martes, 30 de abril de 2013

Agustín Saenz

Nació en Lima en 1857.  Comerciante y miembro de la Sociedad limeña el joven Saenz, Ingresa al servicio voluntario como bombero activo de  la Compañía Nacional de Bomberos “Lima” mediante Junta general del 6 de noviembre de 1879 en plena Guerra con Chile.

 Desde el principio fue designado a la sección Bombas. A finales de 1879 y comienzos del ochenta realizó el servicio de Guardia urbana en el local de la Biblioteca Nacional, cuyo grupo estaba al mando del Teniente Samuel Luís Villarán.

Concurrió como bombero a prestar servicio entre abril y agosto de 1880 a los bombardeos que la escuadra chilena emprendía en el Callao. Murió por la Patria en el crepúsculo del 15 de enero de 1881, cuando la batalla de Miraflores expiraba y la caballeria chilena arrasaba los pocos focos de resistencia que aun quedaban en los reductos y en donde Agustín Saenz se encontraba todavía combatiendo. 

Integró el Batallón N° 2 de la Reserva en el Reducto N° 1,  trinchera en la cual combatían también Enrique Barrón, Emilio Cavenecia, Juan Rellis, Samuel Villarán, Santiago O’ Hara, Vicente Panizo entre otros “Bomberos Voluntarios del Perú.




viernes, 26 de abril de 2013

Juan Rellis

De profesión Comerciante Juan Rellis fue propuesto Bombero Honorario de la Bomba Lima por el tesorero Antonio M. Ercilla y el Capitán Antonio Rázuri, el 5 de noviembre de 1879   y aprobado su ingreso el día seis siguiente, en Junta General. 

 Había nacido en 1831 y el 6 de noviembre de 1879 fecha de su  ingreso a la “Lima” el Perú se encontraba en guerra con Chile. Por  aquella fecha contaba él con 48 años de edad, estaba casado y vivía en la calle Tajamar N° 4. 

Dos años después murió integrando el batallón N° 2 de la reserva en el reducto número 1 de Miraflores,  combatiendo junto a otros civiles, aquella desgraciada tarde del 15 de enero de 1881.


Reducto de Miraflores. Imagen muy posterior al 15 de Enero de 1881

viernes, 12 de abril de 2013

Emilio Cavenecia

Manuel Emilio Cavenecia Suero, nació en Arequipa aproximadamente en 1840. En 1866 al no encontrar algún puesto en las fuerzas de defensa del Callao,  ante el anunciado bombardeo español, acudió a la reunión que se dio en la Municipalidad de Lima el 21 de abril de ese año para la formación de la Compañía de Bomberos “Municipal Lima”, en donde Emilio Cavenecia firmó como fundador y participó días después, en las tareas de aleccionamiento en el trabajo de bombas.

 Así como bombero, estuvo presente en el combate del Callao del 2 de Mayo de 1866. Comerciante desde niño su vida estuvo adornada de una noble consagración y dedicación al trabajo, en donde su habilidad e inteligencia para los negocios, su altruismo, vocación de servicio y patriotismo, eran sus mejores características.

Durante la Guerra del Pacífico, participó en la defensa de Lima como cabo del batallón N° 1 de la Reserva, haciéndose notar en esta nueva actividad miliciana, por su puntualidad en la asistencia y sus ánimos entusiastas para con sus compañeros durante su permanencia en los campamentos y es que resignado y sabiendo tal vez cual seria el mañana  y la suerte que correría tanto sus camaradas, como él, era necesario inyectar todo el ánimo posible.

Murió a los cuarenta y un años de edad, combatiendo y alentando a sus colegas  de holocausto que todavía quedaban en pie en su trinchera, en la batalla de Miraflores del 15 de enero de 1881. Una calle en San Isidro lleva su nombre.




Datos actualizados hasta el 31 Marzo de 2013.

jueves, 4 de abril de 2013

Eleodoro Paz Soldán

Vio la luz por primera vez el 2 de julio de 1853 en Lima, siendo hijo natural del Dr. José Gregorio Paz Soldán y Ureta  y la dama limeña Isabel González.  Desde pequeño Eleodoro tuvo excelente participación dentro de las aulas en la Escuela Normal, el Colegio Guadalupe y que decir en el Convictorio de San Carlos cuyo claustro fue testigo de su extraordinario talento para los estudios.  Fue sobrino del historiador Mariano Felipe Paz Soldán .

De estirpe aristocrática, Paz Soldán era digno émulo de una sociedad a la cual siempre brindó lo mejor de sí , logrando siempre admiración de todos los que lo conocían . Aunque tal vez estuvo destinado a hacer un gran papel en política, dejó aquello para dedicarse a enriquecerse por su propio esfuerzo y trabajo. Grandes atributos que en la adultez supo madurar.

  Aquella cualidad y emergente sentido altruista fue condicionante para que sea propuesto bombero activo de la “ Bomba Lima” por Ricardo Martín Espiell, el 11 de enero de 1874, cuando aun profesaba la soltería y contaba con 21 años de edad y domiciliaba en la calle Zavala N° 128.  Finalmente fue aceptado en la junta general del 7 de marzo del mismo año. 

Es en esta etapa que a finales de año, el 20 de diciembre contrae nupcias con la señorita Julia Falucci formando un amoroso y sólido hogar trayendo al mundo dos bellos hijos: Sofía y Oscar Paz Soldán Falucci . Tuvo destacada participación dentro de la Lima, figura en la relación de socios activos de 1875 , 1876 e incluso durante sus años de permanencia, hizo el servicio de Guardia urbana del 23  y 25 de noviembre de 1874. A la guardia del 22 se ausentó excusando sentirse con un problema en el pie.

“ Lima Noviembre 22 de 1874.- Sr. Comandante de la Compañía Nacional de Bomberos Lima, suplico a usted disimule que no pueda asistir al ejercicio de hoy por tener el pie hinchado de un golpe y serme imposible caminar. Espero hará usted presente el motivo de mi falta a la Compañía. Soy de usted U. S. C. att. S. Firma Eleodoro Paz Soldán.

Luego de permanencia y servicios en el área contraincendio, Paz Soldán decide retirarse de su trabajo como bombero en la Lima, a fin de dedicarle todo el tiempo a su querida familia y sus negocios pidiendo él mismo su baja mediante oficio de tesorería el 23 de de febrero de 1877. Fue en ese año que tuvo la desdicha de perder a su adorado padre EL Dr. Gregorio Paz Soldán, eminente jurisconsulto y gran magistrado de la ciudad.

 Plazuela dedicada al Dr José Gregorio Paz Soldán - frente a la Iglesia Vírgen del Pilar -


A pesar de la perdida irreparable, ello no menguó su carácter haciéndose cargo de todos los negocios familiares, dedicados a la agricultura. A pesar de todo,  dos años después el deseo de trabajar y estar en familia se truncó cuando Chile declaró la guerra al Perú y la Patria necesitaba el concurso de todos sus hijos a fin de rechazar la amenaza. A pesar de los ruegos familiares, afincó plaza como simple soldado raso – a pesar de que sus condiciones y porte le daba para más y ser oficial.  – en el recién formado Batallón Ayacucho N° 3 que mandaba el Coronel Manuel Antonio Prado, hijo del Presidente de la República. 

Participó en la batalla de San Francisco y en la Gloriosa jornada de Tarapacá.  La terrible retirada del ejército por el desierto mermó su salud, siendo llevado inmediatamente al hospital militar de Tacna.  Por su participación en las dos anteriores batallas recibió el despacho de Sub Teniente de parte del gobierno del presidente encargado General Luis La  Puerta.   En la víspera de la batalla del 26 de mayo de 1880 y con el ejército chileno a puertas, a pesar de su condición y una fiebre alta, ello no fue motivo para buscar su puesto al frente de su cuarta compañía.

Así lo encontramos en los momentos más terribles de la batalla,   arengando a sus muchachos temerariamente a pecho descubierto. Aquella acción lo llevó a recibir un balazo en el codo derecho, pero a pesar de ello vivó al Perú .

Avanzando un largo tramo herido y sangrante, faltaban cien metros para coronar sus deseos de matar enemigos, cuando recibió otro balazo en el hombro y un tiro mortal en el pecho, cayendo al suelo gritándole a sus bravos últimos cuatro muchachos que  quedaban todavía vivos     Adelante  y quienes finalmente cayeron muertos al costado de su valiente Jefe. 


Doña Julia Falucci. (Archivo Courret) 


Conforme lo investigado por el Según el historiador Manuel Zanutelli Rosas, se ignora hasta hoy acerca del paradero de su cadáver, si fue enterrado en el cementerio de Tacna o si se perdió entre los arenales y de su su viuda Julia  Falucci se supo que le sobrevivió muchos años ya que en 1938 aun se tenia noticias que vivía. Allá, en el “Campo de la Alianza”  quedaron sembrados todos los recuerdos e ideales de este gran patriota, de este bombero, allá muy lejos de la ciudad que lo vio nacer.


Cementerio en el Alto de la Alianza