lunes, 28 de diciembre de 2015

Socios Honorarios de la Salvadora Lima

En el año de 1876, el personal de la Compañía Salvadora Lima entregó a los de la Bomba Lima un reconocimiento muy importante y significativo: Los nombró “Socios Honorarios” a sus pares de la Lima mediante una proposición realizada por los socios salvadores, Federico Lembcke, Manuel A. La Torre y José Narciso Resio, antiguos miembros de nuestra compañía. Es importante recordar que incluso Lembcke, como ya hemos visto anteriormente, fue el segundo jefe del Comandante Andraca y Comandante de nuestra compañía en 1872. Pero veamos que dice la proposición:

Escudo original de la Salvadora Lima
<La Compañía de Bomberos "Lima" y la "Salvadora Lima", destinadas á arrebatar las vidas y propiedades agenas de los estragos del incendio, son dos instituciones altamente humanitarias, cuyos fines, están en la más perfecta armonía, y que deben por consiguiente marchar siempre juntas á consecución de sus propósitos:

Sus relaciones son más estrechas todavía; los miembros que las forman, han visto la luz en el mismo y querido pedazo de suelo que se llama Patria; los lazos de la amistad los une, y casi todos sus benéficos esfuerzos, se ejercitan en el mismo territorio; y finalmente, realizan juntos su misión, algo más que humanitaria, caritativa, compartiendo el peligro, dándose la mano en medio de las llamas y sacrificando unidos, muchas veces también la vida propia, por salvar la de las demás. Si son tan estrechas las relaciones que ligan á etas dos compañías, no es ni comprensible siquiera, que hayan existido tanto tiempo apartadas, sin realizar aquel principio muy antiguo pero exacto, de que la unión, constituye la fuerza. Para practicar este pensamiento cuyos resultados serán el ejercicio del bien con más provecho y en más elevada escala, destruyendo esa indiferencia que el mismo distintivo de las almas egoístas, los salvadores que suscriben os proponen.

Art 1° Nómbrase miembros honorarios de la compañía “Salvadora Lima”, exento de todo pago, á los señores que con el carácter de activos, componen la Compañía Nacional de Bomberos "Lima N°1". Para conseguir este resultado, el señor comandante de la “Salvadora”, pedirá al de la bomba, una razón de todos los miembros activos, para expedirles el título correspondiente; y
Art 2° Nómbrase una comisión compuesta del directorio, para que se encargue deponer mano de los expresados miembros honorarios el diploma respectivo.

Sala de sesiones.- Lima, abril 8 de 1876.- piden dispensa de todo trámite.

Manuel A. La Torre
José Narciso Resio           Federico Lembcke




Ya antes en febrero de 1874, “La Salvadora” había nombrado socio honorario al Comandante en ejercicio de la época, don Ricardo Espiell, como consta en el diploma que obra arriba. En resumen, el nombrar socios honorarios a todo el personal de la Bomba Lima no hace sino reafirmar los lazos de amistad y el mismo norte con que miran estas dos asociaciones humanitarias. Quienes usaron nuestra camiseta alguna vez y ahora usan una propia, pero con el único fin de servir a la humanidad, no pueden estar sometidos a juicios vagos que la historia no apruebe. Es más, aquellos de una y la otra, nunca dejaron de ser amigos como lo comprueban una serie de documentos, hechos y circunstancias. 

Este acto de “buena amistad”, sepulta todo aquello negativo que se dijo alguna vez cuando aquel grupo de asociados nuestros renunciaron para formar otro grupo bomberil. Eso lo afirmamos categóricamente al decir que aquellos ex miembros, a quienes se aunaron otro grupo de entusiastas deseosos de seguir un camino independiente al que se habían forjado y crear sus propios ideales, pero con el mismo y noble fin del servicio desinteresado a la humanidad, decidieron honrar a su vieja y querida compañía en esa fundación del 1ero de enero del ’74 y en homenaje a sus raíces la bautizaron también con el nombre de “Lima” al que agregaron “Salvadora”, quedando a partir de ese momento constituida la Sociedad Salvadora Lima de Guardia y Propiedad y que unos años después, se constituyó en una gran fuerza bomberil, dentro del directorio de Bomberos de Lima. 

La ratificación de los lazos de amistad y de tan importante membresía honoraria, se llevó a cabo a casi un siglo después, en la celebración de su primer centenario de la Bomba Salvadora Lima, el primer día de enero de 1974 expidiéndose el diploma correspondiente, el mismo que se conserva en lugar aparente en la comandancia de la Bomba Lima.


Pro Marina

La Asociación Nacional Pro Marina del Perú fue fundada el 28 de agosto de 1909. Sus orígenes se deben a la antigua liga patriótica integrada por todos aquellos patricios que en la hora sagrada de la Nación, tuvieron que empuñar el rifle y la espada en defensa de la Patria. Tal es el caso de Melitón Carbajal, Manuel Villavicencio, Teodoro Elmore, Ernesto de Mora quienes junto a Federico Villarreal, Pedro Paulet, entre otros vivieron las horas mas difíciles para la República y dejaron sentado los cimientes en los que hoy reposa Pro Marina. Dice así su ideario:

Los ilustres patricios que fundaron Pro Marina vivieron una de las horas más graves de la nacionalidad, y sintieron y comprendieron que sólo los altos valores del espíritu son fuerzas permanentes de acción constructiva para vencer las contingencias del tiempo, salvar errores y asegurar el porvenir.

Las lecciones de la guerra son interrogantes de la paz, pero la paz, fruto de la comprensión y del trabajo, nos obliga a vivir despiertos, prevenidos, honrando con nuestras obras la memoria de nuestros padres, héroes y libertadores y consagrando nuestras energías a servir a los grandes y permanentes intereses de la Patria.

La relación de la Bomba Lima con esta patriótica y centenaria institución, se renovó el año 2000, en que por esas casualidades del destino llegó hasta nuestra compañía las noticias de que el sobrino nieto del Héroe de la Compañía Manuel Ugarte y Moscoso, el ingeniero Héctor Ugarte y Chamorro, mandó de obsequió para nuestra compañía, un recorte periodístico en que figuraba completa la famosa fotografía denominada "Los Héroes" y en donde Manuel Ugarte figuraba en el extremo izquierdo.


Grande fue la sorpresa para los que allí estuvimos de ver esta fotografía que hoy se conserva en nuestra galería lamentablemente mutilada  por efectos del tiempo, que la misma estaba completa y mas grande fue que a parte de ver a Ugarte en ella, se pudo identificar además, a dos grandes Héroes de la Bomba Lima como son Gabriel Torres y Samuel Luis Villarán, de quienes hasta esa fecha, no teníamos retrato alguno.

A partir de ese instante la amistad con el ingeniero Ugarte y Chamorro fue tan aliada a nuestra causa patriótica, que por circunstancias del destino el Comando Nacional de Bomberos, destinó una ambulancia a nuestro servicio y la jefatura de la compañía liderada por el Comandante Miguel Rojas, tuvo la acertada idea de nombrar a esa unidad con el nombre de "Manuel Ugarte y Moscoso" en Mérito de haber sido este Héroe, Mártir de la Sanidad Naval y haber rendido la vida por la Patria el 25 de mayo de 1880 en Callao, como practicante de medicina activo de la Escuadra Nacional, durante la Guerra del Pacífico. Justo premio para quien a parte de ser  bombero de la Bomba Lima fue marino y de cuyo nombre lo lleva con orgullo, el Hospital de la Base Naval del Callao. 

A raíz de ese hecho tan importante, en que miembros de Pro Marina asistieron al bautizo de la unidad, aquella noche a nuestro cuartel; los lazos de amistad se entrelazaron firmemente, sobre todo cuando se les invitó a pasar al Salón Patria, en donde se custodia el Carro de Escalas "Grau". Grande fue la sorpresa para ellos que de inmediato se hecho a andar la maquinaria patriótica para su restauración y puesta en marcha del Museo de Sitio de la "Grau".  Fue el 21 de abril de 2003 que ese sueño se hizo realidad inaugurándose en presencia del sobrino nieto del Héroe, el Almirante Fernando Grau Umlauff y el Comandante General Tulio Nicolini.

Siempre Pro Marina estuvo allí en muy buenas relaciones con nuestra compañía, aunque si vamos mas atrás en el archivo histórico, podremos encontrar una serie de documentos en que ambas instituciones manifestaban una confraternidad que solo asociaciones centenarias y patrióticas pueden ostentar. Así en 1915 Pro Marina, pidió asistencia  a la compañía con el fin de apoyar una actividad relacionada a conseguir fondos para nuestra armada. Pero mas quiso el infortunio cuando una turba de trabajadores en huelga, pasó por el lugar ocasionando destrozos a su paso, causando en consecuencia que los materiales de la compañía queden dañados. Pero fue Pro Marina la que asumiendo su sentido cívico patriótico que se encargó de costear aquellos daños que la muchedumbre de maleantes ocasionaron.

El 17 de marzo con motivo de celebrarse el sesquicentenarioy muestra de aprecio de nuestra compañía,  entregó a Pro Marina el último estandarte "Centenario" para su custodia eterna, el mismo que fue colocado en la sala de estandarte de su local ubicado en Santa Beatriz. Y para no ser menos, Pro Marina hizo entrega de su estandarte, para que este sea ubicado en el museo del Carro de Escalas Almirante Grau de nuestra compañía.

Trabajaremos hasta que la Marina se encuentre en el corazón de todos los peruanos" dice su lema y la Bomba Lima no será ajena a ella, porque le une un gran sentimiento de patriotismo y heroicidad al tener entre nuestras filas a Héroes Navales que han sido bomberos: Manuel Ugarte y Moscoso, el Capitan de Navío Juan Fanning, el Ingeniero Manuel Cuadros. Así como vemos la amistad no es de este tiempo, es de hace muchos años, porque patriotas como el Comandante Jorge Guerrero Lang y el consejo directivo de Pro Marina siempre tendrán un lugar en nuestra compañía, sobre todo en el momento de rendir honores a los que nos antecedieron y forjaron nuestra historia común.

Capitán de Navío (r) Jorge Guerrero Lang, Presidente de Pro Marina
y Sup Ernesto Ricci Bernardini, administrador de la sede central



lunes, 14 de diciembre de 2015

Las Corridas de Toros a Beneficio de la Compañía

En el mes de enero de 1870 se efectuó la primera corrida de toros a beneficio de la compañía. Se lidiaron once toros, todos obsequiados. A partir de ese instante y en años posteriores, este espectáculo taurino muy común para la ciudad de Lima y heredado de los tiempos de la colonia, fue para la compañía una gran fuente de ingresos en virtud que los programas organizados, resultaban de mucho agrado para la sociedad concurrente, la cual salía por demás satisfecha de concurrir a la misma. Cada corrida constituían no solamente la lidia sino espectáculos musicales en el intermedio y algunos otros números que con mucha pompa se presentaban; Así también la destreza en la construcción de castillos de escala, por los bomberos, sin lugar a dudas era el deleite del público.

Gracias a estos espectáculos, la compañía hizo su caja para el sostenimiento de la economía institucional por largos años, tanto así que gracias a estas actividades se adquirieron entre materiales de incendio y zapa, nada más y nada menos que la primera bomba a vapor de la ciudad que fue bautizada con el nombre de José Francisco Andraca y sirvió para los casos de incendio por cincuenta años ininterrumpidos.





En el mes de agosto de 1870 por ejemplo se organizó una gran corrida de toros con magnífico resultado para la caja de la compañía. La Bomba Lima con toda la grandiosidad de la anterior corrida, ofreció nuevamente al público de Lima un excelente espectáculo. El éxito del mismo fue tan completo que la junta general recompenso a los organizadores otorgándoles medalla de plata.

En el reglamento en vigencia, contemplaba la obligación de organizar anualmente una corrida de toros en beneficio de la compañía. Tales eventos como ya dijimos constituyeron la principal fuente de recursos para solventar gastos de compra de material, mantenimiento a las bombas, carros mangueras y demás útiles de servicio y sobre todo, mantenimiento del cuartel. El año de 1872 se realizó una  corrida en el mes de junio donde se lidiaron 14 toros de muerte todos obsequiados, que lucieron riquísimas enjalmas [1] y elegantes moñas obsequiadas también, por distinguidas señoreas y señoritas de la sociedad limeña.

Los cinco espadas que en ella tomaron parte lo hicieron gratuitamente, lo mismo que ocho de los banderilleros y dos de los capeadores de caballo. El resto de la cuadrilla tuvo la consideración de hacer una buena rebaja. La compañía como siempre hizo con sus benefactores gestos de agradecimiento y como muestra a sus desprendimientos, por esas manifestaciones de entrega, obsequió sendas medallas conmemorativas de oro y plata a las personas que habían hecho obsequios de toros y enjalmas y a los valientes diestros, con riquísimas alhajas que habían sido recibidas como donativos de parte del comercio de la ciudad.

Más esa misma tarde una desgracia tiño de sangre el ruedo. La herida que uno de los toros que se lidiaron hiciera al espada Ponce, ocasionó su muerte. Al momento de la corneada fue atendido inmediatamente por el personal allí asistente, pero lamentablemente todo esfuerzo fue en vano y nada se pudo hacer. La Bomba Lima se hizo cargo de los gastos de la asistencia así como del entierro el que se efectuó con gran solemnidad dejando un gasto de 1,175 soles de la época. Contrario a la tragedia, esta actividad arrojó una utilidad de 5 mil 100 soles para la tesorería de la compañía.


En el mes de mayo de 1878 se efectuó la corrida de toros anual en beneficio de la compañía con resultado satisfactorio y que sobrepasó las expectativas que se tenían a mérito de los trabajos hechos para llevarla a cabo. La comisión organizadora se encontró dueña de 24 toros obsequiados por hacendados y capitalistas protectores de la compañía, por lo que se resolvió, dar dos corridas: la primera en la que se lidiaron 14 toros el 5 de mayo y el día 12 del mismo mes, la segunda en que se lidio diez. El éxito obtenido en estas dos corridas, permitió hacer frente a los compromisos contraídos por el pedido de material hecho a los Estados Unidos de Norteamérica.

Pasado el desastre económico originado por la Guerra del Pacífico de la cual hablaremos en capítulo más adelante, el 19 de abril de 1885 tuvo lugar una gran corrida de toros, en la que distinguidas señoras y señoritas obsequiaron elegantes banderillas y moñas, mientras que varios socios protectores donaron cuatro toros a la compañía. El resultado de esta corrida fue por decir bastante satisfactorio.

Fue a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, en que al igual que la Lima, las compañías de bomberos de la ciudad comenzaron a organizar corridas de toros a beneficio, lo que hacía imposible mantener por parte nuestra una exclusiva en la organización de estos eventos y por lo tanto el número de asistentes a las que organizábamos decayó. A raíz de ellos estas actividades fueron reemplazadas por otras alternativas artísticas que aunque no tan lucrativas como las anteriores, se realizaban en beneficio, como las obras de teatro y representaciones musicales de orquestas y de nuestra banda de música. En el recuerdo quedaran, tan importantes corridas a beneficio que constituyeron no solo una gran fuente de ingreso para la compañía, sino a la par fueron singulares acontecimientos famosos para su época y muy comentados por los círculos sociales de aquel entonces, que sin lugar a dudas, dejaron gratos recuerdos en esa vieja ciudad de Lima que ya se fue. 





[1]Pieza almohadillada del aparejo de las caballerías que se pone sobre el lomo para que no les lastime la carga.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Comandante Juan A. San Bartolomé




Juan Aurelio San Bartolomé Terry Núñez, nació en Lima en 1877 siendo sus padres Juan San Bartolomé Terry y Emilia Núñez, bautizado en la iglesia de Santa Ana a los dos días de haber nacido el 6 de abril de 1877 1. Contrajo matrimonio en 1902 con doña Francisca Roca con quien trajo al mundo a Luis Emilio el 10 de abril de 1903. Era médico de profesión y domiciliaba en ese tiempo en la 3era de Arequipa [Calle de San Marcelo N°35, hoy tercera de Av. Emancipación ó Jirón Cuzco].

Fue aceptado como médico de la compañía en el directorio del 20 de octubre de 1904 y aceptado en Junta General del 15 de febrero de 1905. Elegido Comandante de la Bomba Lima para el periodo de 1908 y 1909 ese mismo año se desempeñó en el directorio de bomberos de la ciudad.

Estando como delegado una seria controversia en ese estamento hizo que renunciaría al mismo por lo que en tal aptitud y no haberse sometido a la asamblea de la misma el 12 de octubre de aquel año, lo censuró del cargo, para lo cual renunció a todas las responsabilidades en el Cuerpo de Bomberos.

Años después y habiendo aclarado su situación honrosamente ante las irregularidades en el proceso en su contra, fue absuelto mediante asamblea de compañía el 25 de febrero de 1921, siendo oficialmente reincorporado el 10 de marzo del mismo año. Días después el 14 del mismo mes se reintegró como miembro de la sanidad de la compañía.

Durante su gestión, le toco enrumbar el norte de la Escuela de Tiro y tuvo que encabezar las honras fúnebres del Comandante Ezeta, muerto en un accidente de tranvías.

En 1931 continuaba el comandante San Bartolomé ejerciendo la carrera médica en favor de la compañía, a tal punto que atendía de manera desinteresada, a todos sus colegas bomberos de la Lima, cada vez que recurrían a él por alguna dolencia que les aquejaba.

Falleció en Lima el 14 de julio de 1936. Una comisión de la compañía asistió a su funeral












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1 https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:FC7N-L53