viernes, 14 de diciembre de 2012

Tras Los Pasos Perdidos IV



1912 Jr. Carabaya . Incendio en el Callejón del Buque 2012



 


 Escolta de la Bomba Lima en 1956 y en el 2011.
















 Casco de la Bomba Lima que perteneció al Tesorero Antonio M. Ercilla en 1878.


1965    - 2012


Desfile de 1945 - Desfile en el 2012














 1927 El Personal en el Salón Patria 2012



La gente de ayer, la gente de  hoy....



1946 Los Muchachos se siguen reuniendo 2012.


 
Frontis del Cuartel de la Bomba Lima de Jr. Lampa y del cuartel de Lince con la placa
de Homenaje del Cuerpo de Bomberos de Lima de 1935.



1921 Desfile de las unidades de la Bomba Lima 2012





1956 Homenaje al Sr. de Los Milagros de Nazarenas a su paso por el Cuartel de Jr. Lampa.
 Encabeza el Comandante Julio Silva Bertoli
2012 Homenaje al Sr de Los Milagros de Lince en el cuartel actual.Encabeza El Comandante Luis Medina Puente



1945 - 2005

jueves, 13 de diciembre de 2012

Narciso de la Colina

Fruto de la unión de José Manuel de la Colina Morales y Florentina del Rubí , nació en Lima el 29 de octubre de 1839 . Cursó estudios en el colegio Clemente Noel y en el Convictorio de San Carlos  ( 1851 – 1856 ) donde se graduó como abogado. Adherido al servicio diplomático hizo carrera en países como Bélgica, Italia y Francia. En 1862 optó el grado de Bachiller en Jurisprudencia.

 El 21 de abril de 1866 fue miembro fundador  de la compañía de Bomberos  “Municipal Lima” que se formaba por aquellos días con el fin de contrarrestar los fuegos que ocasionaría el bombardeo de la escuadra española del Almirante Méndez Nuñez. Así participó en la defensa del Callao del 2 de mayo y aquel día fue uno de los bomberos asignados a la extinción del fuego luego de la explosión en la Torre de la Merced .

Por sus esfuerzos en aquella acción de armas se le confirió los títulos que el congreso había otorgado a todos los combatientes en 1869 . Años después en Iquique el 29 de julio de 1871 contrajo matrimonio con la señora Adela Malausena con la que trajo al mundo tres hijos José Manuel, Mará Rosa Florentina y María Narcisa Dominga. Fue director general de los Ferrocarriles de Tarapacá y ejerció la Presidencia de la Beneficencia Pública  de ese departamento en el año de 1879. Al declararnos Chile la guerra, De la Colina dejó sus labores y se constituyó como Coronel de la Guardia Nacional costeando el equipamiento y organización de un batallón el mismo que fue enviado inmediatamente al frente de batalla.

 Luego se dirigió a Lima llevando consigo a su familia , para regresar rápidamente a Arica e Iquique donde prestó importantes servicios. producida la invasión de Tarapacá por los chilenos, se trasladó a Lima en donde asumió el mando del batallón N° 6 del Ejército de la Reserva que se comenzaba a organizar. Es precisamente en este periodo en que valiéndose de recursos propios y sin importarle más que el bienestar de su tropa, condujo a los oficiales y soldados de la misma a una fonda en donde los alimentó y dio descanso.  Es aquí donde De la Colina, se sentó a beber con ellos y al hacer un brindis les hizo jurar :

“…. Que triunfarían con su estandarte o morirían al pie de él.”

Y así lo hicieron sus compañeros de holocausto entre los que destacaban Natalio Sánchez ( con él participó como bombero de la Bomba Lima en el 2 de mayo de 1866 ), Enrique del Campo ( también bombero ) , este último murió portando el estandarte del Reducto N° 3 y al niño héroe Manuel Bonilla . Narciso de la Colina del Rubí murió peleando por su Patria en la batalla de Miraflores del 15 de enero de 1881   como lo expresa e informa el 8 de abril de 1884 Pedro Correa y Santiago quien era el Comandante General del Primer Cuerpo de la Reserva.

 Sobre su actuación en campo de batalla tenemos lo aparecido en el diario El Comercio el 15 de enero de 1884, en donde es señalado su cuerpo de soldados como el que más bajas sufrió falleciendo las dos terceras partes de combatientes. De la Colina fue herido en la cabeza y luego recibió otra bala en el pecho, en momentos que sus soldados quisieron ayudarlo este les exigió regresaran a sus puestos de combate. Es en estos momentos en que el Coronel Cáceres se encontraba de paso por este reducto y narra la escena:

“… Llegué al reducto que obedecía al coronel De la Colina, precisamente en el momento en que De la Colina recibía un balazo mortal, mientras otro tiro destrozaba en mis manos el anteojo con el que se observaba el campo…”

Herido continuó la lucha hasta ser ultimado junto a otros heridos, por los chilenos por fin victoriosos en ese reducto,  tan bizarramente defendido. Fue enterrado en el pequeño camposanto que existía por aquel entonces en Miraflores y el 15 de enero de 1894, sus restos fueron conducidos con honores militares hasta el cuartel en donde estaban otros defensores de la Patria en el cementerio general.

A partir de 1908 sus restos fueron trasladados e inhumados para su descanso eterno en la Cripta de los Héroes. En la actualidad, en Santiago de Surco y Miraflores, hay calles que en homenaje llevan su nombre.

     “ De pie sobre el pretil de un reducto, vestido con el uniforme de Coronel de la Reserva, está, el 15 de enero de 1881, un ciudadano joven simpático, inteligente, probo y laborioso, que manda el batallón número 6 y dice a los suyos “No haya temor, ¡ Sus proyectiles no ofenden! .¡Triunfaremos! , y un momento después, sin agonía, sin lanzar un ¡ay! … cae fulminado por el plomo enemigo.”>>

martes, 4 de diciembre de 2012

Juan Fanning García

 Hijo del ciudadano norteamericano Juan Fanning  y la dama chiclayana Micaela García Villegas nació en Lambayeque el 3 de abril de 1824   . Desde tierna edad tuvo contacto con el mar embarcándose en diferentes naves mercantes en donde templó su carácter y rigor de marino.  Cursó estudios en la escuela Militar y Naval del Callao, institución que estaba dirigida por aquel entonces por el destacado marino el Contralmirante Eduardo Carrasco. El 8 de enero de 1843 participó en la batalla de Yungay y por aquel tiempo el gobierno dio los decretos relacionados a la creación de dos escuelas de marina , una en el Callao y la otra en Paita con el fin de adiestrar pilotos que puedan dirigir con habilidad e inteligencia los buques mercantes.  Al graduarse de aquellas escuelas incluso, se podía elegir el servicio de Marina de Guerra  optando el grado de  Guardiamarina.

A los alumnos se les asignó hacer sus prácticas en el único buque de guerra, el pailebot Vigilante, que estaba al mando del tercer piloto don Juan Fanning. El 14 de junio de 1884 y contando con veinte años de edad recibe el despacho de Guardiamarina, trasladándosele a la corbeta de guerra Limeña.  Durante 1844 ingresó al ejército con la clase de sub teniente de infantería volviendo posteriormente a la marina con el grado de alférez de fragata,  en aquel año era presidente de la República, por la Junta de Gobierno, el General Domingo Nieto. A mediados de 1845 cubrió servicio en el bergantín Almirante Guisse hasta que el 20 de diciembre de 1846 solicitó su baja por enfermedad.

 El 11 de enero de 1847 se le nombró Ayudante de la mayoria de ordenes, hasta que el 20 de marzo se embarcara en el bergantín de guerra General Gamarra  .Corría el tiempo y Fanning seguiría escalando posiciones dentro de su actividad marinera, por ejemplo en enero de 1849 fue destinado a la Ayudantía de la Capitanía del Callao, el 2 de agosto fue nombrado Capitán del puerto de Chala, el 3 de diciembre de 1851 se le otorga su despacho de teniente segundo, el 29 de enero de 1852 fue Capitán del puerto de Iquique y el 18 de abril del mismo año Ayudante de la Mayoría del departamento de Tarapacá. Así a principios de año integro la comisión que exploró el río amazonas, el 8 de agosto de 1853 se le entrega los despachos de teniente Primero siendo segundo comandante del bergantín Gamarra y a los tres días contrajo matrimonio con la dama lambayecana Teresa González Del Real   en la parroquia del sagrario en Lima. Luego de la derrota infringida por la revolución encabezada por Ramón Castilla al gobierno de Echenique en la batalla de la Palma, se le dio de baja hasta el mes de febrero, en que regresa al servicio como Capitán del puerto de Cerro Azul   . Ascendido a Capitán de Fragata en 1863, forma parte de la revolución que encabeza Mariano Ignacio Prado en contra del tratado Vivanco – Pareja.

En Arica al producirse una rebelión en la fragata  Amazonas  debido a lo intenso de la  campaña revolucionaria fueron  victimados distinguidos marinos entre los que destacan  el capitán de navío Juan José Panizo así como el  Capitán de fragata Abel Raygada.  Fanning, que en aquellos días se encontraba en aquel puerto, de manera decidida tomó una embarcación dirigiéndose a la fragata insurrecta y tras conseguir mediante obra y palabra que la calma vuelva en el buque, se le nombra comandante de la misma    al servicio de la revolución.  Así como jefe de la Amazonas hizo captura de las últimas naves de la escuadra en donde cundía todavía la subversión entre las que estaban la corbeta América , el transporte Lerzundi y el buque de guerra Tumbes  . Así llegamos al 24 de julio de 1865 fecha en que este bravo lambayecano es ascendido a Capitán de Navío y al declararse la guerra con España es nombrado Mayor de Ordenes de Escuadra Aliada. Combatió en el inolvidable  Dos de mayo de 1866 a bordo del Tumbes   y tras la victoria de las armas peruanas se le concedió todos los honores que el gobierno había dispuesto a los vencedores del Callao. El 10 de diciembre de 1869 es propuesto bombero activo de la Compañía Nacional de Bomberos Lima:

Sr. Secretario de la Compañía Nacional de Bomberos Lima

Tengo el honor de proponer para miembro activo de la compañía al Capitán de navío don Juan Fanning que vive en la calle del Pacai ( Carabaya ) número 200. Dígnese Usted a dar a dar a esta proposición el curso que le corresponde.

Lima 10 de diciembre de 1869.
Firma y rúbrica de Manuel J. San Martín

Mediante Junta General del 12 de marzo de 1870 se aceptó la proposición:

“…. Se procedió a la calificación de socios activos propuestos y resultaron aprobados los siguientes D. Federico La Torre Ugarte, D. Modesto Albarracín, D. Juan Fanning, D. Blas Martínez, D. Esteban Vitaliano, B. Guzmán y desechado D. Pablo Luffo.  El Comandante dejó que en la próxima sesión podía prese] ]ntar los señores propuestos y que pedía a la compañía la puntual asistencia al próximo ejercicio , con lo que terminó la sesión. Firma y rúbrica de José Francisco Andraca Comandante y Carlos Aservi Secretario.

Aunque no existe documentos al respecto a la participación en el servicio contraincendio de Fanning en la Lima, debido a que aquellos archivos se perdieron, suponemos que su intervención no es muy constante y es probablemente debido a sus múltiples ocupaciones dentro de la Secretaria de Marina. Así por decisión propia decide alejarse del servicio altruista de soldado de la humanidad el 7 de diciembre de 1870 mediante carta a la secretaría de la compañía de aquel entonces::

Lima 4 de Noviembre de 1870

Señor secretario de la Compañía Nacional de Bomberos Lima

He recibido la circular que con fecha 27 del pasado, se sirvió pasarme a nombre de la compañía con el objeto de saber si deseo seguir perteneciendo a ella como socio activo a pesar de que considero un honor para mí, el ser miembro de tan distinguida y benéfica asociación, mis ocupaciones al presente son tan numerosas que no me permiten cumplir divididamente con las obligaciones que dicho cargo me impone por lo que me veo en la precisión de separarme por ahora con la esperanza de que acaso más adelante podré incorporarme nuevamente.

Sírvase usted hacerlo presente a la compañía y aceptar los sentimientos de distinguida consideración con que me suscribo de usted atento y seguro servidor.

Firma y rúbrica de Juan Fanning.

Declarada la guerra de 1879, el 9 de abril de ese año se embarcó hacia Arica en donde fue nombrado jefe del estado mayor y cuya función principal fue la de encargarse a supervisar los trabajos de artillado de este importante puerto peruano.  En setiembre se le otorgó licencia por encontrarse mal de salud regresando inmediatamente a la capital.

Restablecido el 31 de diciembre le fue encomendada la batería Santa Rosa en el Callao y el 20 de enero de 1880 por encargo de Piérola , le fue encomendada la tarea de organización del batallón Guarnición de Marina conformado en su mayoría por gente del puerto que ya y en más de una oportunidad habían demostrado coraje y pundonor a bordo de los buques de nuestra armada   . En la defensa de Lima y sabiendo el resultado de la batalla de San Juan se le ordenó dirigirse con sus hombres a la línea de defensa de Miraflores que mandaba el Coronel  Andrés A. Cáceres.  En la tarde del 15 de enero, y rota las hostilidades es el Guarnición de Marina el que se distingue de los demás cuerpos por su pundonor y férrea lucha.  Así en el momento cumbre de la batalla es cuando Fanning  y sus muchachos arremeten con todo en una ofensiva sin precedentes saltando del reducto y tumbando todos los obstáculos que los separaban de los chilenos a quienes arrollaron en una primera andanada.  Gonzalo Bulnes  describe la escena:

“ Difícilmente la pluma puede establecer el cuadro de aquella fase del combate. El ímpetu de la acometida fue resistido por el batallón Navales, solo con sacrificios indecibles y al fin, oprimidos, retrocedió junto con el Aconcagua. Los oficiales recordaban a las tropas sus deberes y su honor,
pero los soldados se retiraban o se ocultaban tras de las tapias y en vano era que se les ordenase reunirse para atacar, porque no obedecían”

Vicuña Mackenna historiador chileno hace lo propio:

“Incalificable y nunca visto hasta aquel momento era el arrojo y encarnizamiento con que se batían los peruanos, los enemigos parecían caer de las nubes y brotar de debajo de la tierra”.

Pero todo el sacrificio llevado a cabo por los bravos muchachos de Fanning, al final se convirtió en un sublime holocausto, ya que sin municiones y sin reservas disponibles, fueron cayendo uno a uno ante un ejército que en número los superaban. Sin volver la espalda al enemigo sin retroceder sucumbieron al lado de sus jefes. Estando todavía  alentando a sus hombres en pleno combate Juan Fanning fue herido mortalmente cerca del corazón, siendo llevado por la ambulancia a su domicilio en Lima, a donde llegó en estado agónico. En esos instantes en que en la capital se vivía un desconcierto total, en donde abundaba la anarquía y el desorden, en aquellas horas de dolor, también faltaban los médicos y es que la mayoría se encontraba apoyando a los heridos de las ambulancias.

 Así tras ubicar finalmente un doctor, éste solo se limitó a comprobar que el paciente agonizaba y que no había nada por hacer.  Juan Fanning falleció al día siguiente de la batalla, en brazos de su amadísima esposa la señora Teresa González de Fanning pronunciando las siguientes palabras “Muero por la Patria, Muero por la Patria”. Sus restos se encuentran enterrados en la Crípta de los Héroes del Cementerio Presbítero Maestro.

Tumba de Juan Fanning en la Cripta de los Héroes

miércoles, 28 de noviembre de 2012

José Enrique del Campo

Había nacido en Lima en 1836 siendo sus padres don José C. Del Campo y doña Carmen Corpancho,  hermana del poeta Nicolás Corpancho.  En su juventud sus inclinaciones altruistas se hicieron evidentes al comenzar a estudiar medicina, carrera en la que hubiera brillado con luces propias pero que lamentablemente tuvo que dejar al morir su padre y dedicarse a trabajar para mantener a su querida madre.

 Con el transcurrir del tiempo se convirtió en tipógrafo y es en esta profesión en la que destaca como una eminente persona de dotes magníficos publicando una serie de obras, reglamentos y demás documentos importantes a los que debido a su modestia, jamás quiso colocar su nombre y firma alguna . Fundó la sociedad de tipógrafos y fue Presidente Vitalicio de la Sociedad de Artesanos cuyos miembros reconocieron en su gestión a la persona humana y valiosa que era, la misma que sabían jamás cedería  ante un chantaje y un vil soborno.

 Sus cualidades altruistas ya comentadas lo hicieron convertirse en bombero honorario en la Bomba Lima desde el 18 de noviembre de 1871. Según documentos que se encuentran en el archivo histórico de nuestra institución, figurando incluso presencia hasta 1879. Así  como en la Lima, José Enrique también fue bombero honorario de la compañía Salvadora Lima. La guerra  que Chile declara al Perú lo coge desempeñando el cargo de administrador de la Imprenta del Estado y en la que justamente había servido el gran intelectual  Manuel Atanasio Fuentes, quien vio reflejado en el trabajo de Enrique, un futuro extraordinario en las letras.

 Luego de haber prestado servicio por cinco años como segundo jefe del batallón número cinco de la Guardia Nacional, el cual se disolvió por decisión del gobierno, sentó plaza como soldado simple en el Batallón de la Reserva N° 6 del Reducto Nº 3 que estaba bajo las órdenes del coronel Narciso de la Colina,  fundador de la Bomba Lima en 1866.

Murió el 15 de enero de 1881, portando el Pabellón Nacional del Reducto N° 3 de Miraflores que quedó manchado con la sangre de éste patriota al momento de caer fulminado por las balas enemigas. Juan F. Ezeta, colaborador del periódico La Reacción cuenta lo último que escuchó de la boca del propio José Enrique antes de partir a su encuentro con la muerte:

"..No tengo valor bastante para ver que los enemigos del Perú ocupen esta capital....si pasan, pasarán sobre mi cadáver..."

Así fue, el invasor pasó sobre su cadáver que como se sabe, el Reducto Nº 3 fué el que mas bajas sufrió en la batalla:

  …. “El Capitán Juan Pablo Bermúdez se desplomó muerto al pie de su bandera en el tercer reducto. Lo sustituyó Juan De La Fuente, sobrino del Gran Mariscal. A los treinta segundos lo mataron. Tomó su puesto don Enrique del Campo, administrador de la Imprenta del Estado. Antes de un minuto, su sangre empapó el estandarte…..”  Guillermo Thondike.

Otro testigo presencial de aquel día señala en el diario El Bien Público : "..... Murió levantando entre los brazos palpitantes el glorioso estandarte del Batallón Nº6 de la Reserva. En ese momento, Miraflores ardía como una hoguera..."

Aquella tarde había perecido también su hermano menor Reynaldo y sobrevivido a la barbarie su sobrino José Rodolfo del Campo corresponsal de guerra a bordo de los buques de la escuadra en la campaña naval del 79. José Luis  Torres llamado el historiador de la guerra por Manuel Zanutelli Rosas en la obra  La Gesta de Lima”, había sido muy amigo y compañero de trabajo de Enrique del Campo y es en  “Los Mártires”  publicado en el diario El Comercio del 15 de enero de 1884, en donde lo describe como amigo sincero, leal , hombre probo, ejemplar ciudadano y sobre todo sin serlo, un verdadero y querido hermano.  

"...Se necesitó de ocho guardianes que murieran defendiendo el estandarte, y Enrique del Campo fue el primer elegido....todos murieron en sus puestos, sellando con su sangre el juramento que habían hecho de luchar al lado del Patrio Pabellón hasta sacarlo triunfante de la pelea, o sucumbir defendiéndolo." José Luis Torres.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Enrique L. Barrón

“Un enamorado del Honor Nacional”  como es llamado Enrique Luís Barrón por Manuel Zanutelli Rosas en una de sus grandes semblanzas biográficas,   nació en Lima en 1837   y con el transcurrir de los años llevaría una vida digna y excelente en el círculo de la sociedad limeña que lo vio crecer  y convertirse en uno de sus dignos y emblemáticos personajes.

Dedicado al comercio e importaciones tenia su establecimiento en la calle Carabaya N° 24 y 26  en Lima, teniendo también sucursales en Arequipa y Trujillo. Fue tan digna su existencia que sabiendo como hombre de bien la necesidad de servir no se limitaba solo en la palabra que decidió convertirlo en obra. Así Enrique Barrón  ingresó como bombero honorario a la Bomba Lima el 23 de agosto de 1872   figurando en el mismo cuadro de bomberos honorarios en el año 77 y 78  hasta  1879 .

Fue precisamente ese año en que sus actividades comerciales y  altruistas, se distrajeron debido al golpe alevoso y que fue la declaratoria de guerra que Chile hacía al Perú, para que este ciudadano de excelsas virtudes contribuyera con diferentes donativos al sostenimiento de la campaña, óbolos que prefirió no hacerlos públicos y mantenerlos en el anonimato.

Sabiendo que la Patria necesitaba el concurso de todos sus hijos aptos para luchar es que se alista ya no como soldado de la humanidad sino como soldado de la Patria.  Cuando los chilenos estaban en las puertas de Lima  y habían superado la línea de San Juan.

Barrón ya se encontraba en su puesto en el campo del honor, integrando el batallón N° 2 de la reserva en el Reducto N° 1,   A la hora crucial de la batalla de Miraflores del 15 de enero de 1881 cuando los chilenos forzaban una vez mas la línea defensiva peruana, encontramos a Enrique Barrón luchando y animando indesmayablemente a los demás combatientes.  Al momento en que sostiene tenaz resistencia en aquel reducto es que una bala asesina lo hace caer finalmente muerto por su Patria. 

Enrique Barrón  murió luchando y defendiendo el Honor Nacional durmiendo su cuerpo en ese suelo miraflorino, junto a los demás ciudadanos ricos y pobres, profesionales  y artesanos, de toda condición, que integraron ese día aquel batallón   de “ Ciudadanos convertidos en soldados”  . Fue enterrado el 12 de enero de 1882 en un mausoleo de su familia,  en el Cementerio Presbítero Maestro    .

miércoles, 31 de octubre de 2012

Los Restos de Antonio Alarco: La Exumación

(Todavía En construcción)


Al Señor Comandante accidental del la Compañía D. Waldo Olivos Villarreal:



Acta de comprobación de la existencia de los restos del comandante Antonio Alarco Espinoza en el cementerio General Presbítero Matías Maestro, Cuartel  San Juan Bautista.

El día nueve de Enero de mil ocho cientos sesenta y cinco a las cuatro de la tarde de constituyó en le Cementerio General en representación de la  Decana y Benemérita Compañía Nacional de Bomberos Lima  N°3  la comisión social integrada por los señores: Capitán Honorario Vitalicio Jose Castillo Domínguez, Teniente Atilio Onetto Schiaffino, sargento segundo Eduardo Moloche, seccionário Jorge Landázuri Sebastiani y el periodista Luís Roca Quiñones y con la presencia del administrador Sr. Carlos Villena, Se procedió en primer termino a retirar la columna que cubría la tumba y posteriormente con le personal de obreros de esa necrópolis, a destapar el mausoleo hallándose en su interior y a una profundidad aproximada de 60 centímetros, se encontraba la bóveda revestida con una armadura de ladrillos con mezcla de cal que formaba un cuadrado de 60 centímetros por 60 en cuyo centro existía restos de una pequeña caja completamente destruida por la acción del tiempo y un frasco de  cristal de forma cilíndrica sellada en cuyo interior se podía apreciar los restos de una mano que esta cubierta por un liquido de color negro la misma que se hallaba intacta y presenta pequeños adherencias de piel.

Por disposición expresa del administrador y como medida de seguridad se entregó dicho frasco a la administración del cementerio quedando bajo la custodia y responsabilidad de esa dependencia de la Sociedad de la Beneficencia Pública de Lima. En Fe de lo cual firmamos la siguiente acta en Lima 9 de Enero 1965. Firma y rúbrica de Jose Castillo Domínguez, Atilio Onetto Schiaffino, Eduardo Moloche y Jorge Landázuri Sebastiani”.



Ataud con los restos de Antonio Alarco


Revista "El Bombero"  de 1965



Archivo Histórico de la Bomba Lima “Libro de partes” N°72, año 1964-1965,  folio363, 364

martes, 30 de octubre de 2012

Los Restos de Antonio Alarco: Los Discursos y La Familia.


DISCURSO DEL COMANDANTE REGIONAL DE LIMA
Dr. ALFONSO DEL CASTILLO ICAZA

Señores:
            El deber lo condujo al Heroísmo,  el Heroísmo lo llevó a la Muerte y la Muerte les abrió las puertas de la Gloria.

            Juan Antonio Alarco Espinoza, nació en Lima, el 13 de Junio de 1841; y el 21 de Abril de 1866, como Empleado de la Municipalidad de Lima de ésa entonces, ingresó a formar parte, de la Compañía de Bomberos “MUNICIPALIDAD”, hoy “LIMA” Nº 3, que a iniciativa del Señor Alcalde Dn. Pablo Antonio Salinas, se formaba en vísperas del Glorioso Combate que se realizó el 2 de Mayo, siendo el  Primer Jefe de esta naciente Compañía el Sindico  Dn. Francisco Laso, recibiendo del Jefe del Estado materiales, uniformes, y los postulados que en forma palmaria y firme sentaban, estableciendo como verdad histórica, que la Bomba que se acaba de instalar, nacía con vida oficial, con el carácter de nacional y como Compañía permanente.

            El 26 de Abril, la Compañía “MUNICIPAL LIMA”, con todos sus efectivos y materiales, se dirigía al Primer Puerto de la República y producido el Combate, ocupó lugares preferentes, por ser Nacional, en su misión Patriótica y Humanitaria y viene aquí la actuación de Juan Antonio Alarco Espinoza, según el relato histórico del General Eléspuru, sobreviviente de la Torre de la Merced, de los principales episodios del Combate y nos dice:

            “Yo, recuerdo también, que después del primer tiro de la Torre, se llamó a un sirviente de reemplazo y entonces acudió presuroso el Teniente Coronel mejicano Zubiría, más al dirigirse a la pequeña escala, que conducía a los cañones, fue violentamente detenido por el joven bombero Dn. Antonio Alarco, que vestía su camiseta roja, diciéndole: YO SOY PERUANO, A MI ME TOCA; y subió para desaparecer, cargando el cañón, como había desaparecido el anterior sirviente, fue la instante reemplazado por Zubiría quien después cayó gravemente quemado en el momento de la explosión”.

            En el parte oficial de la comandancia General de las Baterías del Sur, cursado al Jefe del Estado Mayor General del Ejército y firmado por el Coronel Manuel G. de la Cotera; dice que “Entre los muertos en el mencionado Combate, está el Bombero Antonio Alarco, que tan solo contaba con 25 años de edad, nos merece un especial recuerdo, sus méritos particulares, su carácter CIVIL, su Patriotismo, su valiente conducta en la Batalla, y por último su trágico fin, le hacen merecedor a esta distinción y a la gratitud Nacional”.

            Y también en el Parte Oficial, elevado por el Señor Coronel Mariano H. Zevallos, Jefe de la Plaza y Prefecto del Callao, al Señor Secretario de Estado, en el Despacho de Gobierno, da cuenta del Heroísmo del joven bombero  Antonio Alarco.

            Y fue su Gloria tan grande, que de El solamente se pudo recoger, después del Combate una mano, que fue identificada por una sortija que su señora Madre le había obsequiado y estaba adherida a ella un trozo de tela roja, y es lo que tenemos presente en esta Urna, lo que el 12 de Mayo de 1866, se dio cristiana sepultura y han transcurrido cerca de Noventinueve años de este Combate y ya ha sido ANTONIO ALARCO, reconocido en su Inmortalidad, por la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia Vencedores el 2 de Mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria, el 4 de Noviembre de 1961, habiéndole otorgado el Título de Ciudadano Heroíco y Eminente concediéndole el Distintivo Institucional al Pabellón de la Compañía “LIMA” Nº 3.

            El Concejo Provincial de Lima, el 21 de Mayo de 1950, colocó una Placa en la Casa que nació  Antonio Alarco, “Primer Voluntario de la Compañía de Bomberos “LIMA” Nº 1, quien murió Gloriosamente, en el cumplimiento del  deber en el Callao en la Torre de la Merced”. Y denominó con su nombre, a la Calle en que nació, que es la Cuarta Cuadra del Jirón Callao. En Sesión del Concejo del 1º de Diciembre de 1964, fue aprobada la creación del Parque Nacional “Antonio Alarco”, que ocupará el tramo del Campo de Marte, ubicado entre las Avenidas Horacio Urteaga y Antonio Ribeyro, que ojalá, pronto sea una realidad.

            El Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Lima que tengo el honor de Comandar, al rendirle un tributo más al egregio limeño Antonio Alarco, le decimos que fue nuestro Primer Héroe en  alcanzar la Gloria, al caer en la brega, cumpliendo con su deber, con el mismo sudario con que lograra el Inclito Coronel Dn. José Gálvez LAURELES y VICTORIAS.

            JUAN ANTONIO ALARCO ESPINOZA:
            El deber te condujo al Heroísmo, el Heroísmo te llevó a la Muerte y la Muerte te abrió las Puertas de la Gloria.





Comandante Alfonso Del Castillo Icaza


A nombre del Comando Nacional, el Segundo Comandante General del Perú, Dr. Juan Vicente Cortez Ezcurra, pronunció el discurso siguiente:

DISCURSO DEL 2º COMANDANTE GENERLA DEL CUERPO DE BOMBEROS DEL PERÚ.
Dr. JUAN V. CORTEZ EZCURRA.

Señores:
            Con motivo de esta Ceremonia el recuerdo de momentos de Gloria y de sacrificio, páginas desglosadas de nuestra Historia, surge en nuestras mentes.

            El holocausto patriótico de Antonio Alarco, joven bombero de la “MUNICIPAL LIMA” de aquel entonces, y hoy Benemérita “LIMA” Nº 3, fue reconocido, cuando en el Primer Congreso Bomberil Peruano, fuera declarado “Primer Mártir del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú”, la foja de servicios de nuestra Benemérita Institución Bomberil Voluntaria tiene a su haber decenas de Mártires, quienes al igual que Alarco no vacilaron en cumplir, aún a costa de sus vidas, con el mandato que voluntariamente se habían impuesto. Los unos cumpliendo estrictamente su deber humanitario voluntario, los otros agregando el matiz patriótico y regando con su sangre generosa las campos de batalla, en los cuales nuestra Patria tuvo que defender su Sagrado Suelo amenazado por huestes extrañas.

            Pronto se conmemorará el Centenario del Glorioso Combate del Dos de Mayo, y nuestra evocación se hace alrededor de aquellas Compañías de Bomberos, que se formaron en aquel entonces, para sofocar los siniestros provocados por la furia del invasor. Algunas de esas Compañías hoy Beneméritas, siguen en la brega, siguen cumpliendo a pesar de las dificultades que en este mundo actual tan materializado encuentran, y son las Beneméritas Compañías “UNION CHALACA” Nº 1, Decana del Cuerpo Nacional, la “ROMA” Nº 1, Decana de la Región Capital, Compañía Italiana; la “FRANCE” Nº 2, Compañía francesa de Lima; la “LIMA” Nº 3, Decana de las Nacionales de la Metrópoli. Otras han desaparecido, como las Compañías “ADUANA”, “GRAN PACIFICO”, “BELLAVISTA”, “ITALIANA” y “SANTA ANA”, constituida por ciudadanos ingleses radicados en nuestra Capital. Nuestra gratitud como peruanos será eterna, para aquellos ciudadanos extranjeros, quienes, en agradecimiento a nuestra generosa acogida, supieron afrontar valerosamente el peligro y cerraron filas junto con los nuestros, para así dar una muestra de solidaridad ante el peligro a la Humanidad. Que los representantes de las Colonias Italianas, Francesa, Inglesa y Alemana sepan que el Pueblo peruano no olvidará nunca ese gesto tan noble, que bien dice  de los Países de origen de donde provinieron tan nobles ciudadanos.

            Hoy día 14 de Febrero, es una fecha que conmueve al corazón del hombre, pues es el aniversario de la Tragedia de la Calle de Plumereros. Hoy día, hace 35 años, cuando la Ciudad festejaba los Carnavales, la tragedia que siempre ronda la vida del bombero, se cirnió sobre la Ciudad y la Muerte se llevó a Cinco Voluntarios del Fuego: Juan Acevedo, Eleazar Blanco, Carlos Vidal, de la Benemérita Compañía “SALVADORA LIMA” Nº 5, y Julio Ochoa Torres, de la Benemérita Compañía “FRANCE Nº 2”.

            Así pues el traslado de los restos mortales del Primer Mártir del Cuerpo de Bomberos del Perú, se realiza en fecha onomástica de tragedia para el Cuerpo de Bomberos de Lima y por ende del Perú, confundiéndose en un solo acto estos dos acontecimientos de tan grandes alcances cívicos. El Cuerpo Nacional de Bomberos del Perú siempre ha sabido participar de las congojas nacionales, cuando el 12 de Mayo de 1866, el ataúd que contenía los restos mortales del Héroe Coronel Ministro de la Guerra Dn. José Gálvez fuera cargado en hombros por voluntarios bomberos, que alumbraban sus pasos con los hachones funerarios.

            La Historia tarda pero siempre llega. Los bomberos voluntarios, a pesar de la indiferencia de muchos están decididos a seguir cumpliendo el juramento que hicieron al ingresar a las filas de nuestra Institución y ser llevados por los altos conceptos que encierra nuestro Lema: “DIOS, PATRIA Y HUMANIDAD”.


Comandante Vicente Cortez Ezcurra


A nombre de la Familia del Héroe Antonio Alarco, el Dr. Enrique Dammert Elguera, pronunció el siguiente discurso de agradecimiento:

DISCURSO DE AGRADECIMIENTO DE LA FAMILIA
 POR EL Dr. ENRIQUE DAMMERT ELGUERA

            A este solemne recinto traigo la adhesión y gratitud de unos Peruanos que, por razón de sangre y tradición hogareña, veneramos desde niños el despojo humano que hoy se guarda en esta tumba; de quienes por ello estamos más obligados a venerar el recuerdo que hizo ingresar a la Historia al Héroe Antonio Alarco y Espinoza quien por su desprendimiento y valentía varoniles, agrega más sabor de alma al espíritu y a la tradición de nuestra Patria Inmortal. Nuestra adhesión al homenaje y, como ciudadanos nuestra gratitud a quienes lo realizan; al Benemérito Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Lima, a su Señor Comandante General a la Compañía “LIMA” – especialmente a los Señores José Castillo, Atilio Onetto y Jorge Landázuri – y al periodista señor Luis Roca Quiñones, quien ha remozado el culto a la memoria de Antonio Alarco.

            La contienda bélica de hacen noventinueve años enfrentó unidos a cuatro Países hermanos contra la pretensión del reino español; de ese mismo reino que siglos antes había traído junto con su dominio, cultura y sangre pródiga e hidalga formando esta América “donde se reza a Jesucristo y se habla el español”. Fue una guerra cuyas incidencias duraron casi dos años y que no pueden entender los que no saben del Quijote y los que se ríen de él. Fue una lucha por la honra y por dignidad. El romanticismo culminaba por estas latitudes y las almas se quemaban de ideal.

            La flota española por culpa de una mala diplomacia, fue lanzada a la lucha. Como es justa de antiguos caballeros enamorados del pundonor y el nombre, los dos bandos fueron bravos. Y llegó el momento en que como un reto se desafió al Perú, en el Puerto del Callao y a la luz del mediodía. Temprano, sencillamente para ir a cumplir con su deber, cubierto el pecho por la roja camisa del uniforme de la Compañía “LIMA”, Antonio Alarco, mozo de veinticinco años llenos de promesas abrazó a su madre en despedida porque “se iba al Callao con don José Gálvez”, el admirado amigo, encarnación más alta del Perú de entonces, el gran Jefe liberal por el que seis años antes, lió la vida en aventura revolucionaria de enorme guapeza el Comandante Manuel Alarco su hermano mayor.
           
            Diez minutos antes del mediodía se rompieron los fuegos por parte de los atacantes, los que proclamaban “primero la honra sin marina, que la marina sin honra”. Antes ya un Jefe de guerrera nave, acercándose a la playa había desafiado a grandes voces a los defensores de tierra: “Aquí está Topete para quien quiera algo de él”. Don José Gálvez, Ministro civil de Guerra, recomendó “esperar hasta que disparen los otros. Justifiquemos nuestra causa”, agregó. Iniciada la batalla: la valentía, el sacrificio, la tenacidad, el arrojo.

            Muerto en el bastión llamado la Torre de la Merced un artillero Antonio Alarco reclamó para sí el puesto de sacrificio y fue a él negando el paso a otro voluntario: “Me toca a mí, soy peruano”. Minutos después una bala de cañón o de granada lo hacía desaparecer corporalmente. Y rato después, Gálvez y sus compañeros pasaban a la inmortalidad al estallar el bastión. El holocausto de muchos dio grandeza a la victoria y afirmó para siempre el valor de los contendores.

            Doña Mercedes Espinoza viuda de Alarco, es informada que ha estallado el torreón donde su hijo combatía; deja Lima y llega al Callao al caer la tarde. La acompaña una fiel y dignísima amiga, la señora Teresa Bolaños de roca, con quien afanosa busca, entre escombros y cenizas de la ruina, lo que pudiera quedar del hijo. Cae la oscuridad nocturna, pero es inútil la búsqueda. Sólo dos días después es hallado un breve despojo humano; desgarrada y quemada es la mano del lado del corazón de Antonio Alarco que su madre reconoce por la sortija que élla le regalara años antes. Por ese resto pequeño tuvo el consuelo de una tumba a donde acercarse a orar la admirable mujer que al reconocer el resto de su hijo se limitó a decir: “Dios me lo dio, El se lo llevó”. Ella, cristiana en lo profundo y en el amor maternal ejemplo de virtudes insignes, pudo aplicar a su hijo la frase del Evangelio de San Juan que dice: “Nadie tiene amor mayor que este de dar uno la vida por sus amigos”. Y su hijo Antonio la dio por el Perú y los suyos.

            También por nosotros, por los que estamos aquí en la tierra, y por los que vendrán. El pequeño despojo que aquí queda, es una semilla. Ella fructificará en el alma de los hombres porque lo inmortal que encierra el ejemplo que nos hace recordar esa mano fina quema por la pólvora y desgarrada hacen noventinueve años, es el de un mozo quiere que todos en el Perú sean sencillos, valientes, muy humildes, muy desprendidos. Como él.


Dr. Enrique Danmert Elguera pronunciando el discurso a nombre de la familia del Héroe
A la Izq. El Comandante Waldo Olivos.