Antonio Alarco Espinoza

El primer Héroe del Bomberismo Nacional, Juan Antonio Alarco Espinoza, nació en Lima el 13 de Junio de 1841, siendo sus padres Don Julián Alarco Garavito, y la señora Mercedez Espinoza Martínez. Fueron sus hermanos: Manuel - fallecido en un combate Revolucionario en 1860 – Manuela, Julián, Francisco de Jesús, José Antonio, Gerardo  y la dama limeña Juana Alarco de Danmert, de brillante humanitaria y filantrópica labor social en pro de la niñez de Lima y llamada con el correr de los años la abuelita de los niños. Todos ellos fueron parientes cercanos de los connotados cirujanos Aurelio  y Lino Alarco.

Siguiendo los pasos de su hermano mayor fue miembro del partido liberal que lideraba José Gálvez Egúsquiza. Para 1866, Antonio  se desempeñaba como empleado de la sección de rentas que dirigía el  pintor Francisco Lazo en la municipalidad de Lima, y fue el sábado 21 de abril del mismo año, que conjuntamente con jóvenes ilustres y acomodados de la ciudad, estampó  su firma como miembro y fundador de la compañía de bomberos “Municipal Lima”  que se formaba en  la ciudad a iniciativa del Alcalde de aquel entonces, Pablo Antonio Salinas, para contrarrestar los incendios que produciría el próximo y anunciado bombardeo español en el Callao.

Familia Alarco Espinoza. Sentado a la izquierda Antonio.

doña Mercedez y don Julian (padres) al medio. Juana Alarco figura de pie a la derecha.

 La mañana del miércoles 2 de mayo de 1,866  Alarco contando con 25 años de edad, abrazaba a su madre en despedida porque “se Iba al Callao con don José Gálvez”, gran amigo y conocido de la familia, ya que seis años atrás en aventura revolucionaria de los liberales, perdiera la vida el primogénito de la familia Manuel Alarco. Y marchó el joven entusiasta en el mismo tren en que llevaba en sus entrañas a sus compañeros los bomberos voluntarios de la “Municipal Lima”, quienes a su llegada se establecieron y pasaron lista en la plaza de la “Cruz del Blanco”. 

La Lima tomó posición entre las afueras del Callao y Bellavista, conjuntamente con las demás compañías de bomberos. Pocos antes del mediodía y cuando los buques españoles comenzaron a dejar su fondeadero improvisado de la isla de San Lorenzo, significó que el combate comenzaría en breve. José Gálvez quien había tomado posición en  la torre “La Merced”, para dirigir en persona las acciones, ordenó que no se dispare al menos de que ellos lo hicieran primero.

Casa donde nació Antonio Alarco

Calle Gremios 480, hoy Jr. Callao Centro de Lima.

Así ocurrió, que de un cañonazo del blindado Numancia, nave capitana del Almirante Méndez Nuñez, se decretó el inicio del combate con Gálvez gritando: “Aquí le devolvemos el tratado del 27 de enero”, respondiendo decididamente las baterías peruanas. Habían transcurrido cuarenta y cinco minutos de iniciada la lucha y la mitad de bomberos de la “Municipal Lima”, se habían incorporado a los trabajos de las baterías y formaban también parte de la defensa, por ser nacionales.  La Lima estaba en la línea  de combate debido a las bajas humanas y estragos que producían las balas enemigas.

Fue así que un sirviente de cañón, cayó muerto en la torre de “La Merced”, pidiéndose de inmediato un reemplazo. Cuando un teniente coronel mejicano de nombre César Zubiria, se disponía hacerlo, apareció de pronto el joven Antonio Alarco que vestía una camisa roja de bombero, diciéndole: “Yo Soy Peruano, a mi me toca”. Minutos después  Alarco sucumbió de igual manera que el anterior sirviente y fue reemplazado al instante  por el mejicano, cuando se produjo una maravillosa explosión que opacó a todas las escuchadas ese día.

 La torre de “La Merced”, había desaparecido y con ella José Gálvez, Antonio Alarco y todos los heroicos combatientes. La “Municipal Lima” tubo entonces la tarea de apagar el terrible fuego que de aquella batería emergían en donde solo habían restos humanos quemados y desfigurados. Como importante testimonio Sobre la actuación de Alarco tenemos los relatos históricos del General Juan Eléspuru sobreviviente de la explosión. En 1866 Eléspuru “el artillero imberbe” llamado así por Basadre, pues contaba con veinte años de edad, es quien pasado  los años le relata al historiador, muchos recuerdos y detalles de aquel día.

Placa Conmemorativa ubicada en la fachada de la casa

 donde nació Antonio Alarco

Al caer la tarde la lucha terminaba y con ella la victoria de las armas peruanas era un hecho. Enterada de que el torreón donde su hijo combatía había desaparecido debido a una  inesperada explosión, la señora Mercedez Espinoza Vda.  de Alarco, se dirigió inmediatamente al Callao en busca del cuerpo de su hijo. La acompañaba una amiga la señora Teresa Bolaños de Roca.

Dos días después de penosa búsqueda la inconsolable  madre sólo pudo hallar una mano del lado del corazón con un pedazo de ropa quemada y en uno de los dedos una sortija, que la señora Mercedez pudo identificar como un regalo hecho a su hijo hace unos días. Reconociendo aquel despojo como lo único que quedaba de Antonio solo se limitó a decir: “Dios me lo dio, El se lo llevó”. Agregando también parte de la frase del evangelio de San Juan del Capítulo 3 versículo 16 que dice : “Nadie tiene amor mayor que este de dar la vida por sus amigos”.

Aquellos preciados restos fueron depositados en una urna de vidrio los mismos que fueron traidos para ser enterrados en el Cementerio General de Lima. Para ello,  los Bomberos de la Municipalidad realizaron una colecta pública para levantar un mausoleo en el Cementerio General para inhumar los restos de Alarco. Finalmente se levantó una columna de marmol obra del escultor Ulderico Tenderini y  en cuya base fueron depositados los restos del Héroe y en donde reza la inscripción:

“ANTONIO ALARCO: FALLECIÓ EL DOS DE MAYO DE 1866 EN EL GLORIOSO COMBATE DEL CALLAO. RECUERDO  DE LOS BOMBEROS DE  LA  MUNICIPALIDAD DE LIMA.”

El 18 de mayo se realizó un oficio religioso en memoria del héroe, en la Iglesia de La Merced a donde concurrieron vecinos ilustres, los Bomberos de la Municipal Lima y a cuyo término el Sr. Ricardo M. Espiell, dirigiera unas palabras en honor del compañero desaparecido.

Así sucumbió Antonio Alarco, con el arrojo y entusiasmo propios de su juventud, sin duda alguna en defensa de su Patria.

Mausoleo que guarda los preciados restos de Antonio Alarco

en el Cementerio Presbítero Matías Maestro de Lima

"....El pequeño despojo que aqui queda, es una semilla.

Ella fructificará en el alma de los hombres porque lo inmortal que encierra,

es el ejemplo que nos hace recordar esa mano fina quemada por la pólvora

y desgarrada.....es el de un mozo que quiere que todos en el Perú

sean sencillos, valientes, muy humildes, muy desprendidos como él.".

Enrique Danmert Elguera (1965)

MAS ALLA DE ANTONIO ALARCO

Al trascurrir los meses y reorganizada la Bomba Lima el 8 de Septiembre de 1868, apenas veinte días  de la instalación de la compañía, el socio señor Hildebrando Olivares, presentó una proposición para considerarlo socio activo por haber muerto en el combate del 2 de Mayo de 1866, La proposición fue aprobada  en Junta General del 29 de Septiembre de 1868,  acordándose de igual manera de colocar la imagen de Antonio Alarco en el salón de sesiones de la compañía, nombrarlo comandante y cada vez  que se llamase lista a su nombre se contestaría presente.

Hoy el cuadro de Antonio Alarco continua en el salón de sesiones de la Bomba Lima. En homenaje al héroe en 1950, La Municipalidad de Lima mandó colocar una placa conmemorativa en la casa donde nació, Jirón Callao 480 antigua Calle Gremios. El 4 de Noviembre de 1961,  el Coronel Nestor Gambetta, Presidente de la Sociedad de Fundadores de la  Independencia,  Vencedores el Dos de Mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria, distinguió al Estandarte Nacional de la Bomba Lima por la Heroica Actuación de Alarco en el combate del Callao contra la escuadra española.

Retrato de Antonio Alarco que se encuentra en el Salón Patria de la Bomba Lima

En 1964 la ciudad agradecida levantó un monumento a su memoria, en la calle Horacio Urteaga esquina con Av. De la Peruanidad del Campo de Marte en Jesús María y en la actualidad hay un busto en el remozado Parque del Bombero en Lince. El 14 de Febrero de 1965, a noventa y nueve  años de su holocausto, los restos de Antonio Alarco fueron conducidos a una nueva morada en la Av. Principal, pasando al Cristo Yacente, de la puerta cuatro del Cementerio Presbítero Maestro en Lima, en donde luce una mejor ubicación que la original, ya que delante de aquella, se había construido otros mausoleos y le restaban visibilidad. A aquella ceremonia asistieron las principales autoridades del Bomberismo Nacional de aquel entonces así como representantes del Gobierno.

Es importante agregar que pasado el tiempo y antes de morir la madre del héroe la Sra. Mercedez, entregó la sortija de Antonio Alarco,  a su hija Juana Alarco y ésta a la postre se la entregó a su nieto Enrique Danmert Elguera *.Es precisamente Enrique como sobrino nieto y a nombre de la familia, quien se encargó de dar  el  discurso de agradecimiento de la familia en el acto de re ubicación del mausoleo.

La primera ubicación de la tumba  quedó desmerecidamente ocultada tras el mausoleo de José Payán por lo que se decidió una ubicación mas preferente.

Acerca de la autenticidad de los restos de Antonio Alarco podemos recoger el testimonio del Comandante José Castillo Domínguez, quien acompañados de otros Bomberos, exhumaron aquellas reliquias un 9 de Enero de 1965, comprobando la veracidad de los datos históricos de los restos que encontró la señora Mercedes Espinoza sentando el acto en el libro de partes de la época.

Por otro lado un dato importante a parte es mencionar la existencia de un cuadro al óleo del Héroe pintado por el artista Luis Montero, alumno de Francisco Lazo, obra que en la actualidad se encuentra perdida. Lo último que sabía al respecto eran los inventarios de la Bomba Lima hacia finales del siglo XIX y  una información aparecida en el Diario El Comercio con ocasión de la Gran Exposición realizada en el Parque del mismo nombre, en 1869:

"Visita a la Exposición (1869)"

"...los cuarenta y tres cuadros de Ingunza, Atabaliva, Masías, Eusebio Paz, Lozano, Muñiz, Echerri, Fernando Zevallos, Mazo, Gabriel León y sobre todo los de Montero y Merino, constituye una colección como pocas veces ó nunca se ha visto. Muchos cuadros podríamos describir aquí, felizmente son ya conocidos y debidamente apreciados por el público. La apretura de un testamento y un retrato de Merino, los retratos de Oyague y Alarco por Montero siempre detienen la mirada del aficionado conocedor..."

Mas adelante, en el catálogo numerado de las pinturas presentadas en la Exposición que figura también en la misma publicación dice:

"No 84.- Retrato de Antonio Alarco pintado por Montero" ***

Finalmente en la actualidad la Compañía Nacional de Bomberos Nº 60 ubicada en el Callao, lleva el nombre de Antonio Alarco Espinoza.

"El tiempo pasa volando" pero su memoria y legado perduran.

Detalle de la columna: tiene impreso el nombre del escultor Ulderico Tenderini.

 Este ilustre  personaje de origen italiano que fue considerado "El Rey del  Marmol" ** de su época,

fue bombero y  fundador de la Bomba Garibaldi de Chorrillos (1872).

Dignidísima Señora Juana Alarco Espinoza de Danmert

Hermana del Héroe

Familia de Gerardo Alarco Espinoza, hermano del Héroe

* NOTAS DE MAMAMA ROSA MERCEDES LARRABURE DE ALARCO.  Notas biográficas terminadas de escribir en 1961, Lima. Documento proporcionado por el Sr. Carlos Alarco Proaño, sobrino bisnieto del Héroe.

** MAJLUF, Natalia Escultura y espacio público. Lima, 1850-1879 - Lima: IEP, 1994., pp 28.

***  "Visita a la Exposición" en El Comercio. Lima, miércoles 28 de Julio de 1869, pp. 5 y 6