EN MISTERIO ORIGEN DEL FUEGO - PARA DOMINAR SINIESTRO ORDENAN PODER CARGAS DE DINAMITA PERDIDAS - SE CALCULA QUE PASAN DE LOS 50 MILLONES.
29 de febrero de 1964 -Texto Diario La Crónica
"Un gigantesco incendio devora el Mercado Central desde las 10 de esta mañana. El siniestro, uno de los más grandes jamás vistos ha conmocionado a toda la ciudad y todos los bomberos de Lima, y algunos del Callao, no podían controlar la situación hasta momentos de entrar en prensa esta edición.
Se presume que el propósito es dominar por ese medio el fuego ya que las paredes ofrecen un latente peligro al amenazar con caerse en cualquier momento. Además en el interior del Mercado funcionaban varios restaurantes con cocinas a petróleo y tenían tanques de reserva.
Avenida Abancay y en calles adyacentes y sectores de Lima están
aislados debido a que se ha dispuesto que ni salga ni pase nadie. La humareda
se aprecia desde casi todos los lados de la capital. Esa medida motivó, que en
la avenida Abancay se agolparon los curiosos en cantidad impresionante. Pero también
se suscitaron escenas emotivas cuando madres, hermanos, hijos, familiares y
demás de las empleadas de los bazares, de los dueños de los bazares; de los
tenderos, bodegueros, verduleras, etc. etc. querían ir a ver si les había
pasado algo. Como la policía les cerrara el paso, algunas mujeres se desmayaron
y otras estallaban en incontenible llanto.
Al aparecer la primera humareda en el jirón -Ayacucho, lado
en el que indudablemente se inició el fuego pues todas las versiones coinciden en
que en un establecimiento de esa calle brotó el incendio, se dio la voz de
alarma. Entonces los ambulantes sin inmutarse mucho, se pasaron a la verada
opuesta, mientras que los demás dueños de tiendas cerraban pronto pensando que
así evitarían el pillaje y confiados de que como hace pocos meses, las llamas se
sofocarían pronto.
Sin embargo, dada la alarma nadie acudía, y el fuego empezó a tomar proporciones aterradoras. La gente que se había agolpado empezó a sobrecogerse cuando observó cómo en el segundo piso las lenguas de fuego parecían largas banderas que el viento agitaba. El fuego se avivaba y se propagaba impresionantemente.
La estación Odesa, filial de Radio Lima, que -pasa música
en el interior del Mercado cesó. El característico bullicio de todo mercado de
abastos fue suplido por un silencio tan súbito como cargado de pavor. Y de pronto el crujido de las maderas al abrasarlas
el fuego indicó la magnitud del desastre. Lo que vino después es inenarrable.
Las amas de casa, las vendedoras de fruta y verdura, las pescadoras, las
vivanderas, y todo el mundo empezó a gritar y plenos de espanto correr hacia
las salidas.
La policía, enterada de la catástrofe dispuso que se
dirigieran al lugar no solo su personal sino también Radio Patrulla, la de Tránsito, la Policía Militar,
la Guardia Republicana, los alumnos de la Escuela de Policía, La Guardia de
Asalto y cuanto efectivo era posible.
Entonces la Municipalidad envió bus, camiones-cisternas; la policía, los camiones denominados "Rochabús" La lucha contra el fuego motivó consiguientemente que las calles todas se mojaran totalmente. Eso hizo rodar a tres bomberos que sufrieron luxaciones. Se les tuvo que llevar a los puestos de asistencia médica inmediatamente.
UN VERDADERO INFIERNO
Toda la manzana del Mercado Central quedó envuelta en
llamas a eso de las 11 de la mañana o sea una hora después de desatado el
"fuego. Se elijo que las causas de tal propagación tan impresionante como insólita
fueron, primero el material inflamable que hay en las tiendas, como el petróleo,
el plástico, los aceites, kerosene .etc., luego el viento que llevó las llamas
para el sector Este, pues en ese sentido se dice que el aire soplaba y finalmente
porque la construcción del Mercado por lo vieja facilitaba que las llamas se avivasen
pues servían como combustible.
Estuvieron presentes el Ministro de Gobierno, que como
queda dicho dispuso que empleen dinamita para acabar con el riesgo de que se vengan
abajo las paredes; el Director de la Guardia Civil; el de la PIP; el Prefecto
de Lima, el Director de Gobierno, los Jefes de la Comandancia de la Guardia
Civil y de la Región de Investigaciones, y Comisarios de la Segunda y la
Tercera Comisarías; así como el jefe de Radio Patrulla. No se hizo présente
hasta el mediodía, el Alcalde.
Conmovió a los presentes ver como los dueños de; algunas
tiendas con lágrimas en los ojos veían destrozarse sus propiedades sin que ellos
nada pudieran hacer. Luego la gente que pugnaba por atravesar el cordón policial
para ir a buscar a sus familiares; y otros que decían que les habían
robado sus cosas. En el lado del jirón Huallaga una canasta de naranjas había
sido dejada abandonada y nadie la sacaba. Las mangueras de agua dispersaban por
momentos la fruta. La movilización de los bomberos causó momentos de tensión
pues en algunos casos se exponían demasiado. Parece que recién en la tarde
podrán dominar el incendio. Pero el Mercado de Abasto de todos modos, ha
desaparecido.
MERCADERIAS POR EL SUELO
Una señora que vio perdidas toda sus mercancías no hablaba
y era ayudada por personas caritativas. En los Bazares la ropa, juguetes de plástico
y mercancía valiosa era pasto del fuego, por las calles rodaban botellas de
licor, frutas, carnes, verduras y multitud de artículos. Materialmente del
interior del mercado no se pudo rescatar nada pues la violencia del fuego sólo
dio lugar a escapar.
Un pedazo de pared remojada por el agua cayó hacia la calle
Ayacucho. No causó daños. Una señora sólo había conseguido salvar un saco de papas
y permanecía muda viendo como las llamas consumían todo lo que tenía poco
antes.
La Cuna Maternal que funcional, en los altos del
Mercado Central fue lo que primero exigió el esfuerzo de las personas que se
encontraban cerca y consiguieron sacar a todos los bebés antes que el fuego
alcanzan proporciones en pocos minutos.
El joyero Heraldo Espinal dueño de la Joyería situada en el
Jirón Ucayali cercano al Mercado dijo que todas sus joyas fueron afectada por
el siniestro. Los daños él calcula en medio millón de soles. Permanecía
estático y con la mirada perdida llorando por la desgracia que acababa de
ocurrir.
Su Eminencia el Cardenal Juan Landázuri Ricketts, al tener
conocimiento de los graves daños causados por el terrible incendio del Mercado
Central, que ha dejado a miles de comerciantes en situación difícil, a la 1 de
la tarde acompañado de varios Prelados se dirigió al lugar de la catástrofe,
donde llevó su palabra de consuelo y reconfortó a las víctimas del siniestro,
siendo acogida su presencia con escenas emotivas."
LAS PÉRDIDAS SE CALCULAN EN 80 MILLONES
EXPLOSIÓN DE
UNA COCINA ORIGINÓ EL SINIESTRO. NUEVE LESIONADOS.
"Durante dos horas, el antiguo Mercado Central fue pasto de
las llamas. De 10 a 12 del día, el fuego consumió 15 tiendas exteriores y
numerosos puestos interiores. Las pérdidas han sido calculadas en 80 millones
de soles.
"La Plaza Grande", como lo llaman las amas de
casa, quedó reducido a cenizas en sus tres cuartas partes. Principalmente
fueron afectadas las tiendas con frente a las calles Paz Soldán, Capón y Albahaquitas,
y los puestos interiores cercanos a este sector. Las llamas avanzaron
rápidamente destruyendo todo el material combustible.
*Texto Diario La Crónica, Fotos El Comercio, La Crónica @Carlos_siguas