hasta la fecha, en los 50 años de
existencia que lleva el Cuerpo de Bomberos, Lima jamás ha sufrido la desgracia de
ver sus calles arrasadas íntegramente por un siniestro, porque no hay tradición
de que el fuego no haya sido dominado en el sitio en que originalmente se
desarrollara.
La «Lima» cuenta en sus fojas de
servicios además de su actuación en el Cuerpo de Bomberos de Lima, su presencia
en las filas del ejército nacional en la guerra del 79- sus servicios en las ambulancias y guardia urbana y la
formación de la Escuela de Tiro el año 1905.
El Directorio del Cuerpo que me
honro en representar ha querido, con justo deseo, premiar a la Compañía de
Bomberos «Lima» Nº3 y en sesión de 22 de agosto acordó la presentación de una
medalla de oro que hoy señor Comandante cumplo con entregar a Ud. como testimonio
del compañerismo que os brindan vuestras hermanas del Cuerpo y en homenaje a su
actuación durante 50 años—hago votos, señor Comandante, para que vuestra Compañía
aspire siempre al ideal de nuestra consigna que tan sabiamente ha cumplido hasta
la fecha bajo la feliz inspiración de sus dirigentes.
Concluido el anterior discurso se
procedió a repartir medallas conmemorativas, de oro y de plata, obsequiadas por
el señor doctor Párelo, y elegantes bouquets de flores naturales, que la madrina
señora Garland de Miró Quesada, tuvo la gentileza de remitir con atenta
dedicatoria, dándose por concluido el acto.
Pasó en seguida el doctor Pardo,
acompañado de los señores ministros y demás concurrentes al acto, a la Avenida
Piérola donde en correcta formación se encontraba todo el personal de la
Compañía con todo el material que posee.
Hermoso golpe de vista el que
ofrecía el numeroso personal elegantemente uniformado y el gran número de carros
brillantes y completos, con todos los útiles necesarios para combatir el fuego,
que se presentó a la vista del señor Presidente de la República y de su
numeroso séquito. El doctor Pardo manifestó su complacencia deteniéndose delante
de cada una de las brigadas en que fue presentado el material y personal,
manifestandosu complacencia y felicitando a los jefes dela Compañía.
El material presente a la revista
fue el siguiente:
3 Bombas a vapor
1 Bomba de brazos
5 Carros de mangueras
2 Carros de escalas
1 Carro de escalas mecánico
2 Carros de útiles
1 Carro de trasporte
1 Carro automóvil para tracción.
De regreso al cuartel, le fue
ofrecida a las personas presentes una copa de champaña, retirándose el doctor
Pardo, acompañado de sus ministros y casa militar, con los mismos honores con
que fue recibido. El Ilmo, y Revdmo. Arzobispo, fue
atendido especialmentepor una comisión que lo acompañó hasta su salida del
local, despidiéndosele con toda la gratituddel personal, por su bondad al
aceptar el pedido que sele hizo para celebrar una misa de campaña, el día que se
le indicara, y en el sitio que se escogiera. El Ilustre Prelado se despidió
dando las gracias por las –atenciones que había recibido.
Después de atenderse durante toda
la tarde a las comisiones de las compañías hermanas y "familias que habían
concurrido al acto y a los acordes de la banda de músicos del Batallón Nº 7 que
había amenizado la fiesta se dio por concluida la primera parte del programa.
Continuando, en la noche, el
programa de fiestas, tuvo lugar la Velada Literario-Musical.
El gran salón del material,
trasformado en elegante sala, alfombrada y amueblada con exquisito gusto y con
profusión de adornos y derroche de luz y de flores, fue el lugar donde la
Compañía recibió la numerosa y selecta concurrencia que había atendido a las
invitaciones hechas.
Dio principio la velada con el
siguiente discurso del señor Comandante honorario doctor Samuel A. García:
Señores:
El día 8 de setiembre de1868, un grupo de jóvenes, llenos de
abnegación y entusiasmo fundaron la «Compañía de Bomberos Lima», que hoy
celebra sus bodas de oro, rebosante de júbilo; por haber llenado ampliamente en
su largo período, todas las obligaciones que imponen tan ardua obra, procurando
alcanzar en su vida social, el rol á que estaba llamada.
La Compañía de Bomberos «Lima»
así formada, por un núcleo resuelto fue pronto un centro de reunión y
humanitaria confraternidad donde desde sus alto jefes, hasta el último socio;
han rivalizado en el cumplimientode sus penosas labores, ya luchandocon el
feroz elemento, para salvar la vida y propiedad, ya con la situación económica en
sus períodos vacilantes, conquistando con sus heroicos sacrificios el honroso
puesto que hoy ocupa.
En tan largo período, como es
frecuente en todas las instituciones, la compañía ha pasado por muy diversas fases,
unas penosas, halagadoras otras, pero la constancia, la fé y la voluntad
inquebrantable de todos sus socios, la han sostenido y colocado en las
condiciones ventajosas en que se encuentra.
Es sabido, que el progreso de las
instituciones se funda en la perfecta unión y sincera lealtad, y como el bombero
al consagrar su vida a tan santa misión lleva en sí el ideal del sacrificio
personal en favor del bien común, no trepida jamás, en imponerse las más
forzadas tareas, a fin de alcanzar con su contingente a mas de la satisfacción
del deber cumplido, el orgullo santo de ver el nombre de su compañía, lleno de
celebridad, y es por esto que desde el día de su fundación hasta el presente, ha
recorrido un camino lleno de glorias y de triunfos. Tocándome la honra de presidir
esta solemne y significativa actuación, lo hago lleno del júbilo que en mi ánimo
produce, al cooperar a todo lo que realce nuestra institución querida.
Mi constante anhelo ha sido su
engrandecimiento de suerte que hoy que veo, llega a tan larga fecha,
cumpliendo todos los requisitos de su elevada misión, me siento satisfecho, y
creo interpretar igualmente el sentir de todos mis compañeros. Nada más halagador en estos
momentos, que vernos rodeados de la sociedad de Lima, que se identificacon
nuestros sentimientos, tomando parte en nuestro justo regocijo al celebrar tan
magna fecha.
En el sentir común está, que la
institución tiene derecho a estar satisfecha del progreso que ha llegado a
alcanzar; que las nuevas generaciones en cuyas manos estará su dirección, sabrán
sostenerla en el puesto de honor en que está colocada, y que mientras el
estímulo de progreso y engrandecimiento perdure en su divisa, será siempre la
«Lima», favorita de todas las clases sociales.
Mi última palabra queridos
compañeros, es el ferviente voto por que nos conservemos siempre con el mismo
entusiasmo que hasta hoy, cumpliendo con creces, la divina y patriótica enseña
que nos hemos impuesto; recogiendo el premio que la posteridad siempre justa,
guarda a sus buenos hijos.
La orquesta, dirigida por el
maestro Bexerías ejecutó el precioso y delicado motivo de Burgnt, «La Serenata
de Pierrot».
A continuación, el veterano
bombero señor Justiniano Álvarez del Villar, encargado del discurso de orden, se
expresó así:
Señoras y señores:
La Compañía Nacional de Bomberos
«Lima» N° 3 llega hoy a los cincuenta años de su existencia, durante los cuales
cumplió con ardorosa é indeclinable abnegación,llevada al sacrificio, los
filantrópicos deberes que se impuso, en protección de la propiedad y la
vida, contra la acción destructora del fuego. Y porque nada enaltece tanto a las
instituciones y a los hombres como el cumplimiento del deber, sobre todo, cuando
dentro de él la virtud del sacrificio rivaliza con la virtud del desinterés; hay
causa para que nuestra Compañía celebre sus bodas de oro, más que con los
trasportes de una alegría vulgar, recordando con religioso sentimiento,a sus
gloriosos mártires, y confortando con su ejemplo el corazón que afronta al
peligro, y el brazo que lo domina.
Pocos son los Hombres capaces de
la abnegaciónque infunde el culto del bien, y que es absolutamente necesario
para militar en instituciones de salvamento como la nuestra; si bien, el mayor
número comprende la grandeza de nuestra misión, estima nuestros servicios, y los
retribuye con esa calurosa simpatía que nos comunica en cada ocasión nuevo
aliento.
Sea lo mejor de esta fiesta, la
contemplación del camino recorrido, el recuerdo de los beneficios realizados,
la glorificación de los que, en nuestras filas, ganaron a costa de su vida, la
palma inmarcesible de los héroes, y el cariñoso recuerdo de aquéllos, que,
presentes en nuestro corazón, o militando todavía con nosotros, fueron
infatigables en cimentara la Compañía, y traerla al floreciente estado, en que
columbramos todos los éxitos que ella seguirá alcanzando, en una existencia
muchas veces centenaria.
Loor a aquellos que supieron
derivar de la unión la estabilidad, la eficacia y el auge de esta nacional
Compañía que crearon su poder, dotándola del materialcon que hoy trabaja; y
cuya consagración tan diligentecomo atinada, en el decurso de cincuenta años,
nos proporciona la felicidad de hallarnos capacitados física y moralmente, para
realizar las mayores proezas a que pueden conducir la honra y la conciencia del
deber. Carlos Emilio León, Antonio M. Ercilla, amados compañeros, a despecho de
la muerte, que os oculta en lo desconocido, no nos habéis desamparado: militáis
con nosotros todavía, sois luminarias que guiáis nuestros pasos hacia los ideales
que nos congregan, sois el pensamiento y la fuerza de nuestra institución
FranciscoTávara, sobreviviente único de nuestros fundadores,efusivamente os
saludamos José Francisco Andraca,Ricardo Martín Espiell, José Ezeta, Jorge
Broggi, SamuelGarcía, comandantes de la Compañía, viven en nuestro corazón por la
grandeza indeclinable de su entusiasmo,y la importancia de su labor, Recuerdo
indeleblenos dejarán Gabriel Torres, Juan Francisco Menéndez,Samuel, Villarán,
los hermanos Félix y Luis Muedas, tenientes, unos, simples bomberos, y
capitanes otros, porque fueron perfecto modelo de abnegación en nuestras luchas
con el fuego. Debo declarar que el eminente ciudadano que en hora feliz rigió
los destinos de la Patria amada, Manuel Pardo, por la amplia y generosa,
protección que nos dispensó, constituye a la Compañía una deuda inextinguible de
gratitud.
Resumir en breve discurso la vida
quincuagenaria cumplida hoy, sería en mi caso, tarea imposible. La abundancia de
la materia, fatigaría vuestra atención.Considerad, por otra parte, que mi
pensamiento no recibe luz de las alturas, para referirlos con brillantez;quede
mis labios, no brota la cincelada y rica frase con que deben ser expresados, y
que mi voz carece de los acentos con que se han de cantar las glorias
alcanzadas individual y colectivamente por esta institución,tan ligada a los
intereses materiales de la ciudad para protegerlos, como enaltecida y
estimulada, por la cariñosa adhesión del vecindario, empleada en retornar nuestro
riesgoso afán.
No olvida la Compañía de Bomberos
“Lima” que, Pablo Pérez. José Tamayo, Leonardo Rouillón y Juan C. Pareja,
cuatro jóvenes, estrechamente unidos por la amistad, iguales en la nobleza de
los sentimientos, abragados en el fuego de Fe, que traslada los montes,de la
Esperanza, que conforta la virtud y embellece la vida, de la Caridad, que redime
de la desgracia; fueron los que, el año 1868, tal día como hoy, iniciaron la
reorganización del primitivo núcleo, y comunicaron a un grupo de entusiastas
jóvenes, el soplo de vida que los constituyó en la actual Compañía de Bomberos,
cuyo personal, selecto é idóneo, fortalecido con votos de abnegación y
sacrificio, es casi siempre victoriosa defensa contra el inmenso y trágico poder
del fuego. Florida juventud fue la que siguió su bandera.
Distinguidos caballeros, engrosaron sus filas en la, condición de socios honorarios
o de protectores. Timbres de cultura y pundonor fueron desde entonces, el
casco, la camiseta roja y los arreos del servicio, a la vez, que augurios de
próspero desenvolvimiento realizado en alas del entusiasmo, y bajo el acicate
de gratísimos deberes. He aquí, que antes de mucho, a la eficacia de la
organización se agrega la derivada de un material poderoso y completo, cuyo
coste llega a Lp. 3,600.0.00. En la hora presente, la Compañía de Bomberos
«Lima» posee en propiedad el hermoso cuartel que ocupa y que representa un
capital de Lp. 5,000.0.00, sin contar su material formado con nuestros propios
fondos.
A mediados del siglo XIX,
existían en Lima dos Compañías de Bomberos; la «Roma» Nº 1, creación de la
pujante, entusiasta y laboriosa colonia italiana; y la «France», organizada por
la simpática y poderosa colonia francesa.
Hubo, además, otro cuerpo
semejante y de iguales ideales: la bomba municipal «Lima», dirigida por
caballeros limeños, que gratuitamente, desempeñaban los cargos de comandantes a
simples bomberos, y cuyo personal competía en entusiasmo con aquellas dos
instituciones extranjeras.
En su actual y definitiva
organización, cupo a los bomberos de la Municipal «Lima» la honra de concurrir,
a la gloriosa defensa del Callao contra la escuadra española, el 2 de mayo de
1866; fecha, señores, que descuella en las efeméride de la Compañía; porque
en tan solemne ocasión no solamente combatíamos los incendios, sino que,
paralizábamos en sus efectos la acción de los cañones enemigos, si á tanto
equivale limitar el estrago de la metralla, y el riesgo de los defensores, y si
una cooperación de tal eficacia nos pudo confundircon ellos en una sola
patriótica palpitación y en el mismo riesgo. Nuestro primer teniente, el
inmortal Antonio Alarco con el glorioso uniforme del bombero de la «Lima», mezcló allí su sangre con la de
todos, aquellos que, como él, cayeron al pie de nuestra amada bandera, y que,
transfigurados, como él, en héroes y mártires remontaron su espíritu y su nombre
a las constelaciones de la gloria.
A poco de fundaría, la Compañía
tuvo por cuartel el hermoso local que durante cuarenta y cuatro años ocupó en el
edificio del supremo convento Juan dedeano, endonde sus patrióticas fuerzas de
resistencia, ganaron al afortunado vencedor del 79, las batallas de la persecuciónen
que éste quiso tenazmente empeñarse. ¿Porqué señores? Porque a través de
nuestro uniforme bicolor, compuesto de los simbólicos blanco y grana,sus ojos no
veían al mero custodio de la propiedad ajena,asaltada por el fuego, sino al
artillero de la Reserva, que desde sus baterías del Cerro Vásquez, impetérrito le
cierra el paso, hasta el postrer instante de nuestro infortunio, descargando
infatigable sobre él los dos viejos y únicos cañones allí disponibles, é
inutilizándolos rabiosamente, cuando la espada de la Justiciase embota, cuando
la Suerte se prostituye amparando el delito, cuando para el derecho, la
propiedad y la vida, no hay ya defensas en la Tierra, ni paladines en el Cielo.
Ese artillero reservista de la «Lima» había sido antes, cuantas veces el cobarde
«Angamos», bombardeó el Callao desde la lejana isla de San Lorenzo,el denodado
defensor de la Patria, que el año de 1866 rivalizó con el ejército y la marina,
bajo el fuego de la«Numancia», la «Berenguela» y la «Villa de Madrid»,bravías
naves de España, no apostadas como el chileno barco en San Lorenzo sino metidas
en nuestras propias playas desde donde, tanto vibraban sobre nosotros el plomo de
sus cañones, como los varoniles acentos de su palabra. Así lucharon los
valientes del 66.
El soldado chileno ocupante de
Lima, llevó hasta la repacidad, su saña contra los bomberos de la
Compañía«Lima», que burlaron siempre el cañoneo del «Angamos», y que
ametrallaron muy de veras al invasor, desde las posiciones del cerro Vásquez.
Ese soldado, determinó convertir en botín de guerra, nuestro valioso material,
y, en consecuencia, llevárselo a tierra en donde la chicha se escancia y se
bebe en cráneos, para incrementar con él, las grandes riquezas peruanas que
allá nos esperan, junto con las pequeñas prendas de la nación vencida: el
maravilloso reloj de nuestro benemérito compatriota Pedro Ruíz Gallo, el admirable cuadro
al óleo de nuestro insigne artista Luis Montero, hasta los leones decorativos e
inanimados… de nuestra Exposición. Testigo ocular de esas hazañas fui, pero no
debo continuar en este camino.
En hora feliz, discurrimos
entonces, conferir la comandancia de la Compañía al señor Jorge Broggi,
extranjero respetabilísimo y de espíritu muy entero, cuya actitud evitó que
nuestro costoso material de salvamento, fuese también a repletar los almacenes
de Rolando.
En suma, señores, podemos
ufanarnos del pasado, y esperar fundadamente las satisfacciones del bien que
con mejores recursos que antes, la Compañía podrá hacer en lo futuro, sea que
el tañido de su campana nos convoque para resistir al perenne enemigo que
reduce la vida a cenizas y desolación, o a ese otro perenne enemigo nuestro,
cuyo programa de vida consiste en florecer a costa del Perú.
Si hemos coronado nuestras
aspiraciones para ser fuertes ante los horrores del incendio, aún no están
colmadas las que el amor patrio fomenta en nuestro pecho. En la tea de la
discordia nacional, arden aún todas las simientes de un porvenir bonancible y
dichoso. Las llamas que ella enciende por todas partes, destruyen las fuerzas de
conservación, quebrantan la resistencia que pudiéramos oponer al enemigo
extranjero, y nos encaminan a los abismos, en que sucumbieron siempre las
naciones locas.
Puesto que para conjurar el
horrendo peligro, no hay otras armas que las de la virtud cívica hagamos votos
en esta solemne fiesta de los humanitarios sentimientos, por que soplos de las
naciones prósperas y fuertes traigan al Perú el pólen de esa maravillosa
virtud, y por que ella renueve al hombre extraviado de hoy, y asegure a nuestra
descendencia la dicha negada a nosotros, de formar hogares de paz y de merecer
la admirable tierra que la Providencia nos dio por Patria.
El brillante discurso del señor
Álvarez del Villar fuelargamente aplaudido. Muy oportuno estuvo al recordar y
glorificar los méritos de los bomberos que nos han precedido y a cuyos esfuerzos
debe la «Lima» el floreciente estado en que se encuentra. Dió término a la primera parte,
la ejecución por la Orquesta del delicado poemista de Stubert «Momento Musical».
Tras breve descanso, que fue
amenizado por la Banda de Músicos del «Regimiento de Gendarmes» dio principiola
segunda parte tocando la orquesta un pout-pourríde la tierna y delicada opereta
de Puccini«Madamace Butterfly».
En seguida el Comandante activo,
señor Aurelio M.Muente, pronunció el discurso siguiente:
Señoras y caballeros:
«El fuego será siempre fuego,
ardiente y peligroso- según Tolstoy- sea que arda en la hoguera o en la
extremidad de un fósforo».
Cuando el filántropo ruso expuso
ese pensamientono trataba precisamente del elemento que sirve paracrear y
destruir las cosas, aquel elemento contra el quelucha hace 50 años la Compañía
Nacional de Bomberos«Lima». Referíase al fuego
más noble, más generoso,al que enciende los corazones de los hombres de
todas las latitudes de la tierra, al que no es posible proscribir por temor a los
incendios, al que dio vida y al
que nosha reunido esta noche en noble consorcio para recordar la génesis de nuestra institución, al mismo tiempo patriótica
y humanitaria.
¡Bendito fuego, señores, el que
dio origen a la CompañíaNacional de Bomberos «Lima», fuego doblementesagrado,
por que incendió el sentimiento noble del corazónperuano, fortaleciendo su
concepto de nacionalidady de patria, despertó el entusiasmo de quienes quieren
sacrificar a veces hasta su vida por salvar losbienes de la colectividad!
Gracias sean dadas al Altísimo,
por que la generación de 1866, desoyendo consejos arteros de paz, arrostrando
sin trepidar, los perjuicios y los sacrificios, luchará resuelta y heroicamente
por el ideal de asegurar para siempre la existencia soberana de la Patria
quetanto amamos y por la libertad imperecedera de laAmérica del Sur.
Esta institución, efectivamente,
debe su origen alfuego que
produjo el combate del 2 de Mayo de 1866. Los capitulados de Ayacucho y sus
hijos desnaturalizados pretendieron que el Perú comprase su independencia por
80,000,000 de pesos!....
Nuestros padres, inspirados por
el ideal de constituiruna Patria digna, activa, orgullosa de sus
antecedentes,prefirieron conquistarla luchando contra poderosas fuerzas navales,
que comprarla indignamente o resignarse al bombardeo infamante!............
Entre los medios de defensa que
en aquellos momentosse improvisaron para la defensa del Callao procurose
organizar compañías de bomberos destinadasa servir de salvadores, de ambulancia
o cruz roja yhasta de combatir
en las trincheras señaladas por la superioridad militar.
Por gestiones del Alcalde
Municipal de Lima, señordon Antonio Salinas, fueron organizadas las
compañías«Municipal Lima» compuesta por la juventud más distinguida de esta
Capital y la de «Artesanos» formada por nuestros obreros siempre patriotas.
Aquel día glorioso, en que el
Perú aseguró parasiempre la independencia de la América Latina, perecióuno de
nuestros compañeros Antonio Alarco, en
la Torre de la Merced, en el instante que recogía de las manos de un cabo de
cañón el sagrado emblema de la Patria,que aquel anónimo hijo de los Andes había
mantenido enhiesto, como el orgullo y el patriotismo de nuestra raza!......
Disuelta la Compañía Nacional
“Lima”, una vez quecesó el peligro, quedó latente el fuego sagrado del
sentimientoque dio origen a aquella asociación humanitariay patriótica. Pero la
presencia de los incendiosque en esta capital se sucedieron en los años
posteriores,animados por otro sentimiento, igualmente noble y altruista, que es
factor muy importanteen el progreso de las familias y de las naciones, por
iniciativa délos señores Leonardo Ruillón, Pablo Pérez, José G. Tamayo y Juan
C. Pareja, constituyóse, definitivamente,la Compañía Nacional de Bomberos
«Lima» con undirectorio provisional compuesto por don Federico Andraca como
Comandante Presidente, por don José Bressani,como Capitán Vice - presidente y
los señores Eduardo A. Ribeyro y Ernesto La Rosa como secretarios, fuera del
personal que firmó el acta del 8 de setiembrede 1868 que constituye la página
brillante dellibro de oro de esta institución.
Más tarde, cuando el Congreso y
el Poder Ejecutivo organizaron la Guardia! Nacional y por decreto del 2de abril
de 1873 se mandó considerar a la Compañía Nacional de Bomberos «Lima» como
Cuerpo de Artillería, prestó doble servicio; y. en 1879 a 1881, durantela
Guerra del Pacífico, la Compañía Nacional-de Bomberos«Lima» cumplió, también,
en la forma más abnegada y patriótica, los deberes que se ha impuesto enservicio
de la Patria y de la Humanidad.
Señores: Las generaciones de una
nacionalidad, por designio providencial, trasmiten unas a otras eldepósito
sagrado de sus sufrimientos, aspiraciones,conquistas y progresos.
La generación que formó en 1821
la Patria y la que aseguró, definitivamente, en 1866, la independencia nacional,
llegaron a nuestros padres un caudal moral y material inconmensurable. Nuestros
padres recibieron una patria que se extendía desde el Zarumilla al Loa y del
Pacífico al Madera; una Patria señora del Mar del Sur; propietaria de riquezas
providenciales como el salitre y el guano; defendido por un ejército
disciplinado y una marina poderosa y gloriosa; una Patria orgullosa por las
virtudes, talento y carácter de
sus hijos,en fin una Patria grande y feliz.
¿Dónde está el patrimonio
patriótico que nuestros padres recibieron bajo el fuego del bombardeo que
creó esta institución?......
Nos queda, todavía, señores, una
herencia muy valiosa, fecunda, que no debemos conservar como depositarios pasivos,
sino acrecentarla con más empeño que el que nos ha permitido llegar a este día
clásico con honor y satisfacción. Quédanos intacta esta herencia sagrada: el patriotismo. Nos queda, también, los
sentimientos más sublimes de nuestra raza: el altruismo yel sentimiento de
solidaridad en las horas de pruebapara la Patria. Esos sentimientos, que dieron
origena la Compañía Nacional de Bomberos «Lima» , permanecen latentes en el
corazón de nuestra nacionalidad para demostrar que las lecciones de la historia
nos imponen defender nuestra libertad, nuestra dignidad y la soberanía del Perú.
Señoras: Os agradezco, muy
cordialmente, ennombre de la Compañía que me honro en comandar, por vuestra
asistencia a esta fiesta íntima, en que sólohemos procurado bendecir la memoria
y la obra dequienes crearon esta institución animados por un
sentimientopuramente patriota. Habéis realzado esta veladacon vuestra
encantadora belleza y con vuestrosgenerosos aplausos, que evidencian, una vez
más, laproverbial gentileza, gracia y patriotismo de las damaslimeñas. Es a
vosotras, como madres o como esposas, que ha tocado siempre las tareas de las
antiguas vestales, esto es, mantener el
fuego sagrado del ideal que respiramos todos los peruanos. No era
posible, por lo tanto que nos hubieseis privado de vuestra encantadora compañía
en esta fiesta modesta pero altamente patriótica. Nosotros abandonados a la
lucha del trabajo y la vida, esperando la hora de la lucha contra el fuego que
consume los hogares y las energías de la patria, no podemos fortalecer nuestro
espíritu sin el cálido auxilio de vuestras oraciones y aplausos.
Compañeros: Podemos levantar la
frente orgullosos de haber seguido la vida del altruismo y de la abnegaciónque nos trazaron en
1868 los fundadores dela Compañía Nacional de Bomberos «Lima».
Allí está nuestra obra. Hemos
luchado de buenafe en el cumplimiento de nuestros deberes. A las
generacionesque nos suceden legaremos la historia sinmáculas que ahora
cincuenta años comenzaron a escribirlos fundadores de esta institución. También
les entregaremos este cuartel construido a costa de nuestros propios recursos y
de los óbolos del pueblo.
Nos queda todavía por organizar
muchas cosas en el orden del engrandecimiento de nuestra asociación y al servicio
de la Patria. Sin embargo lo que hemos realizado debe quedarnos como
satisfacción del deber cumplido.
Ahora, hagamos votos de luchar
siempre por hacermás fácil las condiciones del Bombero Nacional.
Recordad también que nuestros esfuerzos deben concretarse antes que destruir el
fuego a conservar o salvar elpatrimonio de los vecinos que confían en nuestros
esfuerzosy en los auxilios de nuestros colegas de las demás Compañías, con
quienes debernos trabajar siemprecon la mayor cordialidad en el servicio
abnegado de losintereses del pueblo de Lima y del engrandecimientode la Patria.
He dicho.
Nutridos aplausos recibió el
señor Muente al concluir su discurso.
El poeta nacional, señor Elías
Alzamora, tuvo la delicada idea, de escribir un himno que tituló «Himno del
Bombero» y que con atenta dedicatoria entregó al Comandante de la Compañía.
Ese himno al que puso música el
maestro Bexerías, contiene las siguientes estrofas que fueron cantadas por el
tenor nacional señor J. Alvarez del Villar y coreadas por el personal de
bomberos:
HIMNO
DEL BOMBERO
(Para
la Compañía Nacional de Bomberos «Lima» Nº 3)
CORO
Cuando
el fuego, blandiendo sus llamas,
Amenaza
con ciego furor,
Los
bomberos le damos batalla,
Y
vencemos su afán destructor.
1ª ESTROFA
Las
legiones guerreras que luchan
defendiendo
su patrio pendón,
cantan
himnos hermosos que alientan
en
su pecho la fe y el valor.
Los
bomberos, que somos soldados,
cantaremos
nuestro himno desde hoy,
cuyo
acento vibrante nos lleve
a
luchar con denuedo y vigor.
Cuando
el fuego, etc.
2ª
ESTROFA
Siembren
otros la ruina y la muerte
disparando
el fusil y el cañón,
y
conquisten laureles gloriosos
que
los colmen de fama y honor.
Los
bomberos, luchando abnegados,
por
cumplir nuestra augusta misión,
conquistamos
la dicha, inefable
de
servir a los hombres y a Dios.
Cuando
el fuego, etc.
Lima.
15 de agosto de 1918.
ELIAS
ALZAMORA.
Cantado que fue el himno, el
teniente secretario señor Juan Arce y Raby, pronunció el siguiente discurso de
agradecimiento:
Señor comandante honorario; señor
comandante; señoras; señoritas; señores:
Cábemela más honda satisfacción,
al tener el altohonor de dirigiros la palabra en este momento, en que copado
nuestro espíritu, por un agradecimiento sincero, á que se han hecho acreedores
todas las personas que honran esta significativa fiesta, con la que
celebramos elQuincuagenario de la fundación de esta humanitaria colectividad.
Por eso señores, "haciéndome
eco del sentir unánime de todos mis compañeros, hago extensivo ese
agradecimientohacia todas" aquellas personas distinguidasque nos han dado
pruebas de simpatía y afecto, desinteresadamente,como lo saben hacer, los
hombres conscientes de sus actos y sobre todo, señores, en este solemne momento,
debo, hacer pública también nuestra gratitud, hacia la persona de nuestro
distinguido sociohonorario protector, señor doctor don José Pardo,
actual presidente de la república, quien en todo momento nos ha brindado su desinteresado apoyo, alentándonos en la
titánica y ciclópea lucha que nos imponenuestro sagrado lábaro.
Yo creo, señores, que sería
inútil que os relátaselosimportantes servicios que ha prestado el Cuerpo
General de Bomberos, al cual la Compañía Nacional de bomberos«Lima» tiene la
honra de pertenecer desde el 8 de setiembre de 1868, hasta hoy, y que, en todo
momentoha dado pruebas efe verdadera humanidad y valorpara todo aquello que
atañe á la colectividad delpaís.
También quiero creer, señores,
que no habéis echado al olvido la actuación de esta compañía en la
memorablejornada del Dos de Mayo de 1866, donde supo cumplir con su deber y
cual un soldado que exponesu pecho, por el imperativo de la libertad ante el
mortífero fuego de la metralla, supo contribuir con su valioso concurso,
patriota y humanitario, prestando su antiguo cuartel de San Juan de Dios para
hospital de sangre, donde fueron atendidos todos aquellos que lucharon por
romper las cadenas que nos oprimían, desde siglos atrás.
Desgraciadamente, señores,
tuvimos que lamentarla muerte de nuestro compañero Antonio Alarco, en latorre
de la Merced, donde supo morir como bueno entre una legión de héroes, a manera
de los espartanos de las Termopilas.
Y hoy, señores, alentado por tan
noble sacrificio, nos sobra voluntad en la labor noble que demanda la
obligación que nos hemos impuesto de servir a, la humanidad:abandonando nuestras
labores cotidianas, contribuyendo con nuestro óbolo al sostenimiento dela
institución, dejando nuestro hogar, cuando la campana con su vibrante sonido nos
llama á cumplir abnegada y decididamente la misión santa del bombero. Sacrificio reservado por Dios,
sólo á los hombres de almas bien templadas, que no buscan más recompensa que la
satisfacción de practicarlos.
La fiesta de hoy, señores, es
como el oasis en el desierto de nuestra vida, es como un día de luz, después de
prolongada noche de tiniebla; el espíritu necesita, como el cuerpo para
respirar, del plácido ambiente de estas horas amenas; un gesto de aliento basta
para lanzarnos con más brío á nuestras atrevidas empresasy con vuestra
asistencia en esta noche venturosa, nosalentáis para cumplir mejor nuestro
deber mañana cuando la campana nos llame a disputar sus víctimas a las llamas o a
la muerte.
Señoras y señores:
Os pido que no olvidéis nunca á
los bomberos de la«Lima» y que en todo momento, nos prestéis vuestro apoyo, que
ellos sabrán corresponder con el cumplimiento de su noble lema:
Humanidad y Patria,
Os agradezco en nombre de la
Compañía Nacionalde Bomberos «Lima», como secretario de ella, y en el mío
propio, vuestro galante concurso.
He dicho.
Con la marcha «Zíngara» de Poppi,
tocada por la orquesta, se dio fin á la Velada, atendiéndose á las
personasconcurrentes con pastas y refrescos, improvisándoseun baile que se
prolongó hasta las primeras horasde la mañana.
El pedido hecho al señor
Arzobispo para la celebraciónde la misa de campaña, dio lugar a que se
prolongara el programa de fiestas, acordando el Directorio de la Compañía
sufragar de su peculio los gastos que originara esa ceremonia y el del desayuno
que se ofrecería al Ilustre Prelado después de terminada la misa.
Fijado el domingo 29 de setiembre
fueron hechos todos los preparativos, facilitando la Venerable Orden de San
Francisco de Asís, el altar y ornamentos necesarios para la ceremonia,
efectuándose esta en la Plaza San Martín, a las 10 de la mañana del indicado
día.
Fue llevado todo el material
contra-incendios y colocado frente al altar que se había levantado en la
base preparada para recibir el monumento a San Martín,concurriendo todo el
personal, llevando el estandarte,acompañado de los representantes de las
compañíashermanas que se habían dignado concurrir.
Fue repartida entre los
concurrentes, hojas sueltasquecontenían la siguiente alocución "de
Monseñor Arzobispo dirigida a los bomberos:
Señores socios de la Compañía de
Bomberos:
"Ninguno da muestra de mayor
caridadque el que expone la vida por sus amigos"ha
dicho Jesucristo, el Maestro, Hijo de Dios vivo.
El ejemplo de abnegación
desinteresada y humanitaria que por cincuenta años nos habéis dado, hacenque el
pueblo entero de Lima, lleno de simpatía hacia vosotros, os señale hoy corno
acreedores a esta sublime alabanza de nuestro Salvador.
¡Gloria sea dada a Dios y a su
doctrina santa quetales heroísmos inspira, realiza y conserva!
La Iglesia tiene para vosotros
especiales bendiciones; éstas son las que en este momento voy a implorarrepitiendo
bajo la bóveda del gran templo del Firmamentolas creadoras palabras de Cristo: «Este es micuerpos. «Esta es mi sangre», que,
conservadas en loslabios sacerdotales desde hacen veinte siglos, perpetúasobre
la tierra el gran Sacrificio, inspirador de los grandessacrificios y heroísmos,
pues Jesucristo se hizo pornosotros
obediente hasta la muerte y muerte de cruzpor la cual Dios Padre le glorificó y
le dio un nombresuperior a todo nombre y al oír su nombre dóblase todarodilla
en el cielo, en IR tierra y en el infierno.
Imitáis a Cristo en vuestra
perseverante y heroicalabor humanitaria, participaréis seguramente de sugloria.
Por la sangre de Jesús, pido esto
para vosotros unido al pueblo todo de esta católica ciudad.
Vuestro pastor y siervo
EMILIO
Arzobispo de Lima
Lima,
29 de Setiembre de 1918, en el quincuagésimoaniversario de la fundación de la
Compañía Nacionalde Bomberos «Lima» N° 3.
Momentos después, el mismo señor
Arzobispo revestido con los ornamentos sagrados celebró la misa, que fue acompañada
por escogidos trozos de música sagradaque ejecutó la banda de la Escuela
Salesiana ypresenciada por numeroso público que se congregó enla gran plaza.
Terminado el servicio religioso
el R. P. Cacho, de la Orden Franciscana, pronunció un elocuente panegírico, encomiando
la hermosa labor de los bomberos en favorde la ciudad de Lima y enumerando la
serie de sacrificiosy actos de abnegación realizados por la «Lima» durantelos
cincuenta años de su existencia. Finalizó este acto religioso con
la bendición quedio Monseñor Lissón al material y al personal de bomberos.
En seguida fue invitado Monseñor
Lissón y los venerables sacerdotes que lo acompañaban al desayunoque se tenía
preparado en el cuartel, donde era esperadopor todo el personal en formación de
honor.
Después de atendido con el
desayuno y tras breve plática en la que el señor Arzobispo expresó una vezmás
los sentimientos que lo animaban para la Bomba«Lima» a la cual ofreció su
protección en todo lo quepudiera ofrecerse, se despidió dejando en el ánimo
delos bomberos un profundo sentimiento de simpatía ygratitud que se exteriorizó
con aplausos y atenciones de todo género, hasta el momento que tomó el carruaje
que lo esperaba a la puerta, siendo una vez más despedidocon toda gratitud.
Tras la ceremonia que hemos
reseñado se dio fin a las fiestas del cincuentenario y comienza una nueva etapa,
en la que la Bomba «Lima» espera continuar la obra de abnegación y de
sacrificio que sus predecesores le trazaron con su ejemplo y con su acción.
Entre los homenajes que recibió
la Compañía, con motivo de la fiesta de su cincuentenario, tenemos que mencionar,
la brillante composición poética, que el señor Ricardo Chirre Danos, publicara
en el periódico «La Ley» y que trascribimos a continuación, cerrando con áureo broche
estos apuntes históricos y dando a la vez las más expresivas gracias a su
autor.
CINCUENTENARIO
La caridad es
bella,
la abnegación es
santa
y el hombre que los
bienes y la vida
sacrifica en sus
aras,
tiene nobleza y fe
dentro del pecho
y aliento celestial
dentro del alma.
El bombero es un
símbolo
de abnegación
sagrada;
aquel que a costa
de su propia vida
desafiando a las
llamas
víctimas inocentes
al abrazo fatídico
arrebata,
es un héroe más que
nuestra historia
debería en sus
páginas
brindarle el
galardón del patriotismo,
pues quien ama al
hermano, ama a la patria.
¡Medio siglo de
vida ha trascurrido!
Diez lustros de
faenas agitadas
luchando contra el
fuego
por salvar a las
víctimas hermanas.
¡Medio siglo en el
puesto de combate
y siempre alerta para
la campaña!
Pasaron cincuenta
años y hasta ahora
lleva latente el
alma
de ese cuerpo
fundido a los apremios
de aspiraciones
santas
el afán que alentó
las energías
del inmortal
Andraca.
Heroica «Bomba
Lima»
institución sagrada
escucha los
fervientes ditirambos
de aquellos que te
aman,
porque comprenden
tus abnegaciones
y tu nobleza de
alma.
Que llevas
entusiasmos y alegrías
en tus locuras
santas,
y cuando del suelo
elevas tus afanes
trepando las
escalas
sueñas quizás que
por allí a la Gloria
más ligero se
marcha.
Y cuando sobre el
fuego
fijas la firme
planta,
e intiman rendición
a los escombros
los furores de tu
hacha,
sueña mi fantasía
con la visión de
una deidad pagana.
¡Oh “Bomba Lima”!
Símbolo
de abnegaciones
máximas!
Recibe de nosotros
el afecto
de los que bien te
aman.
¡Medio siglo en el
puesto del combate
y siempre la
primera en la batalla!
[1] Ismael Romero, Manuel Jesús Suarez y Juan A. Arce, Apuntes Historicos de la Compañía Nacional de Bomberos, p 216
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