El emblemático Comandante General del
Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú don Waldo Olivos Villarreal, fue hijo
de don Waldo Olivos Torrejón y doña María Socorro Villarreal. Nació en Lima el
11 de abril de 1933.
Ingresó a la Bomba Lima cuando tenía 18 años de edad por
junta general del 9 de julio de 1951 y desde ese instante la vida de don Waldo
cambió para siempre. Su primer grado fue de Sargento de Escalas en 1952. Al año
siguiente fue Sargento Primero,
repitiendo en 1954. En 1957 fue Teniente Secretario en 1957 y 1959 y Teniente
de Sección entre 1961 y 1963. En 1964 fue electo Capitán durante le gestión del
Comandante Alfonso Del Castillo Icaza repitiendo en el 65 y dado que el
Comandante Del Castillo se encontraba desempeñando la Comandancia en el
Directorio del Cuerpo de Bomberos de Lima, asumió la Comandancia Accidental,
siendo miembro - presidente - de la Comisión del Centenario en 1966 y Comandante
en el año del primer centenario de la Compañía.
Al año siguiente fue electo
Comandante Activo de la Bomba Lima y
en 1968 delegado ante la Asamblea Nacional de Bomberos realizada ese año. En
1969 fue miembro nato de la comisión pro local de la compañía. Ese mismo año
repitió como comandante activo y en 1970 fue miembro de la Comisión de
Relaciones Públicas del Comando Nacional. En 1972 fue electo nuevamente
Comandante de la Bomba Lima, luego de
una pausa en el cargo, al haber sido electo el Comandante José Castillo
Domínguez en 1971 quien rompiera la racha del Comandante Olivos en el cargo que
desempeñaba desde 1966. Repitió en 1974 hasta 1975 en que la junta general lo
nombro Comandante Honorario Vitalicio el 22 de julio de ese año. El Comandante
Olivos fue el último oficial en ser nombrado en ese cargo en la historia de la
compañía.
En 1976 fue miembro del
Congreso Bolivariano de Bomberos de Guayaquil, siendo electo Jefe de la 22
Comandancia de Bomberos de Lima, II Región, lo que es el equivalente hoy día a
la IV Comandancia Departamental de Lima Centro. Importante recordar que fueron
tres los preclaros jefes que ocuparon dicho cargo bajo esa denominación: Waldo
Olivos y Tulio Nicolini de la Bomba Lima
y don Carlos Camino de la Bomba
Internacional. Los tres de muy buena y excelente gestión y sobre todo de
muy grata recordación en la historia del bomberismo nacional.
En 1977 fue elegido por
Resolución Jefatural 004-77 Comandante General del Cuerpo General de Bomberos
Voluntarios del Perú por un periodo de dos años, siendo ratificado en el año de
1979 con Resolución N°016-79 INDECI por dos años más. El 30 de octubre de 1980,
fue Presidente del Quinto Congreso Bolivariano de Bomberos, que se realizó en
Lima. Fue re electo Comandante General en 1984, luego de una pausa en que el
alto cargo lo desempeñara el Brigadier General Don Ricardo Montalva Simonetti
de la Bomba Unión Chalaca. A partir
de ese año e ininterrumpidamente el Comandante Olivos fue el jefe máximo del
bomberismo nacional hasta 1992.
Durante su larga y fructífera
gestión al frente de los bomberos del Perú, Waldo Olivos ordenó la renumeración
de todas las compañías de bomberos desde 1977, y que no se había realizado
desde la fundación del Cuerpo como Comando Nacional en 1953, es decir hasta
antes de ese año todas las compañías tenían el número por antigüedad dentro de
sus comandancias departamentales, como era el caso de Lima y Callao. A raíz de
ello, la Unión Chalaca, por ser la
primera en fundarse en 1860 tomó el N°1 y de allí las demás en orden de
antigüedad, como es el caso de la Roma N°2, France N°3, Lima N°4 y allí
sucesivamente. Así también se suprimieron las juntas generales que hasta ese
año de desarrollaban en la compañía, así como el sistema eleccionario a nivel
de los jefes de compañía y su directorio, siendo el Comando Nacional el
encargado de hacerlo.
Así también se adoptó el uso
del uniforme único de color rojo así como el mismo color rojo de todas las
unidades de bomberos a nivel nacional. Fue durante su visionaria gestión que además
en 1979 se realizara el primer equipamiento al Cuerpo de Bomberos del Perú, de
parte del supremo gobierno[1],
con la adquisición de máquinas contra incendio, unidades aéreas (escalas y un
brazo articulado) y unidades médicas. Todas ellas fueron debidamente elegidas
por las comisiones técnicas bomberiles, que fueron formadas por eminentes
bomberos de las compañías de Lima y Callao.
Estas y muchas más, fueron los
visionarios aportes que durante la gestión de Waldo Olivos contribuyeron a que
la cara del Comando Nacional cambie por completo es decir que fue bajo su
mando, que el Comando Nacional asumió su verdadero papel de ente rector del
bomberismo nacional. Ha recibido innumerables condecoraciones entre las que
destacan la Condecoración Dios Patria y Humanidad en el grado de “Bombero
Emérito” por 50 años de servicio a la institución.
En la vida privada fue Contador
Público de profesión egresado en 1956 de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos y no por ello estuvo exento de ser parte de los negocios familiares que
encabezaba su señor padre en las famosas ramas de ópticas “Olivos”. Estuvo
casado con doña Catalina Perata de cuya unión nacieron Waldo, Luis Miguel,
Humberto Javier, Anna Catherine y Arturo Hernán. Su vida útil y agitada no lo
hizo estar lejos de la política; fue regidor de la Municipalidad de Miraflores
y Alcalde de la Municipalidad de Lince en el 2001. Durante su gestión
distrital, fue renovado por noventinueve años, la cesión de uso del cuartel de
la Bomba Lima en la Calle Candamo
455.
Luego de haber estado internado
en el Hospital Edgardo Rebaglatti luchando contra una penosa enfermedad Waldo
Hernán Olivos Villarreal, grande entre los grandes en la historia de los
Bomberos Voluntarios del Perú, partió a la casa del padre un 26 de enero de
2012. En la actualidad su cuadro engalana la sala principal del Comando
Nacional y la Compañía de Bomberos de Jesús María N°202, lleva su nombre.
Funerales del Comandante Olivos
[1]El
equipamiento de 1956 si bien es cierto fue apoyado por el gobierno del
Presidente Odría en la supresión de costos de desaduanaje y la excepción en el
pago de los impuestos y otras medidas, el costo de las unidades fue cubierto
por las mismas compañías de bomberos de Lima y Callao, es decir, entre los
dineros acopiados por sus asociados y socios benefactores.
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