jueves, 30 de agosto de 2012

Gabriel Torres

Temerario y entusiasta, Defensor de su Patria por todos los lados por los que se le miraba, aun a costa de morir  y dejar desamparada a su familia.  Desde muy joven José Gabriel Torres quien había nacido en Lima    tuvo afinidad en actividades milicianas. Ello le generó en el transcurso de su vida un carácter férreo y fuerte. Corren los años y como sargento de la Guardia Nacional participó en el combate del Callao del 2 de mayo de 1866, acción en la que sobrevivió casi de milagro luego de producida la explosión que acabó con la Torre de la Merced siendo Gabriel Torres rescatado de entre los escombros con apenas unos rasguños y cabellos quemados. 

  Fuera de la milicia contrajo nupcias con la dama limeña Elena Tambini  con la que le dieron vida a cinco hermosos niños.   Para el sostenimiento de su hogar Torres se dedicó a la telegrafía y al comercio,   en esta última actividad supo acrecentarse como un verdadero y ágil negociante;  nacía así en él una nueva habilidad que supo aprovechar en el transcurrir de su vida.  El 8 de setiembre de 1868 participó en la reunión que se daba en la casa del Intendente de Lima José Francisco Andraca ubicada en la plazuela  de San Agustín a fin de reorganizar la Compañía Nacional de Bomberos Lima, en cuya acta de instalación firmó como re- organizador.Este importante documento es guardado dentro del archivo histórico de nuestra compañía.  


Aunque por aquellos días, su permanencia como bombero no fue muy constante si lo llamamos así , fue debido a sus actividades en el comercio, medio con el que solventaba los gastos en el hogar.  Su labor como bombero, quedó relegada entonces hasta que mediante carta al entonces Comandante de la compañía Ricardo M. Espiell, pide ser reincorporado, aceptándosele su petición el 23 de marzo de 1873. Así volvía a los senos de la institución un personaje que a la larga sería uno de los más emblemáticos dentro de la Lima. 

 En junio de ese año pide licencia de tres meses con motivo de efectuar un viaje al aquel entonces puerto peruano de Iquique.   Como bombero de la Bomba Lima  fue Teniente de la sección gallos en 1874, 1875 y 1877,  en este año fue miembro del Consejo de Disciplina y el 28 de julio la Junta Departamental de Lima, a petición de los mismos bomberos de la Lima lo premió con medalla de plata:

“…..1- Que el Teniente de gallos Gabriel Torres á mas de ser uno de los fundadores de la Cía.  es muy cumplído en el ejercicio de sus funciones como se verá por los libros que se encuentran en secretaria;  2.- Que en el incendio que hubo el 1ero. De mayo último en el almacén del Sr. Denegri, fue el bombero que más se distinguió con peligro de su vida a la destrucción del incendio…..”

Al igual  que los demás miembros de la Compañía fue nombrado bombero honorario de la Compañía de Bomberos  “Salvadora Lima”  el 4 de abril de 1876.   Pidió licencia por salud el 10 de enero de 1878.    A finales de año el 22 de diciembre, fue elegido Capitán segundo comandante de la Compañía   y en junio de 1879 cuando nuestro país ya se encontraba en guerra declarada con Chile, desempeñó el cargo de Comandante Accidental de la Bomba Lima,  debido a que el comandante en ejercicio, José Maria Valera y Valle pidió licencia indefinida a fin de alistarse como comandante de uno de sus cuerpos del ejército.Nota curiosa al respecto que Gabriel Torres firmaba el libro de partes como "El Capitán".

Nota a parte es preciso comentar que en el ejercicio  de bomberos y salvadores realizado en la Plaza de Armas de Lima el 29 de Julio de 1879 con motivo de celebrar el aniversario de la Independencia Nacional, El Comandante del Directorio de Bomberos y Salvadores de Lima (Lo que hoy se conoce como la Comandancia Departamental Lima Centro) don Guillermo Rayneri de la Bomba Roma, italiano él,  cedió el mando del cuerpo general en ese ejercicio a Gabriel Torres como gesto de simpatía hacia la Bomba Lima por ser Decana de las Nacionales.

Ese ejercicio que se llevó a cabo con la mas absoluta normalidad y profesionalismo concluyó con el aplauso y la algarabía del pueblo allí reunido. Ese cuadro que dicho sea de paso no se ha vuelto a repetir de que un capitán y jefe accidental esté al mando del Cuerpo General de Lima es cosa que no se halla vuelto a repetir en la historia y Gabriel Torres lo comandó de manera extraordinaria.

 El llamado de su Patria agredida se produce ese mismo año de 1879 cuando asume el grado de Capitán del recién formado Batallón Guardia Peruana N° 1.En la batalla de San Juan del 13 de enero de 1881 en las arenas de la playa La Chira  Gabriel Torres sucumbió defendiendo la retirada de su batallón, cuando apenas quedaban 72 miembros de ese cuerpo, que horas antes habían resistido la embestida y echo morder el polvo a mil ochocientos chilenos.  Acerca de su gloriosa muerte tenemos el relato de Pedro Alcocer, uno de los Jefes del Guardia Peruana y sobreviviente de aquella jornada:

“…. Eran la 1:10 pm…. El capitán Torres me hizo la indicación de que era atacado definitivamente por su lado derecho; en efecto ví  que centenares de hombres atacaban ese flanco, ordené al capitán Torres sostener el puesto como lo habríamos ofrecido poco antes y fue víctima cumpliendo su deber en Honor de armas y del Guardia Peruana…..”

En aquella mañana Gabriel Torres murió conforme a su alma de Patriota y al juramento que todos los miembros del Guardia Peruana hicieran el 21 de diciembre de 1879,  fecha en que se constituyera aquel cuerpo del ejército:  “Morir por la Patria.  Terminada la guerra y desocupada la capital , sus restos mortales fueron trasladados con honores, del campo de batalla a la capital por los miembros de la Bomba Lima  el 1ero. de noviembre de 1884. luego de ser velados por  tres días el cuerpo de Gabriel Torres fue conducido al Cementerio General y depositados cerca del pabellón de las víctimas de la guerra.

 Aquel gesto fue agradecido en nombre de la familia Torres por su tío carnal Pedro Pablo Mariluz,  en carta que este dirigiera a la comandancia de la compañía días después   . Gabriel Torres murió dejando una joven esposa, cinco hijos – el último de ellos póstumo- y una anciana madre que lo lloró hasta el día de su muerte. A partir de 1908 sus restos se encuentran en la Cripta de los Héroes  de la Guerra de 1879 y a más de cien años de su holocausto hay una calle en San Juan de Miraflores que lo rememora.

Tumba de Gabriel Torres

martes, 28 de agosto de 2012

Tras los Pasos Perdidos III






Izq. Foto de 1905- Der 1999


         


Izq. 1912. Der 1999


          
Fotos de 1914 Inauguración del Local de Lampa. Der 140º  Aniversario en la Municipalidad de Lima


             
Emulando a los Héroes Izq. foto de 1878. Der 2000.


        

Izq. Gallo "Gabriel Torres"  Der. Gallo de la Bomba Lima  sin identificar en custodia de Cía. Santiago Apostol 134 de Surco





Fotos de 1912 - 2003



 





1910 - 2011


Iglesia y Plazuela de San Agustín








1905

2011

lunes, 20 de agosto de 2012

Francisco Laso

Nació en Tacna el 8 de mayo de 1823. Fueron sus padres el magistrado y político liberal Benito Laso y la dama Juana Manuela de los Ríos y Tamayo de Mendoza. Hizo la primaria y secundaria en colegios de Lima y Arequipa y luego de negarse a la petición paterna de estudiar derecho en el convictorio de San Carlos, -  como dicen sus biógrafos:  “Prefirió seguir, quizá si arrepentido después, la trayectoria dolorosa y gloriosa del artísta” -  se matriculó e hizo cursos de arte en la Academia de Pintura que dirigía el artista Francisco Javier Córtez.
Es precisamente que a la muerte de este personaje que asume la dirección el renombrado Ignacio Merino y dada la precocidad y dotes artísticos observados en su formación,  le asigna a Laso el cargo  de sub director comenzando así, la etapa maestro-alumno de estos dos grandes pintores peruanos. En 1842 es enviado por su ya convencido padre a París a continuar estudios artísticos y en donde por sugerencia de Merino se inscribe en los talleres de los artistas Paul Delaroche y Gleyre. Aprovechando su periplo por el viejo continente recorre Italia, Suiza y España.
A su regreso al Perú en 1849, recorre el sur del país a fin de orientar su arte hacia lo autóctono con filiación romántica. Fuera de la pintura Laso también incursiona en la redacción con el seudónimo de El Barón de Poco me Importa, colaborando en la “Revista de Lima” con artículos satíricos y de crítica social. Entre sus cuadros más destacados están: “Habitante de la Cordillera o el Indio Alfarero” con el que ganó un premio en la exposición Universal de Paris de 1853,”La Justicia”, “El Concierto o Canto Llano”, “El Entierro del Mal Cura”, “Alegoría de las Repúblicas Americanas”, entre otros y los retratos de “Felipe Pardo y Aliaga”, “Juan Nolberto Eléspuru” y “Manuela Henríquez”.
Contrajo nupcias con la dama limeña Manuel Henríquez de quien como ya dijimos pintó su retrato y fue precisamente su musa inspiradora para pintar el famoso cuadro de “Santa Rosa de Lima”.
Fue Síndico de rentas durante la gestión del Alcalde Pablo Antonio Salinas y es en 1866, año en que precisamente sus artículos redactados eran muy criticados, que por encargo del burgomaestre Salinas, formase y lidere la Compañía Nacional de Bomberos. Nos dice el Dr. Jorge Basadre:
“…Los anónimos enemigos de Laso, no solo interpretaron mal sus libres críticas de carácter social, sino olvidaron que él había organizado la compañía municipal de bomberos con motivo de la amenaza de la escuadra española en el Callao y había actuado valientemente en la jornada del 2 de mayo de 1866…”
El sábado 21 de abril de 1866 figura el maestro como fundador de la Bomba Municipal Lima siendo el mismo el encargado de ser el capitán, liderando las prácticas del día 28 y demás en las plazuelas de la Penitenciaría y Recoleta.
En el glorioso Dos de Mayo estuvo él al mando de la compañía y así victorioso regresó con su contingente teniendo como única baja humana la del recordado Antonio Alarco con quien laboraba en las oficinas de la Municipalidad.
Fue elegido congresista en 1868 y al brotar la epidemia de fiebre amarilla al año siguiente, Francisco Laso no lo dudó dos veces y se incorporó a la Cruz Roja como enfermero solidario.
Francisco Laso,  un peruano multifacético, fallece el  14 de mayo de 1869 en el camino al pueblo de San Mateo de Huanchor víctima tal vez del contagió de la fiebre amarilla a la cual ayudó a combatir. Una calle en el distrito de Lince sede actual de la Bomba Lima, lo recuerda.

Bibliografía: Enciclopedia Milla Batres