martes, 18 de septiembre de 2012

Samuel L. Villarán

Leal,  Sincero y valeroso;  amante de su Patria y con vocación de servicio cien por ciento.  Samuel Luís Villarán  nació en Lima el 20 de agosto de 1854.  De muy niño tuvo la desgracia de perder a su madre Matilde Carbajo quedando su crecimiento bajo la atenta mirada de su querido padre Federico Villarán Gonzales de Castro, quien le inculcó las virtudes y valores que lo caracterizarían toda su vida.

 Su padre era tío de  los no menos famosos poetas Asisclo Villarán y Manuela Villarán de Plasencia. De su árbol genealógico son también sus primos Francisco Aurelio Villarán Angulo y el eminente jurista Luis Felipe Villarán Angulo ambos fundadores de la Bomba Lima en 1866. Nota importante de recalcar también que nuestro biografiado es tío tatarabuelo de la actual Alcaldesa Metropolitana de Lima, Susana Villarán de la Puente.

 Fue así y contando con veinte años de edad, que su sentido altruista y vocación de servicio lo llevó a ser presentado e integrar las filas de la Compañía Nacional de Bomberos “Lima”,  siendo aceptado la propuesta en Junta General del 10 de diciembre de 1874. Como bombero, desempeñó los cargos de: Cabo de Bombas en 1875,  Sargento de Bombas en el 77, Teniente de bombas en 1878 y finalmente Teniente de la Sección Gallos en 1880 y 1881. Sus características personales ya mencionadas lo hicieron apoyar a la colecta que con motivos de recaudar fondos para las víctimas del incendio ocurrido en el puerto de Iquique , se estaba realizando el 9 de octubre de 1875.

 En 1876 fue nombrado conjuntamente con los demás socios de la “Lima”, socio Honorario de la Compañía Salvadora Lima  y en 1878 recibió Medalla de Plata de la Junta Departamental de Bomberos de Lima:

“…. Para la mención honorífica se le propone al señor don Samuel Luís Villarán, sub. Secretario de la misma, por haberla desempeñado con la mejor buena voluntad, no haber tenido falta en sus asistencias y por su conocida abnegación en sus trabajos…”

El 2 de diciembre de aquel año y acompañado de otros socios firma la proposición de Ricardo Espiell, de colocar en la sala de sesiones de la compañía, un cuadro con la fotografía del Dr. Manuel Prado, Presidente del Senado- y quien fuera también Bombero Honorario de la Lima   - como un tributo y homenaje a la memoria del gran estadista, asesinado días antes en la puerta del Congreso de la República.  Durante 1879 habiéndonos declarado Chile la guerra, Samuel Villarán viajó al sur, cubriendo servicio en la escuadra:

“Abril 10 de 1879.
Habiéndose ausentado el señor teniente de bombas, Villarán para tomar un puesto en la escuadra encargó al señor teniente de escalas se haga cargo del servicio hasta la conclusión del presente mes.

Gabriel Torres
El Capitan”

En el sur además, contribuyó a los trabajos de fortificación del puerto de Arica. Al producirse su regreso a la capital, continuó desempeñándose como bombero, siendo nombrado inspector de la Guardia Urbana el 19 de setiembre  de 1879  y realizando este servicio entre diciembre de 1879 a marzo de 1880. Concurrió a prestar apoyo a la población chalaca con sus compañeros de la bomba Lima  y demás compañías de bomberos de la ciudad, a los bombardeos que la escuadra Chilena realizaba en el Callao entre abril y agosto de 1880.

En las postrimerías del mes de octubre, se excusó por motivos de fuerza mayor a participar en las honras fúnebres que se le tributarían a las víctimas del combate naval de Angamos, según consta en el libro de partes de la época:

28 de octubre de 1879

8:00 pm. me impuse del parte anterior y con verdadero sentimiento y mas que probable no pueda asistir por mis ocupaciones en el Callao, en caso de concluir temprano acompañaré a mis compañeros a tributarle los honores a las honras que se le celebraran en honor de tan ilustres víctimas de nuestro glorioso monitor Huascar y de su héroe el ilustre comandante Miguel Grau.

Samuel Luís Villarán

Cuando se tenían noticias que las huestes chilenas desembarcaban por el sur para atacar la capital, antes de alistarse en el ejército en una campaña en la que él sabia y presentía tal vez no volvería, Samuel Villarán salió hacia el Callao, a fin de realizar el pago en el cementerio para el nicho provisional de su entrañable amigo Manuel Zubiaga,  fallecido días atrás, puesto que la compañía se encontraba sin fondos en vista de haber puesto todo su tesoro en las colectas en pro de comprar armamento para la guerra:

“…..Como amigo del finado y socio del directorio, concurrí a la Sociedad de Beneficencia e hice renovar el nicho por dos años, cuyo recibo pongo a disposición de la compañía para que tan luego sea posible, traslade a esta capital tan queridos y preciados restos de este compañero y amigo.- Dios Guarde a Usted.

Firma Samuel Luís Villarán.”

Este gesto que lo pinta de cuerpo entero como un valioso ser humano, quedó sentado también como el último documento que él en vida firmara.  Alistado ya e integrando el ejército en las afueras de la ciudad en la línea de San Juan, combatió esforzadamente en la madrugada del 13 de enero de 1881, resistiendo la primera línea de ataque chilena, como Capitán de la segunda compañía del batallón “Libres de Cajamarca” . Este batallón formaba parte del cuerpo del ejército que mandaba el General Miguel Iglesias. 

A pesar del desastre de ese día y sin pensar que ya se había cumplido con su deber, retrocedió a la línea de Miraflores  y se incorporó a la quinta compañía del batallón N° 2 de la Reserva en la cual servia como soldado raso su padre, quien el día de la batalla de Miraflores, después de ver caer muerto a su hijo en el Reducto N° 1  lo recogió y poniéndolo en una mula lo llevó a enterrar a la ciudad.  Samuel Luís Villarán, bombero, soldado de la humanidad, sucumbió como soldado de la Patria en la batalla del 15 de enero de 1881, luego que una artera bala chilena fuera a chocar con su frente .

     “…..Capitán Samuel Luís Villarán, artillero en Arica, veterano de San Juan, muerto por la Patria, cinco minutos antes de las cinco de la tarde”   *
Acerca de su actuación en el campo de batalla, tenemos el comentario escrito en una carta dirigida a Federico Villarán, padre del Héroe, por Daniel de los Heros, uno de los Jefes de aquel reducto y testigo presencial de su muerte:

“…Murió en mi presencia combatiendo como bueno, en la guerrilla que se me mandó desplegar, en protección de las fuerzas que peleaban en el parapeto N° 1……”

A partir de 1908  sus restos se encuentran reposando en la  Cripta de los Héroes del Cementerio Presbítero Maestro y una calle de San Juan de Miraflores y otra de Chorrillos lo recuerdan.


* Guillermo Thorndike

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